Desde el Exilio

Miguel Font Rosell

Piensa mal y acertarás… o no.

 

El Partido Popular, a estas alturas el partido más corrupto de la historia de la “democracia” española, intocable judicialmente como tal, tras perder la mayoría absoluta y teóricamente escarmentado de todas sus tropelías en el gobierno, acabó acordando con Ciudadanos que a partir de ahora van a ser buenos, muy honrados, celosos vigilantes de la pulcritud política y bla, bla, bla.
Con solo un soplidito de aire polar, no han dudado en volver a pedirle a los más necesitados que vuelvan a llenar los bolsillos de las eléctricas, su principal destino post mortem, algo que, según Rajoy, se soluciona depende de lo que caiga (haciendo sacrificios a los dioses, a la vieja usanza), pues bien, ahora que ya cae (las eléctricas ya han cobrado de los mindundis), y con la que está cayendo, no se les ocurre otra lindeza y mejor momento, que colocar al más inútil de la clase, al que ya tuvieron en su día la osadía de hacerlo director de la benemérita, ante una puerta giratoria, que en plan ruleta, le adjudica alrededor de 150.000 euros al año simplemente por asistir a 16 reuniones… eléctricas (¿será un gurú del clima?). Todo ello sin necesidad siquiera de tener que hablar, solo con asistir y por supuesto sin tener que demostrar sapiencia alguna sobre la materia a tratar, entre otras cosas porque de cuestiones eléctricas, salvo que de enchufes se trate, nada se le conoce a un señor que antes de entrar en política, su experiencia profesional consistía, al parecer, en ciertas actividades como auxiliar de jardinería e inspecciones de pintura naval, sin que además, todo ello tuviera como soporte formación académica alguna, condición, no obstante, suficiente para medrar largamente en política.
¿Porqué suceden estas cosas?. Lo siento pero no me queda otra que ser de una incorrección política insultante. Porque los españoles somos en general, en materia política, absolutamente primitivos, superficiales, gilipollas, o lo que se quiera, porque nos lo merecemos, porque la corrupción, en el fondo, no es algo que nos preocupe demasiado, cuando siempre hemos preferido las fantasías más absurdas que nos garanticen una vida cómoda, que la realidad que nos exige conocer, comprometernos, ir contra corriente y actuar responsablemente. Nos ha pasado y nos pasa en materia de religión y nos ha pasado y nos pasa en materia política. Preferimos agachar la cabeza y ampararnos en la masa, que levantarnos y gritar !basta! ante el silencio de los corderos. Somos un pueblo castrado ante lo trascendental y visceral ante lo superfluo, que prefiere engañarse atribuyendo a los políticos todos los males cuando estos no son más que el reflejo de nuestra sociedad, unos listos que se aprovechan de nuestra dejadez, de nuestra falta de implicación y de conciencia social.
En España, los partidos que han pisado alfombra colocan, en general, en sus listas al Parlamento Europeo, en instituciones absurdas de todo tipo, en cargos que nadie sabe para que sirven y que se han ido inventando a tal fin, a las vacas sagradas de sus oligarquías, que tras años de vivir de la política, sin más oficio ni beneficio que deambular por cargos, carguitos y carguetes, finalmente acaban con percebes en los cataplines de conocer todo tipo de chanchullos, financiaciones ilegales, cacicadas varias y adjudicaciones fraudulentas, siendo imprescindible que se les conduzca a la escuela de los tres monitos (ni ver, ni oír, ni hablar), al cementerio de los elefantes, premiándoles, en compensación, con emolumentos de escándalo que acabamos pagando entre todos. Esto pasaba cuando el bipartidismo se repartía el poder, sin que nadie lo cuestionase (entre bomberos no se pisaban la manguera), aunque lo verdaderamente grave es que siga ocurriendo ahora y nadie le ponga remedio. ¿Que no sabrá y no callará un ex director de la guardia civil?. !Otro retiro por elevación!. Se que estoy pensando mal pero, ¿acierto…o no?.
Pero, ¿porque sigue ocurriendo?. El día que Rajoy vio que en unas segundas elecciones, tras todo lo sucedido, que en cualquier otro pais europeo medianamente serio supondría la desaparición de su partido, ello no solo no ocurría, sino que todavía subía en votos aunque no tuviera la mayoría absoluta, comprendió que seguía teniendo la sartén por el mango (atado y bien atado), pero que además podía seguir cachondeándose de todos, ya que unas terceras elecciones, pasase lo que pasase, ante la guerra interna tanto en el PSOE como en Podemos, le darían incluso la mayoría absoluta, pues aunque Ciudadanos representase la cordura, el equilibrio y un ejercicio de la práctica de lo posible, eso aquí, en Carpetobetonia, no tiene excesivo tirón.
