Niega que el trabajo pastoral de Solalinde con los migrantes centroamericanos haya sido devaluado por las autoridades eclesiásticas
Óscar Armando Campos Contreras, obispo de la Diócesis de Tehuantepec, señala que en ningún momento ha afirmado que el padre Alejandro Solalinde Guerra «será retirado de la administración del albergue (‘Hermanos en el Camino’)», ubicado en Ixtepec, Oaxaca.
En un comunicado de prensa de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) titulado «Precisiones en torno a la situación del Padre Alejandro Solalinde», el prelado expone que hubo una confusión, probablemente originada tras un diálogo que sostuvo con el presbítero antes de su viaje a Canadá y Europa, luego de las amenazas de muerte recibidas por su activismo.
De acuerdo con el jerarca católico, el director y fundador de «Hermanos en el Camino» lo buscó para comentarle que en noviembre dejaba su trabajo en la pastoral de Movilidad Humana, pues las Comisiones del Episcopado se renuevan cada tres años por estatutos.
Según narra el obispo, Solalinde preguntó si su superior tenía algún trabajo para él. «Le respondí que lo único que tiene la Diócesis son las parroquias y dentro de ellas diversas actividades para atender a la comunidad. Le propuse que escogiera alguna para que quedara ‘adscrito’. Esta es una figura jurídica dentro de Iglesia, para que el sacerdote tenga el respaldo parroquial. No significa, en manera alguna, dejar el Albergue».
En el comunicado de la CEM, firmado en Santo Domingo Tehuantepec, Oaxaca, el obispo menciona que «hace casi dos semanas estuvimos platicando de las experiencias de su viaje y en ningún momento me externó sus preocupaciones al respecto».
Campos Contreras se dice extrañado por la interpretación y las conclusiones publicadas en los medios de comunicación sobre la supuesta remoción de Solalinde.
«El trabajo del Albergue, en la Diócesis, no depende de la Comisión Episcopal, ni de la Dimensión de la Movilidad Humana; solamente hay comunicación y apoyo en el intercambio de experiencias y criterios de Iglesia. Es un trabajo que, como muchos otros realizados por sacerdotes, religiosas y laicos en la vida diocesana, dependen de la Diócesis», expone Campos Contreras.
El prelado refiriere que es necesario evitar toda confusión en torno al tema y niega que el trabajo pastoral de Solalinde con los migrantes centroamericanos haya sido devaluado por las autoridades eclesiásticas.
Asimismo, reconoce a quienes, como el padre Solalinde, defienden los derechos humanos de los migrantes indocumentados en México.
Afirma de desde la primera vez que supo de las amenazas contra el activismo de Solalinde, solicitó respeto a su trabajo e integridad personal.
Destaca que su Diócesis se ha puesto al servicio de los pobres y marginados, conforme dicta el Evangelio y la misión de la Iglesia católica. «Los migrantes son sin duda un rostro doliente que no podemos ignorar».
El obispo de Tehuantepec pide se aprovechen los recursos humanos del albergue y «se mantenga siempre en condiciones de salubridad y de respeto a todas las personas para que quienes tienen la necesidad de pasar por ahí encuentren un oasis de serenidad interior que les fortalezca ante las dificultades del camino». (RD/Agencias)
Precisiones en torno a la situación del Padre Alejandro Solalinde
Ante las informaciones difundidas por algunos medios de comunicación en torno a la situación del Padre Alejandro Solalinde, director del Albergue Hermanos en el Camino, en la ciudad Ixtepec, Oaxaca, de la Diócesis de Tehuantepec, es conveniente tener en cuenta algunas precisiones para evitar cualquier confusión.
En un artículo de opinión, aparecido en uno de los medios de circulación nacional el 07 de agosto del 2012 se afirma textualmente: El obispo Campos ha señalado que, como parte de una de las restructuraciones de las comisiones de la pastoral de la Movilidad Humana, el padre Alejandro Solalinde será retirado de la administración del albergue en noviembre y quedará adscrito a una parroquia.
