Los niños necesitan ayuda para superar todo lo que han sufrido ya. Necesitan educación. Necesitan terapia. Necesitan esperanza. Si no les proporcionamos todo esto ahora, ¿cómo crecerán y se convertirán en ciudadanos productivos para sus sociedades?
(C. Doody/Agencias).- «De noche me despierto de repente porque veo los asesinatos». El testimonio de Hossan, de 16 años, es desgarrador, pero lo que rompe el corazón aún más es saber que hay otros 340.000 menores rohingya como él que han huido de Myanmar a Bangladesh en las últimas semanas. Muchos de ellos traumatizados por la violencia que han presenciado, sin vacunarse, y sin ninguna esperanza en cuanto a su futuro, según ha denunciado el UNICEF.
Estos cientos de miles de menores birmanos que han buscado refugio en el país vecino en los últimos días viven actualmente en una situación desesperada en la que hacen falta agua y alimentos, pero también la atención psicológica y de salud, ha alertado el Fondo de la ONU para la Infancia.
Según esta agencia de la ONU, de los casi 600.000 rohingya que han escapado hacia Bangladesh huyendo de la represión de las fuerzas de seguridad birmanas desde el pasado 25 de agosto, casi el 60 por ciento son niños. Cada día llegan entre 1.200 y 1.800 menores, algunos de ellos en solitario, y en los últimos días han llegado unos 10.000.
«Muchos niños rohingya refugiados en Bangladesh han presenciado en Birmania atrocidades que ningún niño debería ver nunca, y todos han sufrido pérdidas tremendas», ha destacado el director ejecutivo de UNICEF, Anthony Lake, advirtiendo de que «estos niños necesitan urgentemente comida, agua potable, saneamiento, y vacunas que les protejan de las enfermedades que afloran en las emergencias».
«Pero también necesitan ayuda para superar todo lo que han sufrido ya. Necesitan educación. Necesitan terapia. Necesitan esperanza. Si no les proporcionamos todo esto ahora, ¿cómo crecerán y se convertirán en ciudadanos productivos para sus sociedades? Esta crisis está robando su infancia. No debemos dejar que también robe su futuro», ha reclamado Lake.
Una generación rechazada
«Toda una generación de rohingya, y los niños tanto como cualquiera, se siente rechazada por el mundo«, ha ilustrado por su parte, el representante de UNICEF en Bangladesh, Edouard Beigbeder, para quien «esto podría plantar las semillas de una futura enemistad y odio, a menos que actuemos ahora para ayudarles, especialmente a los jóvenes».
De acuerdo con el último informe de UNICEF, Marginados y desesperados: Los niños refugiados rohingya se enfrentan a un peligroso futuro, la mayoría de refugiados que han llegado a la región de Cox’s Bazar, en Bangladesh, vive en asentamientos improvisados que están superpoblados y en condiciones insalubres.
«Para empeorar aún más las cosas, por lo que sabemos, solo el 3 % de los niños que llegan de Birmania están adecuadamente vacunados, ya sea contra el sarampión, la polio u otras importantes enfermedades infantiles», ha explicado la jefa de salud de UNICEF en Bangladesh, Maya Vadenent. «Tenemos que trabajar en prevención y estar alerta en caso de que se produzcan brotes», ha precisado.
Con el fin de tratar de evitar que esto ocurra, se procedió a inmunizar a 250.000 niños contra el sarampión y la rubeola, y los menores de 5 años recibieron vacunas contra la polio y suplemento de vitamina A. Igualmente, se ha llevado a cabo una vasta campaña en colaboración con la OMS y la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) entre otros para prevenir el riesgo de cólera que ha alcanzado a unas 565.000 personas.
A pesar de los esfuerzos de ayuda internacional, encabezados por el Gobierno de Bangladesh, las necesidades esenciales de muchos niños no están cubiertas, ha denunciado UNICEF.
Las llegadas continuadas hacen que las necesidades también sigan aumentando, al tiempo que al cruzar la frontera no acaban los «terribles peligros» a los que se enfrentan, entre ellos el ser víctimas de traficantes y otras personas que podrían explotarles y manipularles. Los niños «viven al raso y hay escasez de comida, agua y saneamiento. Así, el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua es palpable», ha destacado Beigbeder.
Alto nivel de desnutrición y trauma
Además, en los campos de refugiados se han detectado niveles altos de desnutrición severa aguda, y faltan servicios prenatales para madres y bebés. «En base a los chequeos que hemos hecho, hasta el 6 por ciento de los niños recién llegados a los asentamientos espontáneos presentan desnutrición aguda severa», ha indicado Monira Parveen, responsable de nutrición de UNICEF, resaltando que «es una cifra preocupantemente alta».
Así las cosas, UNICEF ha hecho un llamamiento para que se ponga fin a las atrocidades contra los civiles en el estado birmano de Rajine, de donde proceden los refugiados, y para que los actores humanitarios obtengan «acceso inmediato e ilimitado a todos los niños afectados por la violencia allí» ya que actualmente la agencia de la ONU no puede acceder a los menores que se encuentran en esta región birmana.
