Esta norma fundamental puede ser respetuosa con el hecho religioso y con la tradición cristiana de Cataluña o bien lesionar la libertad religiosa y la presencia pública y social de la Iglesia católica
(J. Bastante).- El obispo de Solsona, Xavier Novell, ha vuelto a posicionarse a favor del proceso soberanista catalán. En su última pastoral, con motivo del 11-S, el prelado llama a todos los cristianos «tanto si sois partidarios como contrarios a la independencia«, a implicarse «en el proceso de participación ciudadana en la elaboración de la nueva Constitución«.
En su carta, que lleva por título «Vamos Todos», Novell sostiene que «el Gobierno de la Generalitat y el Parlamento de Cataluña, salvo una crisis definitiva del acuerdo parlamentario vigente, sacarán adelante la hoja de ruta que vertebra la legislatura«.
Para el prelado, «la independencia llegará si el 51% de los votos del referéndum sobre la Constitución son favorables. Esta norma fundamental, una vez aprobada, lo será de todos y, por tanto, conviene que reúna los mínimos de convivencia comunes y derechos individuales y colectivos mayoritarios para la ciudadanía».
Una Constitución que «puede definir un Estado que defienda los derechos y las oportunidades de todos los ciudadanos, especialmente de los más vulnerables, o apostar por un sistema que fomente las desigualdades», ser «respetuosa con el hecho religioso y con la tradición cristiana de Cataluña, o bien lesionar la libertad religiosa y la presencia pública y social de la Iglesia católica». Un texto que «puede respetar y garantizar el derecho de los padres a la educación religiosa y moral de sus hijos o limitarlo, especialmente en el ámbito escolar».
«Este documento marco puede respetar el derecho fundamental a la vida desde su concepción hasta su muerte natural o bien amparar unos «derechos» individuales que atentan. Esta Constitución puede respetar la identidad sexual natural de cada persona o, influida por la ideología de género, consagrar legalmente la libre y reversible decisión de cada individuo sobre el propio género», apunta Novell, quien subraya que, una vez aprobada, la futura norma «lo será de todos y, por lo tanto, conviene que reúna los mínimos de convivencia comunes y derechos individuales y colectivos mayoritarios para la ciudadanía».
«Los católicos no podemos pensar que el proceso participativo a partir del cual el Parlament de Catalunya elaborará la Constitución no va con nosotros» porque «somos un colectivo relevante» que será clave «para que la futura Constitución sea el marco de convivencia de todos», argumenta Novell.
Ésta es la carta pastoral de Novell:
«Vamos todos»
En esta Diada, las dos principales asociaciones civiles independentistas convocan de nuevo una gran manifestación de apoyo a la hoja de ruta para lograr la independencia. Miles de ciudadanos de esta diócesis participarán especialmente a las manifestaciones de Berga y de Lleida.
Hace un año, en las elecciones al Parlamento convocadas para llevar a cabo el referéndum de autodeterminación que el Tribunal Constitucional prohibió, fue elegida una mayoría parlamentaria independentista. Junts pel Sí y la CUP pactaron una hoja de ruta hacia la independencia y la inauguraron con una decisión solemne del Parlamento.
Este camino hacia la república catalana tiene una primera fase, que parece que culminará el próximo otoño, que consiste en: preparar y aprobar las leyes del proceso constituyente, de la seguridad social y de la hacienda pública; equipar la administración de la Generalitat con las estructuras de un Estado y promover un proceso de participación ciudadana en la elaboración de la futura Constitución.
Os cuento todo esto para pediros, tanto si sois partidarios como contrarios a la independencia, que os interesáis por este último punto: el proceso de participación ciudadana en la elaboración de la nueva Constitución.
El Gobierno de la Generalitat y el Parlamento de Cataluña, salvo una crisis definitiva del acuerdo parlamentario vigente, saldrán adelante la hoja de ruta que vertebra la legislatura.La independencia llegará si el 51% de los votos del referéndum sobre la Constitución son favorables. Esta norma fundamental, una vez aprobada, lo será de todos y, por tanto, conviene que reúna los mínimos de convivencia comunes y derechos individuales y colectivos mayoritarios para la ciudadanía.
Esta Constitución puede definir un Estado que defienda los derechos y las oportunidades de todos los ciudadanos, especialmente de los más vulnerables, o apostar por un sistema que fomente las desigualdades. Esta norma fundamental puede ser respetuosa con el hecho religioso y con la tradición cristiana de Cataluña o bien lesionar la libertad religiosa y la presencia pública y social de la Iglesia católica. Esta Constitución puede respetar y garantizar el derecho de los padres a la educación religiosa y moral de sus hijos o limitarlo, especialmente en el ámbito escolar. Este documento marco puede respetar el derecho fundamental a la vida desde su concepción hasta su muerte natural o bien amparar unos «derechos» individuales que atentan. Esta Constitución puede respetar la identidad sexual natural de cada persona o, influida por la ideología de género, consagrar legalmente la libre y reversible decisión de cada individuo sobre el propio género.
Los católicos no podemos pensar que el proceso participativo a partir del cual el Parlamento de Cataluña elaborará la Constitución no va con nosotros. Somos un colectivo relevante, con una comprensión de la persona, de la sociedad y del bien común importante y necesaria para la futura Constitución sea el marco de convivencia de todos.
Vamos, pues! Animo a todos los fieles laicos que participéis activamente en este proceso y estudia la doctrina social de la Iglesia para que sus aportaciones sean coherentes con la fe que profesamos.