Ignoro de dónde sacan esas conclusiones, pues en ningún momento he afirmado que el padre «será retirado de la administración del albergue». Considero, por eso, necesario precisar lo siguiente:
1. Todas las Comisiones del Episcopado se renuevan cada tres años por estatutos. El responsable actual de la Movilidad Humana es Monseñor Rafael Romo, Arzobispo de Tijuana, que termina su período. La integración de los equipos de trabajo para colaborar con las Comisiones se realiza hasta que está el nuevo responsable. Actualmente el P. Solalinde forma parte de uno de los equipos, junto con otros sacerdotes y religiosas.
2. El trabajo del Albergue, en la Diócesis, no depende de la Comisión Episcopal, ni de la Dimensión de la Movilidad Humana; solamente hay comunicación y apoyo en el intercambio de experiencias y criterios de Iglesia. Es un trabajo que, como muchos otros realizados por sacerdotes, religiosas y laicos en la vida diocesana, dependen de la Diócesis.
3. El trabajo pastoral con los pobres es una condición del Evangelio y la Iglesia debe responder a esta exigencia. Esta Diócesis de Tehuantepec se ha puesto al servicio de ellos de muy diversas formas en todas las comunidades parroquiales. Los migrantes son sin duda un rostro doliente que no podemos ignorar. Todas las parroquias de la Diócesis, particularmente las que forman el corredor de Chahuites-Tapanatepec, hasta Palomares, aproximadamente 14, atienden a los migrantes, convirtiendo, en ocasiones, en albergues los mismos templos. Ixtepec y Matías Romero son ciertamente los que tienen un espacio exclusivo para ellos. No puedo menos que reconocer el trabajo anónimo de muchos laicos, religiosas y sacerdotes que tienen que atender permanentemente a estos hermanos.
4. El trabajo del Padre Solalinde nunca ha sido devaluado. Él, junto con otros grupos, ha puesto en la agenda social y política el tema de los migrantes para promover leyes más justas y un trato más humanitario de las autoridades hacia los hermanos que tienen que atravesar el territorio nacional sin documentos. Por otro lado, desde la primera vez que me informó que sufría amenazas, en declaración escrita y publicada en la Diócesis, solicité el apoyo a su trabajo y el respeto a su integridad personal.
5. Posiblemente la causa de la confusión está en el diálogo que tuve con él antes de su periplo por Canadá y algunos países de Europa. El me buscó para comentarme que en Noviembre dejaba el trabajo de la Movilidad Humana, ya que todo el Equipo terminaba su función. Preguntó que si tenía pensado algún trabajo para él. Le respondí que lo único que tiene la Diócesis son las parroquias y dentro de ellas diversas actividades para atender a la comunidad. Le propuse que escogiera alguna para que quedara «adscrito». Esta es una figura jurídica dentro de Iglesia, para que el sacerdote tenga el respaldo parroquial. No significa, en manera alguna, dejar el Albergue. Me extraña, pues, la interpretación. Hace casi dos semanas estuvimos platicando de las experiencias de su viaje y en ningún momento me externó sus preocupaciones al respecto.
6. En cuanto al Albergue Hermanos en el Camino, lo único que pide el Obispo es que se mantenga siempre en condiciones de salubridad y de respeto a todas las personas para que quienes tienen la necesidad de pasar por ahí encuentren un oasis de serenidad interior que les fortalezca ante las dificultades del camino y que se aprovechen al máximo los recursos humanos y económicos que católicos y no católicos, instituciones de Iglesia, privadas y aún oficiales, ofrecen con generosidad para la subsistencia del Albergue.
Santo Domingo Tehuantepec, Oaxaca. 8 de Agosto de 2012.
+ Oscar Armando Campos Contreras
Obispo de Tehuantepec