Padrino, es un concepto que en nuestra cultura está perfectamente fijado. Y no sólo en el ámbito religioso. La primera acepción de apadrinar es «actuar como padrino de una persona en una ceremonia religiosa en la que recibe un sacramento, o en una competición, o en un acto en que recibe un honor» y la segunda «ayudar a que tenga éxito o triunfe una persona que comienza a trabajar». En ocasiones, ambas definiciones se funden en una. Así eligiendo padrino para un niño lo que se busca más es lo segundo que lo primero.
En lugares vinculados con la Mafia esta confluencia de intereses puede tener ribetes siniestros. Por este motivo, la Archidiócesis de Palermo (Sicilia) ha tomado la decisión de suspender de manera temporal la función del padrino o madrina en el sacramento del bautismo durante tres años a partir del próximo 10 de julio de 2023. Se busca evitar con esto que la figura del padrino se acabe desvinculando de la organizaciones mafiosas. Que no se escoja a ‘capos’ de la Mafia para ejercer de padrino de un bautizado.
Según el arzobispo de Palermo, monseñor Corrado Lorefice la función de padrino es cesión que hace la Iglesia a fieles para que «la aptitud y la intención de ejercer este oficio» que, tal y como recuerda el purpurado, los padrinos son aquellos que deben velar por que el apadrinado lleve una vida y una educación en consonancia con la fe católica. Así lo asegura en El Debate.
Sin embargo, tal y como recuerda, el arzobispo Lorefice «con el paso del tiempo, las convenciones sociales y los hábitos establecidos han comprometido el auténtico significado de este oficio ejercido en nombre y por mandato de la Iglesia» y que la función del padrino o madrina se ha «confundido con relaciones de parentesco, cuando no incluso con vínculos ambiguos, y relegado, las más de las veces, a un mero momento ritual».
Monseñor Loefice señala que el padrino en el bautismo «es una figura importante, aunque no imprescindible» para la ejecución válida del sacramento.
Sicilia no es la primera diócesis en Italia en tomar esta decisión que, si bien en lugares con marca influencia de la Mafia se puede entender, en otro realmente recorta la intervención de los seglares en el día a día de la actividad religiosa algo estrechamente vinculado al catolicismo, especialmente, desde el Concilio Vaticano II que fue cuando tomó más fuerza la intervención de los seglares en el desarrollo de los sacramentos.
Ahora, sin embargo, la Iglesia italiana quiere que la figura del padrino se tome un descanso de tres años para volver a ser una guía en la vida espiritual y no alguien que ayude al triunfo rápido. Es decir, que al oír la palabra no pensemos inmediatamente en el película de Francis Ford Coppola.
