El padre Roy Snipes dirige una oración cada viernes para que su capilla no sea afectada. 'Envenenaría el agua', dijo Snipes. 'Seguiría siendo un lugar sagrado, pero sería un lugar sagrado que fue profanado'.
Mientras el presidente Donald Trump visitaba el sur de Texas el jueves para promover su pedido de 5.700 millones para construir un muro, los habitantes de esa región, entre ellos la diócesis católica de Brownsville, prometen que pelearán hasta las últimas consecuencias contra el gobierno para evitar que sus terrenos sean atravesados por el muro.
El gobierno federal ha comenzado a levantar planos topográficos de los terrenos en la frontera de Texas y ha anunciado planes para comenzar la construcción el próximo mes. Pero en lugar de ceder su tierra, algunos propietarios prometen rechazar las ofertas de compra y se preparan para pelear con el gobierno en la corte.
Es el caso de la capilla La Lomita Mission, que está cerca del Río Grande y justo en el área en donde la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) quiere construir la «zona de control».
El gobierno demandó a la diócesis católica el año pasado para que sus topógrafos tuvieran acceso al sitio. La diócesis dijo que se opone al muro fronterizo porque la barrera va en contra de la doctrina católica y de la responsabilidad de la Iglesia de proteger a los migrantes, así como de los derechos a la libertad religiosa consagrados en la Primera Enmienda. Un grupo jurídico de la Universidad de Georgetown se ha unido a la diócesis en la demanda.
El padre Roy Snipes dirige una oración cada viernes para que su capilla no sea afectada. Con un sombrero vaquero, sotana blanca y cruz de metal, es conocido como el «sacerdote vaquero» y a veces va de su casa a la capilla en bote por el Río Grande.
«Envenenaría el agua«, dijo Snipes. «Seguiría siendo un lugar sagrado, pero sería un lugar sagrado que fue profanado».
La pequeña iglesia se fundó en 1865 y fue un lugar importante para los misioneros que viajaban a caballo al Valle del Río Grande. Hoy sigue siendo el epicentro de la comunidad católica del Valle del Río Grande y ahí se organizan bodas y funerales, así como la procesión del Domingo de Ramos que atrae a 2.000 personas.
Hitler i 1942 versus Trump i 2018 –
Den jødiske jenten i rød kåpe ble frarøvet sine foreldre i Krakow 1942, jenten i rød genser ble frarøvet sine foreldrene i Mc Allen Texas i 2018.
Trump bekrefter sitt tyske opphav ettertrykkelig – @kjellsm pic.twitter.com/CsloQ0clNC— Kjell Sigurd Moss (@kjellsm) 25 de junio de 2018
Otros vecinos, como Eloisa Cavazos, le dice a Trump: «podrías darme un billón de dólares y no te los recibiría». Su terreno se asienta en la ribera del río Bravo, que del lado estadounidense se llama río Grande y separa a Estados Unidos de México. «No se trata de dinero», asevera.
Los topógrafos examinaron la propiedad en diciembre bajo el amparo de una orden de una corte federal. La familia no ha recibido una oferta a cambio de su tierra, pero sus abogados del Proyecto de Derechos Civiles de Texas esperan que llegue una carta con la oferta en las próximas semanas.
«Todos nos dicen que vendamos y nos vayamos a un mejor lugar», dice Cavazos. «Para nosotros este es el paraíso».
Muchos han contratado abogados que se aprestan a pelear contra el gobierno si, tal como se espera, expropia los terrenos.
Trump llegó el jueves a McAllen, una ciudad con una población de 143.000 personas que está ubicada en la zona más concurrida de la frontera para cruces ilegales. Recorrió una sección de la frontera y dijo: «Muchos de los crímenes en nuestro país son ocasionados por lo que entra desde aquí». «Sea de acero o concreto, no importa. Necesitamos una barrera», añadió.
Si bien es la primera visita de Trump como presidente a la frontera de Texas, las medidas contra la inmigración de su gobierno se han sentido ahí durante meses.
Cientos de los más de 2.400 niños que fueron separados de sus padres hace unos meses estuvieron detenidos dentro de jaulas en una instalación de la Patrulla Fronteriza en McAllen. Además, se abrieron tres instalaciones para los niños más pequeños en la región.
El presidente también envió soldados a la frontera en respuesta a una serie de caravanas migrantes antes de las elecciones de noviembre. Esos elementos tuvieron mucha presencia en el Valle de Río Grande, aunque desde entonces se han ido sigilosamente.
Una portavoz para la misión de seguridad fronteriza dijo que cerraron su campamento base a lo largo de la frontera el 22 de diciembre.
RD/Agencias
El presidente de EE.UU, Donald Trump, fue ayer a la colonia McAllen (Texas), en la frontera con México, donde volvió a prometer que erigirá un muro entre ambos países, un día después de abandonar una reunión con los demócratas para poner fin al cierre parcial del gobierno. pic.twitter.com/dzHIOhN6bL
— Radio Farra 95.7 FM (@RadioFarra957) 11 de enero de 2019