Desde el Exilio

Miguel Font Rosell

El mercado laboral: su revolución. Apuntes para un debate

 

La “crisis” es la palabra mas utilizada por todos en estos tiempos. Pero, ¿Qué dice de ella el diccionario de la lengua española?. Contiene 7 acepciones, aunque de ellas, quizá la que mas se adapte a lo que nos ocupa y afecta a todos, o al menos a la mayoría, sea la 3: “situación de un asunto o proceso cuando está en duda la continuación, modificación o cese.” También la 6: “escasez, carestía” tiene mucho que ver con el asunto, pero no explica, de fondo, el concepto tan claramente. Finalmente la 7, por extensión: “situación dificultosa o complicada”, también aporta claridad, aunque sin duda, me quedo con la 3 para comprender definitivamente el asunto.
Pero, ¿qué es lo que está en duda, o es preciso modificar, o acabar con él?. Evidentemente el sistema que nos ha llevado a la situación actual, un sistema que teóricamente siempre se nos ha dicho que es el menos malo de los conocidos, sobre todo por parte de aquellos a los que le va de cine con su aplicación, pero que puesto en práctica acaba siempre en manos de los mas aprovechados y aleja cada vez mas al ciudadano de su control, de la petición de responsabilidades, de las correcciones y del aporte de soluciones. Desde que el mundo es mundo, el poder, el dinero, la notoriedad, la ambición, la mentira, la traición y la falta de escrúpulos, siempre han sido los ingredientes necesarios para quienes aspiran a manejar la batuta del destino de sus pueblos, y desgraciadamente nuestro sistema ni controla, ni impide que quienes nos gobiernan prescindan de tales “aptitudes”, mas bien todo lo contrario.
De las innumerables deficiencias del sistema, al menos de tal y como está constituido, podríamos escribir tratados, de ahí que el significado de la palabra “crisis” tome cada vez más su máximo protagonismo, no el económico, como nos quieren hacer creer, sino el del propio sistema.
Ante la definición de la palabra en sí, nos queda la duda de cual de las tres opciones precisamos: la duda en la continuación, la modificación o el cese.
Analizando someramente cada una de las opciones, evidentemente las soluciones serán muy distintas:
Lo políticamente correcto, lo establecido y lo que tiene mas visos de opción, aunque finalmente nos vayamos todos al mas absoluto desastre, es el de la continuación, con ciertas dudas y a quien aplicar pequeños parches. Es lo que se está haciendo, evidentemente con resultados absolutamente nulos, aunque siempre con el consabido mensaje “positivo” necesario para seguir engañando a los menos informados, a los menos comprometidos y a quienes menos defienden su condición de “ciudadano” con todas sus implicaciones, es decir, a la mayoría.
La opción de la modificación en profundidad, requiere muchos sacrificios para todos y principalmente para quienes tienen la sartén por el mango, de ahí que ni siquiera se lo planteen, ya que es algo parecido a poner a la zorra a cuidar a las gallinas.
La tercera de las opciones, la del cese del sistema, requiere su sustitución por otro mas perfeccionado, algo perfectamente posible en el mundo del I+D+i para todo menos para la política, algo en donde el ciudadano debería estar mucho mas informado y tener realmente la sartén por el mango, una hiper democracia que ninguna de las mafias al uso que manejan la política con mano de hierro y atando en corto al pueblo, nunca consentiría y que para ello no dudaría en llevar una vez más al huerto a esa gran parte de un pueblo aborregado que constituye actualmente la mayoría en España.
Así las cosas, pareciéndome suicida la primera opción, muy complicada la segunda y utópica la tercera, aun cuando mi corazón me pide insistentemente optar por esta última, o al menos que ello sea el objetivo deseable, trataré de aportar mi granito de arena a la segunda de las opciones, que la Real Academia de la Lengua Española le da a la palabra crisis en su acepción 3ª, y lo haré, al menos ahora, no para el debate sobre la solución de los problemas políticos, algo que prefiero tratar aparte, sino hacia los económico-sociales.
El cáncer económico y social mas importante, con diferencia, que se deriva de la actual crisis, es la situación de paro en la que están inmersos alrededor de 5 millones de españoles en edad laboral, algo infinitamente mas importante que la prima de riesgo o la deuda externa, ya sea pública o privada. Tras ello la falta de competitividad de nuestras empresas, la de efectividad de nuestras instituciones y la credibilidad que ofrecemos. Le sigue la extraordinaria economía sumergida, desconocida en Europa, que por otra parte maquilla bastante el número real de parados, número que si fuese real llevaría al país a una revolución interna de consecuencias impensables. Evidentemente son muchas mas las consideraciones a tener en cuenta en cuanto al análisis económico y social de nuestra crisis, pero los tres grupos apuntados, por si solos, constituyen el grueso del problema a solucionar.
Propuesta.
La propuesta que voy a exponer requiere sacrificio por parte de muchos, así como corregir gran parte de su puesta a punto, con muchos matices y demás consideraciones, pero creo que su aplicación corregiría la mayor parte del problema y podría ponernos en la senda de la solución a nuestra crisis y sobre todo hacernos mucho mas creíbles.
