Marín Quemada defiende una CNMC «independiente, transparente y rigurosa» que aporte una visión «poliédrica»

El presidente de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), José María Marín Quemada, ha defendido la integración en un único ‘superregulador’ de las competencias que antes se repartían varias comisiones afirmando que esto les permite ofrecer una visión «poliédrica» a la realidad económica compleja actual, y ha señalado que lo fundamental en este tipo de instituciones es que sean «independientes, transparentes y rigurosas».

Durante su participación en la conferencia sobre ‘Nuevos agentes’, pronunciada en el marco del seminario ‘Nuevo sector público’ organizado por la Deusto Business School Madrid y Ernst & Young, Marín Quemada ha indicado que para dar soluciones «prácticas, rápidas, eficaces y bajo el paraguas de la ley» a las necesidades del sistema económico hace falta un organismo que «sume criterios» y tenga un punto de vista «con más caras», como la CNMC.

Y es que junto con la «rápida» evolución de la realidad, a resultas por ejemplo de la incorporación de las nuevas tecnologías, los modelos de negocio tienen límites cada vez más difusos y los usos sociales cambian prácticamente cada día, lo que exige que los reguladores y supervisores sean «modernos» y tengan la capacidad de adaptarse de forma ágil para no frenar el crecimiento.

«Esto va muy deprisa, la evolución de la economía en su conjunto y también los nuevos agentes. Y todo eso hay que incorporarlo a las instituciones», ha insistido, defendiendo así la necesidad de «retocar» leyes de reciente creación, como la de la CNMC –que cuenta con apenas tres años– u otras como la que estipula las retribuciones a las energías renovables porque «no se pueden aplicar leyes del año 2000 a realidades de 2016».

ACABAR CON EL CLIENTELARISMO

No obstante, Marín Quemada ha destacado que en esta adaptación continua de las instituciones a las nuevas realidades económicas no se pueden perder de vista las tres características fundamentales que la CNMC siempre ha de conservar: su independencia, su rigor y su transparencia.

Con respecto a la transparencia, ha afirmado que es «la vacuna de más probado éxito» para garantizar las otras dos cualidades de cualquier supervisor, justificando así decisiones de la CNMC como publicar las agendas de reuniones de sus consejeros o de crear un registro de lobbies «voluntario y gratuito» donde ya se han inscrito más de 200 instituciones.

«Es la primera vez que un organismo del Estado crea este registro de intereses», ha destacado, señalando que quienes se unen a él deben firmar un código de conducta comprometiéndose a aportar sólo información «absolutamente cierta» a la CNMC y a no presionar a ninguno de los trabajadores del ‘superregulador’ para impulsar intereses privados.

Además, la Comisión también puso en marcha hace medio año un buzón de denuncias confidencial en el que tanto trabajadores de la casa como ciudadanos ajenos pueden reportar presiones «del tipo que sea» o ilícitos en materia de competencia. Para fomentar su uso, la CNMC ofrece incluso en algunos casos eximir de sanción al denunciante si está implicado en el caso denunciado.

«MENSAJE CLARO DE PUNTO Y APARTE»

Por otra parte, Marín Quemada ha hecho hincapié en la necesidad de que la CNMC se mantenga independiente, de forma que pueda ejercer su función de «contrapeso» entre las administraciones y las empresas.

«Los tiempos nos han mandado un mensaje muy claro de punto y aparte. La sociedad española necesita otro tipo de instituciones, que desaparezcan las que podían llevar en su seno mensajes más clientelares de intereses de determinadas empresas y (que prevalezcan) las que se identifiquen con su vocación de servicio de búsqueda del bien común y se opongan a la discrecionalidad del poder y a las imposiciones de determinados grupos empresariales», ha dicho.

Para lograr este objetivo es fundamental contar con una plantilla «profesional» como la de la CNMC, de más de medio millar de trabajadores, que «dificultan que se produzca captura» de la institución; y con un presupuesto generoso (60 millones en 2016) que permita al organismo reclamar sus propios informes y no depender de los que «determinadas instituciones de prestigio vengan a ofrecer».

Con todo esto, el ‘superregulador’ puede ejercer con rigor sus funciones, que no se limitan únicamente a «advertir de los excesos de regulación o a las regulaciones indebidas que pueden ser un freno para el desarrollo o los mercados» ni a velar por la competencia entre las empresas, sino también al «ajuste fino y continuo» de garantizar el equilibrio adecuado entre «la competencia necesaria y la regulación suficiente».

DESARMADO QUINCE CARTELES EN 2015

Gracias a todo esto, la CNMC consiguió el año pasado «desarmar» una quincena de cárteles de diferentes sectores e imponer más de 550 millones de euros en sanciones, «más que nunca». «Esto nos hace estar convencidos del modelo, de que somos capaces de funcionar», ha dicho, señalando no obstante que mantener los resultados depende de que toda la sociedad civil, empresas y administraciones se comprometan.

De cara al futuro, Marín Quemada ha señalado que las prioridades del organismo serán el ámbito de las telecomunicaciones, donde la velocidad de los cambios obliga a «estar muy atentos»; de la energía, un «cliente antiguo» de la Comisión; la lucha contra los cárteles y la contratación pública.

Por último, al ser preguntado por su opinión respecto al acuerdo de libre comercio que negocian la UE y Estados Unidos (TTIP, por sus siglas en inglés), ha manifestado su sorpresa por que esté pasando tan «desapercibido» pese a su importancia, y ha señalado que será «muy positivo» desde el punto de vista de la competencia pero exigirá también un importante esfuerzo de cambios normativos.

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