Se ha destapado como un goleador, como un futbolista que es capaz de ganarte un partido por sí solo
Es indiscutible que Gareth Bale es un jugador de otra galaxia, uno de los mejores del mundo y uno de los pocos que puede medirse a los intocables Cristiano Ronaldo y Lionel Messi.
La duda sobre la conveniencia del fichaje del galés gira alrededor de si el Real Madrid necesita un jugador de sus características o no.
¿Dónde jugaría? ¿Es compatible con Cristiano Ronaldo? ¿Encajaría en el esquema de Ancelotti?
Como explica Francisco Ortí en Futbol de Primera, Bale se dio a conocer al universo futbolístico como un lateral izquierdo de largo recorrido y proyección ofensivo. Sin embargo, el Gareth Bale actual está muy lejos del de sus inicios.
Temporada tras temporada los entrenadores han adelantado su posición en el campo hasta acercarlo al área rival, donde es más decisivo.
Tras su última temporada, se ha consagrado como un jugador que marca diferencias y tiene una pegada letal. Se ha destapado como un goleador, como un futbolista que es capaz de ganarte un partido por sí solo.
Para hacer un simil sencillo, sería una versión muy parecida de Cristiano Ronaldo, pero zurdo en lugar de diestro. Es rápido, vertical, con un potencia física muy superior a la media.
Lanza las faltas y tiene un golpeo demoledor desde media distancia. Pero todo ello con la pierna izquierda.
Es Cristiano Ronaldo a través del espejo. Además, se mueve por la misma zona del campo, la banda izquierda y el área de influencia del mediapunta. Compatibilizar a ambos sería el gran reto de Carlo Ancelotti si se cierra el fichaje del extremo galés.
El esquema favorito de Carlo Ancelotti es el que bautizaron en Italia como «árbol de Navidad».
Es el dibujo que utilizó durante muchos años en el AC Milan con el que se proclamó campeón de Europa. Era un 4-3-2-1 con dos mediocentros de trabajo (Ambrosini y Gattuso), uno creador (Pirlo) y dos mediapuntas de toque (Kaká y Seedorf).
En ese sentido, la figura de Gareth Bale encajaría únicamente en la posición de mediapunta. El galés no es un jugador de toque, pero el estilo del Real Madrid debería ser distinto al de aquel Milan.
Desde luego, practicaría un fútbol más rápido y directo. Bale y Cristiano Ronaldo podrían convivir por detrás de un delantero como Benzema, que sabe bajar a recibir para crear espacios a su espalda. Es una de las opciones más probables.
Una de las alternativas que más se ha comentado para hacerle sitio a Gareth Bale es reconvertir a Cristiano Ronaldo a delantero centro. El escaso peso que han tenido Higuaín y Benzema a lo largo de la temporada obliga a pensar que el Real Madrid debería reenfocar el puesto de nueve.
Cristiano Ronaldo es una solución lógica puesto que ya es el máximo goleador del equipo. En Portugal ya ha desempeñado ese rol y si llegara Gareth Bale tendría un hombre a sus espaldas que le hiciera el trabajo sucio de hacerle llegar balones y correr sin descanso.
Además, de este modo, sus funciones sobre el terreno de juego quedarían bien diferenciadas y no chocarían en labores creativas. Sin embargo, existe el riesgo de que si Cristiano Ronaldo se frustrara en algún partido por la ausencia de balones se colara en la zona de influencia de Bale.
Durante las últimas temporadas el Real Madrid ha estado jugando con un esquema 4-2-3-1 y la llegada de jugadores de corte creativo como Illarramendi e Isco invita a pensar que se mantendrá una apuesta similar.
Por lo tanto, otra opción para que Gareth Bale encaje en el dibujo táctico es situar al galés pegado a la banda izquierda. Bale sería el duelo del costado izquierdo del terreno de juego y Cristiano Ronaldo tendría libertad de movimientos a la espalda de Benzema.
También podría situarse a Cristiano en la otra banda y dejar la zona de la mediapunta para un especialista como Isco y Ozil, aunque eso restaría pegada al Real Madrid.
Por último, existe también la opción de convertir a Cristiano Ronaldo y Gareth Bale en dos de las tres puntos de un tridente, jugando con un delantero centro entre ambos. Cada uno jugaría en una banda.
Lo más probable es que lo hicieran a banda cambiada para lanzar diagonales constantemente y aprovechar la pegada de ambos jugadores.
En ese sentido lo más conveniente es que el delantero centro no sea un hombre rematador, sino uno que sepa retroceder su posición cuando fuera necesario. Benzema mezclaría a la perfección en esta opción.