Básicamente consiste en reducir la jornada laboral obligatoria de trabajo a 6 horas al día, pero con obligación para todos los empleadores (con especificas excepciones) de establecer jornadas de trabajo de 12 horas, en lugar de las 8 actuales, de manera que si una empresa tiene 100 trabajadores que generan actualmente 800 horas de trabajo al día, a razón de 8 horas de trabajo diario por trabajador, con horario de 9 a 1 y de 4 a 7 (las 100 personas), pase a tener 150 trabajadores que generan 900 horas de trabajo al día, a razón de 6 horas de trabajo diario por trabajador, bien de 8,30 a 14,30 (75 personas) y de 14,30 a 20,30 horas (las otras 75). En definitiva generar mas horas de trabajo y repartirlas, trabajando mas personas, menos horas cada uno y en dos turnos.
Ello evidentemente sin liberados sindicales de ningún tipo y sin ayudas del Estado, tanto a sindicatos como a organizaciones empresariales, y suavizando enormemente las condiciones de despido, al existir una oferta de trabajo superior al 50% sobre al actual, de manera que, además, nadie pudiera tener una nómina de mas de 30 horas semanales, debiendo completar su retribución, en caso de querer hacerlo, con trabajos autónomos. Los complementos salariales solo serían debidos a la aportación de ideas y técnicas que mejorasen la productividad y la competitividad de las empresas.
Analicemos ahora los pros y los contras de esta medida, y ahí es donde deberíamos abrir el debate para poder enriquecer la propuesta.
A favor:
*El paro en España pasaría a ser algo testimonial.
*La conciliación laboral finalmente sería un hecho.
*Mayor incorporación de la mujer al mundo del trabajo, al poder conciliar sus otras dedicaciones (quienes las ejerzan) con el trabajo por cuenta ajena.
*Todos los trabajadores dispondrían de la mañana o de la tarde libre.
*La apertura de todo comercio, empresa, institución, etc., de 0830 a 2030 garantizaría una facilidad absoluta para el ciudadano para todo tipo de trámite, compra o actividad.
*El horario de los colegios podría ser de 0800 a 1500 con lo que los padres podrían llevar y recoger a los niños sin perder su horario de trabajo (0830 a 1430) ejerciendo el turno de la mañana.
*Los empresarios dispondrían de mayor número de horas trabajadas (12,5% mas).
*Al trabajar en dos turnos se reducirían los puestos físicos de trabajo, algo que demandan cada vez mas los progresos en informática y técnicas de trabajo, pero se aumentaría con ello el rendimiento, debido a los dos turnos.
*El coste en material de trabajo para las empresas sería menor (ejemplo: para 150 trabajadores solo 75 ordenadores y no los 100 para los 100 trabajadores actuales, o en una empresa de reparto actualmente con 8 trabajadores que debe tener 8 vehículos, con 12 trabajadores a dos turnos le llega con 6 vehículos).
*El país sería mucho mas creíble y competitivo.
*Podrían bajarse los impuestos.
*Habría mayor capacidad de compra para mas consumidores y por tanto de reactivar la economía para todos los españoles.
*Existirían mas horas libres bien para el ocio, la cultura, el deporte, los hijos o para trabajos autónomos, para quienes quisieran mantener sus actuales ganancias.
*La seguridad ciudadana se incrementaría al disponer de trabajo todos los que lo necesitasen.
*Las cuotas a la seguridad social se incrementarían considerablemente y el sistema se mantendría sin problemas.
*Habría mas cotizantes a la seguridad social.
*Las jubilaciones estarían aseguradas para todos.
*En las empresas, al haber dos turnos se precisaría de una cultura de trabajo y de coordinación en equipo, que ahora no existe, que además generaría competencias buenas para la productividad.
*El mayor número de horas trabajadas incrementaría la producción y forzaría al empresario a buscar nuevos mercados.
*La movilidad en el trabajo sería mucho mayor, con una gran facilidad para encontrar cualquier tipo de trabajo y para el empleador para seleccionar mejor al personal.
*Se reactivaría el mercado de la vivienda en alquiler.
*Se acabaría de una vez por todas con esta lacra de los liberados que hemos de soportar entre todos.
*Los sindicatos y las organizaciones empresariales estarían soportados únicamente por quienes estuviesen realmente interesados en su cometido.
*La formación laboral, ahora penosa, en manos de sindicatos y organizaciones empresariales, pasaría al Estado, sin cantidades “distraidas” para otros menesteres.
*Los trabajadores que actualmente trabajan mas horas de las cobradas serían mas controlables, ya que al tener asignada jornada de mañana o de tarde nunca podrían hacerlo fuera de su jornada asignada, so pena de graves sanciones para la empresa.
*Habría mas aportaciones al progreso de la empresas por parte del trabajador a la espera de incrementar sus emolumentos.
*La actividad sumergida decrecería enormemente.
*Etc.
En contra:
*Quienes actualmente trabajan la jornada de 8 horas, al pasar a 6 rebajarían sus ingresos en un 25%, salvo que completasen esas dos horas con trabajos autónomos complementarios.
*Para el empleador el hecho de mayor número de horas significa un incremento en las nóminas, así como en la gestión para colocar el producto y un reto a la productividad.
*Reorganización interna de las empresas con aumento de costes indirectos.

