Un fallo en el sistema de señalización paraliza el AVE a Málaga

Un fallo en el sistema de señalización paraliza el AVE a Málaga


(PD).- Apenas tres días después de su grandilocuente y pomposa inauguración -ministro de Asuntos Exteriores y portavoz parlamentario socialista en el Congreso incluidos-, el AVE Málaga-Madrid sufre un rosario de paradas retrasos, que no serán los últimos.

El tren más moderno de España registró ayer varios incidentes. El primero (en el convoy que partió a las 7.10 de la mañana) afectó a 281 pasajeros y llegó a Madrid con 40 minutos de retraso.

El segundo (protagonizado por un tren que partió a las 14.00) fue aún más grave, porque los 240 pasajeros que en él viajaban llegaron a Madrid con una hora y cuarenta minutos de retraso.

Esto obligó a la compañía a devolver el importe íntegro del billete a todos sus viajeros, según informó el presidente de Renfe, José Salgueiro. La devolución en caso de demora forma parte, desde hace años, de la campaña de promoción de la Alta Velocidad.

La causa de este caos horario reside en un fallo en el dispositivo de la máquina de lectura de señalización de la vía. Se da la circunstancia de que la línea AVE Madrid-Málaga, dotada del moderno dispositivo ERMTS realiza buena parte de su recorrido por un tramo correspondiente a la línea Madrid-Sevilla, que aún usa un sistema de lectura de señalización antiguo, el LZB, de última generación cuando se puso en marcha en 1992, pero que, según fuentes de la compañía, ya ha quedado obsoleto.

Para hacer compatibles tales tipos de programas y que las máquinas de los nuevos trenes, con sistema ERMTS, pudieran leer las señales de las vías emitidas a través del sistema LZB, Renfe desarrolló un «módulo de traducción» de sistemas.

Este «traductor» funcionó correctamente durante el periodo de pruebas, pero no así en la «fase de explotación comercial» de los nuevos trenes, -es decir, desde que la ministra Magdalena Álvarez inauguró la línea de su tierra natal-, tal y como reconoció este miércoles -a D. Delgado y S. Sanza de ABC– el director general de AVE Larga Distancia de Renfe, Abelardo Carrillo.

Según apuntó Carrillo, los fallos producidos se han debido a «desconexiones esporádicas» en el «software» encargado de la traducción de dichos sistemas, de lo cual anteriormente parece ser que no se tenía constancia, pero sí ahora, «cuando se ha hecho un uso intensivo de los trenes». Parece, por tanto, que en este caso era necesario un retraso en la puesta en marcha de esta línea, frente a las prisas que, en clave electoral, tenía el Ejecutivo socialista por su inauguración.

Tales fallos en la programación de los trenes vienen a confirmar lo evidente: que no hubo los ensayos suficientes y que técnicos de Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias) aconsejaron demorar la puesta en marcha de estas nuevas líneas, alegando que las horas de prueba eran muchas menos que las precisas.

Poco antes de que se confirmara estos dos nuevos retrasos, Adif remitió una carta a este periódico en la que afirmaba que antes de la puesta en marcha de los nuevos servicios inaugurados por el presidente y la ministra se hicieron todas las pruebas correspondientes «a sistemas de seguridad, señalización, comunicaciones, etc…». Unas horas después, se conocían dos fallos precisamente en el sistema de señalización de la vía en el AVE a Málaga.

Modificación del «software»
No obstante, Renfe ha reaccionado con urgencia y ya ha pedido a Adif, organismo dependiente del Gobierno central, que le autorice para instalar en los equipos una modificación del «software» problemático, esto es, una nueva versión corregida del «traductor», algo que no se materializará, precisó Carillo, hasta dentro de aproximadamente 20 días.

Asimismo, este responsable de Renfe confió en que estos percances no se repitan más, lo que podría entorpecer el desarrollo de las nuevas líneas.
Se trata de la tercera demora importante registrada en las 60 circulaciones realizadas por los nuevos trenes de alta velocidad Madrid-Valladolid y Madrid-Málaga desde su puesta en funcionamiento.

Hasta la fecha, el «patito feo» de los dos servicios recién estrenados era el que tiene como destino la ciudad del Pisuerga. En Nochebuena, uno de los servicios de este corredor sufrió un retraso importante, también de 40 minutos, a consecuencia de otro fallo en el tren de reconocimiento.

El día anterior, otro convoy se demoró ocho minutos tras realizar «dos parones» por un desajuste del circuito de la vía, aunque este caso no conllevó compensación alguna a los pasajeros afectados. Ese mismo domingo 23, un cambio de agujas a la altura de la localidad de Ballobar, en Huesca, provocó retrasos de diez y quince minutos en tres trenes de AVE de la línea Madrid-Tarragona.

Puntualidad en entredicho
A pesar de que Rodríguez Zapatero elogió la «magnífica estampa» del AVE a Málaga el día de su inauguración, lo cierto es que este nuevo corredor, que ha contado con una inversión de 2.539 millones de euros y más de diez años de ejecución, no está aún en condiciones de garantizar un viaje de Madrid a la capital malacitana en dos horas y media de viaje.

Sean o no consecuencias «normales», lo cierto es que -y valga como ejemplo- los 14 días de pruebas que se llevaron a cabo en los túneles del Valle de Abdalajís suenan escasos, sobre todo, para los colectivos ecologistas, que demandaban el sellado total de las galerías antes de la puesta en marcha del corredor.

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