Lío. La continuidad de Neymar no gusta por igual a un vestuario que alucina con la bajada de pantalones de directiva, presidente y entrenador.
La pataleta de Neymar responde a un doble drama. Primero, amenazar con una fuga para volver a sacarle más dinero al Barcelona, después de que, desde el entorno del brasileño, en concreto el padre, lleve un ataque de celos bestial con la cifras de la renovación de Messi y la prima de fichaje que se llevará el argentino.
Y segundo, y el tema que ha calentado a algunos pesos pesados del equipo, que Neymar exige la llegada de varios ‘amigos’ brasileños al vestuario del Barça aduciendo que se siente solo.
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