Igualmente, ha defendido la necesidad de una solución a largo plazo, que aborde la falta de Estado y la discriminación de la que son objeto los rohingya en Birmania, tal y como recomienda la Comisión Consultiva del Estado de Rajine. Asimismo, ha respaldado la vuelta «segura, voluntaria y digna» de los refugiados a Birmania.
Ante la celebración el 23 de octubre de una conferencia internacional de donantes en Ginebra, UNICEF ha instado a los donantes a que desembolsen fondos para contribuir al llamamiento por 76,1 millones de dólares (64,3 millones de euros) solicitados para atender a los niños afectados por esta crisis, tanto los refugiados como los de las comunidades de acogida vulnerables. Por ahora, la agencia de la ONU solo ha recibido el 7 por ciento de estos fondos.
Líderes musulmanes pedirán al papa que interceda por los rohinyás
Mientras tanto, y ya en el primer día del viaje del Papa Francisco a Myanmar, líderes de la comunidad islámica del país han indicado que van a pedir al pontífice que interceda en favor de los rohingya durante su estancia.
«Le diré que pida a las autoridades que resuelvan el problema rohingya», adelantó a Efe Al-Haj U Aye Lwin, que es el coordinador del Centro Islámico de Myanmar y que el martes se reunirá con el Papa en el marco de un encuentro con líderes religiosos locales.
«Las autoridades escuchan al Papa como a un amigo», dijo Aye Lwin, miembro de la comisión formada por el ex secretario general de la ONU Kofi Anan para promocionar la paz y el desarrollo en el estado de Rakáin, hogar tradicional rohinyá en el oeste birmano.
Aye Lwin destacó la importancia de la reunión que el Papa ya mantuvo hoy, cuando estaba prevista para el jueves, con el jefe del Ejército birmano, general Min Aug Hlaing, arquitecto de la operación que desencadenó el drama rohingya y que aún sigue en marcha en Rakáin.
Esa incursión militar ha incluido desde fines de agosto la muerte de cientos de personas, violaciones múltiples, la quema de pueblos y cultivos y el exterminio del ganado de esa minoría.
El vecino país es la segunda y última escala del viaje del pontífice, en un intento de mediar entre Bangladesh y la antigua Birmania, que la pasada semana firmaron un Memorándum de Entendimiento para la repatriación de los refugiados rohingya.
La ausencia de censo de esa comunidad, a la que Birmania no reconoce la ciudadanía por considerarla «bengalí» –y por tanto, extranjera-, y el rechazo de los desplazados a dejar Bangladesh, son escollos que impiden llevar a cabo a corto plazo esa repatriación.
Y el objetivo es que ambos países acuerden los términos de un regreso en condiciones que sean aceptables para los refugiados.
«El Santo Padre puede acelerar el acercamiento entre las partes», dijo a Efe el presidente de la Conferencia Episcopal birmana, obispo Felix Lian Khaen Thang, quien no descartó la mediación papal.
El actual escenario político en Birmania amenaza con conducir, no obstante, a cualquier mediador a un auténtico avispero.
Aye Lwin sitúa el drama rohingya en la lucha interna que enfrenta al Gobierno con el Ejército desde que en 2015 el triunfo electoral de la Liga Nacional para la Democracia (NLD), el partido de la líder birmana, Aung San Suu Kyi, puso fin a décadas de poder militar.
«Estamos todavía en el proceso de transición política, que no ha terminado», dice el coordinador del Centro Islámico de Myanmar, quien mantiene que «la operación militar contra los rohingya fue una maniobra del Ejército para poner en un aprieto a Suu Kyi».
«Los militares saben que Suu Kyi no puede defender en público a un grupo musulmán porque la gente se le echaría encima», afirma el líder islámico, en referencia a la radicalización registrada en parte de la población, en un 90 por ciento budista.
Recuerda que Suu Kyi fue duramente criticada hace dos años porque los musulmanes la votaron en bloque en las elecciones que la auparon al poder, y los militares y sus aliados, los monjes budistas radicales, la acusaron de querer iniciar la «islamización» del país.
«No defiendo a Suu Kyi, pero hay que entender su situación», precisa el académico musulmán, quien subraya que cuando la comunidad internacional la critica por el drama humanitario que se produce bajo su mandato, «quienes más felices están son los militares».
Tras reunirse hoy en Rangún con el general Hlaing -a quien recordó «la responsabilidad de las autoridades en este periodo de transición», según el Vaticano-, el Papa lo hará mañana con su rival política, Suu Kyi, en la nueva capital birmana, Naipydo.
El coordinador del Centro Islámico de Myanmar comenta que, aparte de plantearle que interceda por la minoría rohinyá, al Papa le va hacer otra petición: «Que rece por todos nosotros».