Leo Messi tenía guardada su última bala para el Balón de Oro en la final de la Copa del Rey. El crack del Barça sabe que Cristiano Ronaldo tiene ventaja en la lucha por el galardón individual, pero el argentino quiso enseñarle al mundo un fútbol que el jugador del Real Madrid no puede alcanzar y lo hizo con todas sus letras.
El crack argentino destrozó al Alavés con un gol y una asistencia de otro mundo tras una jugada sensacional, pero sobre todo dio la sensación de ser el jugador más imparable del mundo.