No se trata de ningún planteamiento filocomunista, pues nadie pretende igualar salarios, eliminar beneficios empresariales o cortar a todos por el mismo patrón, sino conseguir una sociedad mas solidaria, mas justa, menos conflictiva y mas libre, para que cada uno pueda ejercer su trabajo y ser remunerado en función de sus aptitudes y conocimientos.
Evidentemente son muchos los detalles a pulir en los que podemos entrar, así como en las soluciones a quienes abren sábados y domingos, a los empresarios que por sus posibilidades no necesitan crecer, sino incluso lo contrario, a la determinación correcta de la fuerza de trabajo de cada empresa o institución, a qué hacer con aquellos que realmente no quieren trabajar y renuncian a cualquier trabajo que se les ofrece, a buscar otros horarios para empresas de actividad nocturna, etc.
Todo ello de importancia, pero nunca tanto como poder solucionar el paro en España y la posibilidad de empleo para tantos expulsados de la vida laboral todavía en edad de trabajar, algo fundamental, tanto en el orden social como en el económico.
Con una tasa de paro superior al 25% y creciendo, por muchas milongas que nos cuenten, su disminución, con las actuales condiciones, no funciona ni funcionará, ya que cada vez, al avanzar el progreso tecnológico, irá echando a mas ciudadanos del mercado laboral. Se trata de abrir debate sobre una posible revolución de calado en el mundo laboral, sus pros, sus contras y su posible regulación en bien de todos los ciudadanos, sus economías, su vida profesional y familiar.

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Miguel Font Rosell

Licenciado en derecho, arquitecto técnico, marino mercante, agente de la propiedad inmobiliaria.

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