"Si la Iglesia ha de acoger verdaderamente a las víctimas y sobrevivientes del abuso clerical en sus brazos como una madre amorosa, entonces toda estructura de rendición de cuentas debe incluir un compromiso y un acompañamiento
(Hernán Reyes Alcaide, corresponsal en el Vaticano).- Después de los reclamos del cardenal Oswald Gracias para enfatizar la rendición de cuentas de los miembros del clero acusados de pedofilia con la Justicia Civil, el arzobispo de Chicago Blase Cupich presentó este viernes una serie de puntos para mejorar la «accountability» al interno de la Iglesia.
«Tristemente, mucha de nuestra gente, no solo los abusados o los padres de los abusados, sino también los fieles en general se preguntan si nosotros, los líderes de la Iglesia, comprendemos plenamente esta realidad, particularmente cuando ven que se da poco cuidado a los niños abusados, o peor aún, cuando se encubre para proteger al abusador o a la institución», expresó Cupich en su discurso en el segundo día de trabajo de la cumbre anti-abusos convocada por el papa Francisco en el Vaticano.
Continuando con el tono de autocrítica que impregnó la primera jornada, Cupich planteó hoy que «esta es la fuente de la creciente desconfianza en nuestro liderazgo, sin mencionar la indignación de nuestro pueblo«.
El purpurado estadounidense basó su presentación en la propuestas de una serie de medidas para aumentar los procedimientos de rendición de cuentas dentro de la Iglesia y mejorar los procesos frente a las acusaciones de abusos sexuales a mimebros del clero.
«La primera orientación es una postura perpetua de escucha radical para comprender la experiencia aniquiladora de aquellos que han sido abusados sexualmente por el clero», propuso.
Parafraseando el motu propio del papa Francisco de 2016 en el que endurece las sanciones canónicas a encubridores, Cupich agregó que «la Iglesia, como madre amorosa, debe abrirse continuamente a la realidad desgarradora de los niños cuyas heridas nunca sanarán«.
«Nuestra escucha debe ser activa, buscando a quienes han sido heridos y tratando de servirlos», reclamó a los 190 participantes.
«En otras palabras, la obligación de rendir cuentas dentro del colegio episcopal, marcada por la sinodalidad, puede configurarse de manera que se convierta en una sólida red de guía, gracia y apoyo que no deje solo al líder individual en situaciones difíciles ni se base en la falsa impresión de que la Santa Sede debe dar todas las respuestas», planteó.
En ese marco, el también miembro del Comité organizador del encuentro puso de relieve que «el principio orientador final que es esencial para que las estructuras de rendición de cuentas por el abuso sexual del clero sean efectivas es el llamado al acompañamiento».
«Si la Iglesia ha de acoger verdaderamente a las víctimas y sobrevivientes del abuso clerical en sus brazos como una madre amorosa, entonces toda estructura de rendición de cuentas debe incluir un compromiso y un acompañamiento que sean verdaderamente compasivos», presentó.
Las palabras de Cupich aparecieron hoy como la segunda serie de propuestas concrtas, tras los 21 puntos que ayer entregó el propio Francisco a los participantes como disparador de los trabajos.
Le Cardinal Cupich évoque les procédures à l’égard des évêques et rappelle qu’un évêque, ou un supérieur majeur «peut être renvoyé si son manque de diligence à cet égard est grave, même s’il n’y a pas de faute intentionnelle sérieuse de sa part»#PBC2019 #abusesummit pic.twitter.com/gqK6dMmL9L
— Philippine de Saint Pierre (@pdesaintpierre) February 22, 2019
«Estas estructuras de rendición de cuentas también deben ser justas y seguras, produciendo sanciones para proteger a los vulnerables cuando el acusado es culpable, y declaraciones de inocencia cuando el acusado no tiene culpa», agregó luego Cupich, tras trazar un recorrido por el estado actual del marco normativo en la Iglesia.
«El llamado de la Iglesia a acompañar a las víctimas exige una mentalidad que rechaza categóricamente los encubrimientos o el consejo de distanciarnos de los
sobrevivientes de abusos por razones legales o por miedo al escándalo, lo que bloquea el verdadero acompañamiento de quienes han sido victimizados», agregó en otro de los puntos que presentó.
«La tarea que tenemos ante nosotros es centrar estos principios en el diseño de estructuras institucionales y legales específicas con el fin de crear una obligación de rendir cuentas genuina en los casos relacionados con la mala conducta de los obispos y superiores religiosos, y el mal manejo de los casos de abuso infantil», explicó.
«Todos los mecanismos para reportar acusaciones de abuso o mal manejo de casos de abuso contra un obispo deben ser transparentes y bien conocidos por los fieles», reclamó Cupich en esa dirección, entre la que incluyó el posible «establecimiento de mecanismos independientes de información en forma de una línea telefónica específica o un servicio de portal web para recibir y transmitir las acusaciones«.
Por último, siguiendo el pedido de esta semana del arzobispo de Malta Charles Scicluna para cambiar la cultura del silencio que arrastra la Iglesia en estos casos, Cupich aseveró que «la denuncia de un delito no debe verse obstaculizada por el secreto oficial o por normas de confidencialidad«.
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