Nervios entre Bartomeu, Laporta, Benedito y Freixa a horas de conocer quién será presidente

A escasas 24 horas de saberse quién será el nuevo presidente del FC Barcelona, el 41ª de la historia a no ser que resulte ganador Josep Maria Bartomeu, el presidente saliente y que es el número 40 del club, hay ciertos nervios entre los cuatro aspirantes –Joan Laporta, Agustí Benedito y Toni Freixa además de Bartomeu– por saber quién de ellos ocupará el cargo y quién podrá poner el mejor broche a una campaña larga y muy movida.

Pese a la incursión de Joan Laporta en la carrera electoral, y la sabida mala relación recíproca con Josep Maria Bartomeu, pese a que Agustí Benedito ha demostrado tener bazas para cargar contra el resto tras hacer equipo y base como segundo candidato más votado en 2010, y pese a que la guinda era un Toni Freixa contrario a Laporta y dolido con Bartomeu por su pérdida de peso dentro de la última Junta, no ha sido una guerra abierta ni cruel como podía ser de esperar.

Ha sido una campaña sobre todo larga que se ha podido hacer reiterativa en cuanto a propuestas y achaques, porque pequeñas batallas sí que ha habido. No así demasiados debates, únicamente uno en TV3 y Catalunya Ràdio con los cuatro candidatos presentes porque Bartomeu así lo quiso, rechazando realizar más porque consideraba que como precandidato no tenía lugar ir a contraponer ideas y programas con el resto de aspirantes.

Y, a tenor de los medios de comunicación en general, de ese debate salió ganador Toni Freixa y salió vivo de él Josep Maria Bartomeu, pese a que en dialéctica y en oratoria seguramente sea el más flojo de los cuatro. Muchos esperaban un Laporta más batallador, y quiso mostrar su cara más templada quizá para evitar que se le siga reprochando sus ‘Al loro!’ o excentricidades. Y, Benedito, de menos a más, estuvo en su línea, bien marcada y argumentada.

Uno de los puntos clave de esta campaña ha sido la publicidad de Catar en la camiseta. Por un lado, su artífice y defensor férreo, Bartomeu, quien incluso ha dejado firmado un precontrato con los cataríes por si es reelegido, o para que lo pudiera firmar el ganador. No será así, pues el resto se ha mostrado contrario cuanto menos. Eso sí, sorprendió Bartomeu al anunciar que también estaba firmada una cláusula de tanteo en manos de Catar.

Benedito asegura tener 4 alternativas, y ha presentado una de ellas; la bebida energética de una empresa británica de capital indio ‘Flight without wings’. Freixa, por su parte, intenta desmarcarse de Catar y luchará por tener una alternativa y, por su parte, Laporta esgrime que como en su anterior mandato será Unicef quien luzca en la camiseta blaugrana, sin renunciar a tener otro patrocinador con el que obtener ingresos.

En cuanto al aspecto deportivo, todos parecen claro que el éxito pasa por potenciar la Masia, pero con matices. Se le reprocha a Bartomeu el descenso del filial a Segunda B y que no suben jugadores al primer equipo con nivel, como antes. En eso coinciden sus tres rivales, por mucho que Bartomeu defienda con números que se sigue tirando de la Masia y apostando por ella, aunque quizá no apunte con cuántos minutos ni con qué importancia y calidad suben esos canteranos. Muchas ideas han presentado Laporta, Benedito y Freixa.

Quizá, quien más luz haya aportado a este debate es Freixa, quien quiere crear una Comisión Técnica colegiada que, en la Masia, contaría con Laureano Ruiz, el fundador ideológico de la misma. De la mano de Bakero y Nadal irá Freixa, mientras que Laporta traería a Eric Abidal de vuelta como secretario técnico para ser su nuevo Begiristain. Benedito quiere a Monchi, del Sevilla, aunque no le tiene y, Bartomeu, no ha querido desvelar el nombre de su nuevo director deportivo, que no será Andoni Zubizarreta aunque en campaña le haya atribuido parte del éxito y del triplete.

En la economía despunta Bartomeu, quien defiende que ha dejado unos ingresos de 608 millones de euros y unos beneficios de 15 millones de euros. Pero el ‘Espai Barça’, su otro tótem junto al triplete y el tridente, representaría una inversión de 600 millones de euros, y ahí está el punto de discusón. Freixa lo tiraría adelante, mientras que Laporta y Benedito no están de acuerdo y, pese a que el proyecto está aprobado por el socio en referéndum, intentarían cuanto menos modificarlo y volver a someterlo a votación, si fuera necesario.

En definitiva, una campaña de propuestas y de nombres, en la que cada uno ha aportado encuestas bien distintas que hace dudar de cada una de ellas. La intención de voto se verá este mismo sábado, en unas horas, y también se conocerá el nivel de participación.

A excepción de Bartomeu, todos prevén que será muy baja. Un sábado, en julio, se temen que muchos socios estén de vacaciones o de fin de semana. Quienes acudan a votar elegirán al 41º presidente, o el 40 si sigue Bartomeu y, ahora sí, sería por elección del socio y no por prolongar el mandato de su predecesor, el dimitido Sandro Rosell.

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