La superación del empobrecido y desigual escenario social que presenta la principal región metropolitana del país es una obligación ética y moral
La mitad de las casi 13 millones de personas que residen en la capital y sus suburbios tienen un trabajo precario; mientras un alto porcentaje de hogares padece riesgo alimentario y no tiene cobertura médica, según un informe de la Iglesia Católica Argentina divulgado el viernes.
El informe fue realizado por Cáritas Argentina, de la Iglesia, y por el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) en el área metropolitana (AMBA), que comprende la capital y el conurbano bonaerense. Entre ambos suman 12,8 millones de habitantes o el 32% de la población total del país.
«Se revela una alarmante situación de desigualdad social y exclusión en los hogares del área metropolitana», alertó la Iglesia Católica al difundir las conclusiones del relevamiento.
Casi la mitad de los hogares de la capital se ubican en el estrato más alto de la clasificación socioeconómica, mientras en los suburbios un tercio de los hogares pertenecen al estrato más bajo.
El informe reveló que el 51% de la población del AMBA tiene trabajo precario y el riesgo de desempleo afecta al 26%.
Este panorama sobre la situación social que elabora cada año la Iglesia Católica es esperado para contrastarlo con los datos de pobreza del organismo oficial de estadísticas, que opositores consideran que manipula las cifras desde 2007 cuando el gobierno desplazó a varios de sus técnicos y modificó el método de medición.
Para Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el índice de pobreza en esta región bajó al 9,8% en 2010.
El estudio señaló que el 10% de los hogares del AMBA se ubican en villas miserias o barrios precarios, los cuales carecen de servicios básicos como agua corriente y cloacas.
En otro dato alarmante, el 16% de los habitantes del conurbano metropolitano tienen dificultad para acceder a alimentos, cifra que en la capital se reduce al 6%.
El 29% de los hogares del área metropolitana no tiene cobertura médica y en el 20% no asiste al médico.
A su vez, en uno de cada diez hogares con niños al menos uno de ellos cumple tareas laborales.
«La superación del empobrecido y desigual escenario social que presenta la principal región metropolitana del país, además de ser una obligación ética y moral para quienes concentran recursos políticos, económicos y sociales, constituye una transformación posible de ser realizable a escala humana», afirmó la Iglesia.
«Quizás, el principal escollo -cuestionan- para ello sea todavía la imposibilidad de unir al conjunto de las voluntades políticas, económicas, sociales y culturales detrás de un horizonte estratégico de desarrollo que coloque a la superación de la pobreza, la igualdad de oportunidades y a la integración social como prioridades de la política de Estado», concluyó.
Por esto, proponen que en éste período de los «Bicentenarios 2010-2016», además de hacer un balance es necesario «proyectar con esperanza y actuar la transformación de un país que a pesar de sus amplias riquezas mantiene todavía una extendida e injusta deuda social con sus ciudadanos».
(RD/Agencias)