La receta del FMI para salir de la crisis: la clave es que todo el mundo reme en la misma dirección

(PD).- Los acontecimientos de ayer fueron tan importantes que el mismísimo director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn (sustituto de Rato), saltó a la palestra con un artículo publicado en el Financial Times unas horas después de la bajada de tipos coordinada de los principales bancos centrales del mundo.

En dicho artículo, detalla cuáles son las propuestas del FMI para salir de la crisis, a la vista del fracaso de todas las medidas tomadas hasta ahora, que critica por no ser suficientemente amplias ni globales, sino heterogéneas e incoherentes (sobre todo las referidas a la garantía de los depósitos). En esas circunstancias, no le sorprende que no se haya restablecido la confianza en los mercados. Sus propuestas son cinco:

1. La falta de confianza del público ha alcanzado tal extremo que es inevitable una garantía pública de los pasivos bancarios, que él extiende no sólo a los depósitos bancarios, sino también a los depósitos en los mercados interbancario y monetario para que la actividad pueda volver a ellos. En todo caso, se trataría de una medida temporal.

2. Los estados deben asumir los activos con problemas y obligar a las entidades a reconocer sus pérdidas. La compra de los activos debe hacerse de forma transparente y a un precio justo. No se trata de razones morales, aunque también, sino pragmáticas: si se inflan los precios, los bancos tendrán que corresponder a las pérdidas que recaerán en los contribuyentes; por ejemplo, en EEUU tendrían que ampliar capital para el Gobierno, lo que diluiría a los demás accionistas. Pero si se difieren las pérdidas para el futuro, eso impedirá que entre nuevo capital privado en los bancos; para atraerlo, es mejor pagar un precio más bajo, reconocer las pérdidas y dar un potencial de ganancia a los bancos si esas pérdidas resultan finalmente ser más pequeñas.

3. Como el dinero privado es escaso en el entorno actual, y el reconocimiento de las pérdidas por sí mismo puede no ser suficiente para atraerlo, una estrategia que funcionó en crisis anteriores es acompañar la entrada de capital privado con dinero público, lo que a su vez somete a la prueba del mercado el uso de fondos públicos.

4. Es urgente alcanzar un alto grado de cooperación internacional, porque las últimas medidas (no la bajada de tipos) se han tomado únicamente en función de los intereses nacionales y sin pensar en las consecuencias para los países vecinos. Más allá de la crisis actual, es evidente que hace falta un esfuerzo común para cerrar los vacíos regulatorios que han permitido a los bancos minimizar su capital a la vez que aumentaban el riesgo.

5. Cada vez está más claro que los mercados emergentes van a sufrir duramente la crisis financiera, pese a sus sólidos fundamentales y su estabilidad política. Es posible un estancamiento de su crecimiento por la falta de capital, o incluso un colapso de su sistema financiero, lo que requerirá una fórmula de financiación masiva y rápida. Para eso está el FMI, claro, que Strauss-Kahn tenía que hablar de ‘su libro’ en algún momento.

Su conclusión es que «por muy mala que parezca la situación ahora, estoy convencido de que hay una salida. La clave es que los políticos de todo el mundo remen en la misma dirección».

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