Ahora se pasa el pacto con Ciudadanos por el arco de triunfo, decide practicar su deporte favorito (el si pero no, aunque ya veremos, depende, no obstante pudiera ser… o no), con la posibilidad de volverse a presentar a las próximas elecciones, pacta con la gestora de la impresentable ambiciosa y traidora Susana (perdón, con el PSOE) lo que le apetece, vuelve a mentir y a olvidarse de promesas electorales, se mofa de la democracia interna en los partidos y en definitiva vuelve por donde solía aunque corregido y aumentado, y todos no solo lo consentimos, sino que la mayoría volvería a votarle (salvando las distancias, circunstancias y razones, lo mismo que ocurre con Trump). Tiene prisioneros a los demás, ya que lo que quiere y ha querido siempre son unas terceras elecciones donde obtener mayor absoluta, algo que para los demás pudiera ser la ruina, estando dispuestos a consentirle lo que sea con tal de que esa posibilidad no se produzca, y para llegar al fin pretendido provoca con ocurrencias como este tipo de nombramientos, que siguiendo su linea negará que dependan de su persona (ya sabemos todos que él solo pasaba… pasaba por allí), acabando por presentar unos presupuestos inasumibles para la peña, para apelar a la imposible gobernabilidad que le conduzca a unas nuevas elecciones, por el bien de España y de un pais cuyos ciudadanos no se merecen que el resto de los partidos le hayan abocado a tal necesidad, etc., etc. Fácil, muy fácil.
Otra vez necesito volver a ser políticamente incorrecto. No solo falla la caricatura que hemos hecho del sistema y las mafias en que se han convertido los partidos, falla el propio sistema. Falla la democracia, ese sistema que se nos ha dicho que es el menos malo entre los malos, y falla no solo porque es un mal sistema aplicado al pueblo al que se aplica, sino porque en el momento histórico del I+D+i no queremos ni de lejos investigar, ni desarrollar, ni implantar nada que pueda movernos cuando, al igual que con el futbol, existen ya en la era digital, sistemas apropiados para que nadie nos endilgue un gol fantasma.
España, al menos en teoría, es un pais libre, un Estado de Derecho en el que todos tenemos derecho a todo, sin discriminaciones en sexo, edad, creencias, etc., pero, !ojo! en determinadas condiciones. Yo puedo tener el deseo de llegar a operar a alguien a corazón abierto y nadie me lo puede impedir porque soy libre y vivo en un Estado de derecho, pero para ello necesito estudiar medicina, hacer la especialidad de cirugía del corazón, aprobar medio centenar de asignaturas, estar muchos años dedicados a ello, ser contratado para ejercer y finalmente tener la preparación teórica adecuada y la práctica contrastada para poder ejercer en aquello que fueron mis deseos bastantes años antes de poder llevarlos a efecto, y siempre con responsabilidades profesionales según los resultados, que afectan en la mayor parte de los casos a una sola persona, no a toda la colectividad. Así en todas las profesiones, salvo en una, en una sola, la política.
En la política, precisamente de la que dependemos todos, de la que depende nuestro presente y nuestro futuro, la que decide gran parte de nuestras vidas, sobre aquello que no nos es dado errar ya que nos jugamos el futuro de nuestros hijos, el progreso de lo nuestro y en definitiva de lo que dependen el ejercicio de todos nuestros derechos, en eso de lo que todos dependemos, no es preciso formación alguna, ni práctica, ni teórica, ni contrastada, ni evidente. Cualquier analfabeto, chorizo, bobo, fanático, mea pilas practicante, o asesino en potencia, no solo puede votar, sino lo que es mucho más grave, gobernar nuestro futuro, tomar decisiones sobre todo lo que nos afecta, aunque para ello no sepa nada de nada sobre aquello que le pongan por delante y siempre con la disculpa de tener a su lado a quienes saben del asunto para ser aconsejados, generalmente consejeros puestos por el propio partido, ávidos de aconsejar aquello que el político está más dispuesto a escuchar, curtidos en la administración, que nada tienen que ver con lo que ocurre “en la calle”, pues aunque así fuera, ¿para que contar con el analfabeto, chorizo, bobo, fanático, mea pilas practicante o asesino en potencia, en lugar del supuesto experto que mejor criterio y preparación tendrá para ello?.
La licenciatura en ciencias políticas, ha estado ligada en distintos planes de estudios con la sociología, la economía, el derecho y el conocimiento de idiomas, de hecho materias todas ellas para ejercer la carrera diplomática. ¿Porque si alguien pretende de joven dedicarse a la medicina o a representar a su pais como funcionario ha de pasar gran parte de su vida formándose para ello, mientras que si decide dedicarse a la política, puede hacerlo desde el más insultante analfabetismo?.
Hoy un montón de muchachos perfectamente preparados tanto en cuanto a su salud como a su preparación física y a conocimientos teóricos sobre la extinción de incendios, han sido rechazados por tener faltas de ortografía en su escritura, algo censurable y muy lamentable pero nada invalidante para la profesión que pretendían ejercer, y que seguramente se arreglaría con la obligatoriedad de un curso intensivo sobre el particular, en los ratos muertos de su ejercicio profesional. Hace unos años, de Vigo salió nombrada senadora, por el partido socialista, una analfabeta que controlaba férreamente un barrio de la ciudad y a la que le correspondía como tal, una vez en el cargo, tomar decisiones sobre nuestro futuro, lo que habría de llevar a cabo, se supone que tras la lectura y estudio de las propuestas que le eran remitidas, ya que de su puño y letra mal podría salir alguna, una realidad que, en el colmo de la estupidez progre, era incluso celebrada como la grandeza de la democracia (tu hijo operado por el barbero de la esquina, con meeting posterior en el tanatorio), sin que nadie la invalidase no por faltas de ortografía, sino por no saber ni leer ni escribir, cuando eso era absolutamente el mínimo imprescindible para ejercer su cometido en el bien de todos, y todo ello con un irresponsable partido político detrás.
Hoy se impone ya la profesionalización de la materialización política a partir del estudio de ciertas ideas que representen a las distintas sensibilidades de los distintos partidos sobre lo fundamental en orden al bienestar de los ciudadanos, de manera que, en aplicación de unas ideas generales, sean auténticos profesionales quienes estudiando las repercusiones que la puesta en práctica que tales ideas puedan causar, actúen en consecuencia, pero nunca ciudadanos ajenos a unas disciplinas que nada dominan, incapaces de valorar sus consecuencias, quienes impongan sus criterios, a veces simplemente por rechazo, generalmente de aplicación inmediata ante problemas que requieren de mayores conocimientos, sobre todo de repercusiones en el resto de los campos en los que intervenir.
Ya es un importante problema el voto de ciudadanos que nada analizan, que votan por impulsos, susceptibles a las más necias razones, víctimas de las mas burdas demagogias y llevados por criterios de visceralidad, sin conocimientos y únicamente en negativo, cuanto más si ello resulta patente en quienes optan a puestos políticos de responsabilidad.
Es preciso encontrar nuevas formulas que eviten resultados como los recientemente ocurridos en la política americana, o como ocurrió con la Alemania nazi, la Venezuela de Maduro, la Argentina de los Kirchner o incluso con lo que vienen ocurriendo en nuestro pais, no solo en el ámbito del gobierno central, sino incluso en los autonómicos y sobre todo el los gobiernos locales, en los que la manipulación “democrática» esta a la orden del día.
Hoy los partidos no solo son agencias de colocación de afiliados, sino que constituyen la carrera profesional de gran parte de un colectivo sin la menor preparación, con las mayores ambiciones y con los escrúpulos propios de una almeja.
Es necesario llevar a la política mayores dosis de seriedad, preparación, honestidad y sentido común, por encima de ejercicios tribales de fanatismos viscerales, capitaneados por auténticos oportunistas sin la menor preparación para las labores a las que se comprometen. Hoy tiene acceso a una formación profesional universitaria o no universitaria cualquier persona con independencia de su extracción social, esto es una realidad y nuestra sociedad está plagada de ejemplos de la mayor valía, por lo que el ejercicio de la política desde el conocimiento ya no es materia reservada solo a unos pocos.
La democracia, al igual que cualquier otro sistema, falla a causa de la condición humana, sobre todo porque es enormemente sensible y requiere, en mayor medida que cualquier otro sistema, de pueblos formados, conscientes, informados objetivamente, y de mucha solidaridad y sentido de lo común, ya que si no es así es enormemente vulnerable, fácilmente manipulable y pasto de lo más deshonesto de la sociedad, lo que sumado al hecho de que encandila al ciudadano haciéndole creer que en sus manos están las decisiones, consigue que este se abandone a una comodidad engañosa que al final acaba beneficiando solo a una pequeña parte de la sociedad, los mismos que se beneficiarían de cualquier otro de los sistemas que la democracia ha desbancado.
Es preciso recorrer otros caminos que nos proporcionen otros resultados más acordes con el bien de la sociedad en general. Y si… se puede.
Caminante no hay camino… se hace camino al andar.

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Miguel Font Rosell

Licenciado en derecho, arquitecto técnico, marino mercante, agente de la propiedad inmobiliaria.

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