Banco de España ve «limitados» los efectos de segunda ronda del IPC, pero podría cambiar si sube el petróleo

El Banco de España ve por ahora «limitados» los efectos indirectos y de segunda vuelta sobre los precios en España –la traslación de la inflación a los salarios de los trabajadores, entre otros–, si bien advierte de que no es descartable que estos puedan llegar a producirse en algún momento si se producen nuevos incrementos en el precio del petróleo.

Así figura en el análisis sobre la evolución de la inflación en España y perspectivas, publicado este jueves por el organismo supervisor y que figurará en su informe trimestral de la economía española del primer trimestre de 2017.

El organismo explica que la evidencia disponible hasta el momento para la economía española apunta a que su posible traslación a la evolución de los precios de los productos no energéticos, esto es, los efectos indirectos y de segunda vuelta, serían «limitados».

En el caso particular de los salarios, indica que el riesgo de que el repunte de los precios del petróleo pueda dar lugar a efectos de segunda ronda podría tener igualmente «un alcance limitado en estos momentos». En concreto, según la evidencia proporcionada por la Red de Investigación sobre la Dinámica Salarial (Wage Dynamics Network) del SEBC5, el número de empresas que incluyen cláusulas de indexación en sus convenios se ha reducido durante la crisis.

En el mismo sentido, el porcentaje de trabajadores cubiertos por este tipo de cláusulas en los convenios colectivos firmados en 2016 se situaba en el 20%, lo que supone una caída del 50% en comparación con cifras próximas al 70% de hace diez años.

POSIBLE PERDIDA DE EMPLEO Y COMPETITIVIDAD.

«En cualquier caso, aunque la evidencia empírica acumulada hasta el momento no revele efectos indirectos y de segunda vuelta reseñables, no es descartable que estos puedan llegar a producirse en algún momento, especialmente si tienen lugar nuevas perturbaciones alcistas en el precio del petróleo», advierte.

En este sentido, añade que, puesto que España es un importador neto de esta materia prima, su encarecimiento representa una transferencia de renta de los hogares y de las empresas españoles a los productores extranjeros.

Por ello, advierte de que cualquier intento de eludir el ajuste de las rentas reales que supone el mayor precio del crudo mediante aumentos de precios y de salarios puede conducir a tasas de inflación persistentemente más elevadas, «con la consiguiente pérdida de competitividad, empleo y actividad».

«ACELERACION NOTABLE» DEL IPC.

En su análisis, el organismo subraya que la inflación en España ha experimentado una «aceleración notable» en los últimos meses. En concreto, en febrero de 2017 se situó en el 3%, tasa 4,1 puntos porcentuales superior a la cifra de abril de 2016, mes en el que se registró la variación mínima del año pasado, y «significativamente más alta» que los promedios de los últimos tres años, en los que los ritmos de variación del IPC fueron negativos.

Según el análisis, la tasa de variación negativa del índice general entre diciembre de 2014 y agosto de 2016 se explica, sobre todo, por la trayectoria a la baja del componente energético, mientras que los restantes productos habrían tenido una contribución positiva.

En este sentido, la variación del índice general sin energía siguió una trayectoria ligeramente ascendente en los últimos años, registrando aumentos del 0,7% y del 0,9% en el promedio de 2015 y 2016, respectivamente, y del 1,3% en febrero de 2017.

DESACELERACION EN EL RESTO DEL AÑO.

El perfil de evolución del nivel de precios del petróleo a lo largo de 2016, que se traslada al componente energético del IPC, permite explicar, en buena medida, el incremento observado de la tasa interanual del IPC general en los meses iniciales de 2017, y por qué se espera una posterior desaceleración durante el resto del año.

El nivel de precios del petróleo alcanzó un mínimo en los primeros meses de 2016, y pasó a aumentar a partir de entonces, en particular en los meses finales del ejercicio, tras el acuerdo de reducción de oferta por parte de la OPEP y de otros productores. No obstante, según las cotizaciones negociadas en los mercados de futuros, se espera que este se estabilice en niveles similares a los actuales en lo que resta
de 2017.

RECUPERACION «MUY GRADUAL» DE LA SUBYACENTE.

Esta evolución del nivel de precios del crudo se traslada a una senda de tasas interanuales en 2017 que alcanza sus máximos a principios de año y que se desacelera «sustancialmente» en los meses siguientes, reflejando lo que se conoce como «efecto de comparación».

Las previsiones del IPSEBENE (IPC sin energía ni alimentos no elaborados) para los próximos meses apuntan a una prolongación de la tendencia creciente de recuperación «muy gradual» que viene registrando este indicador en el período más reciente.

«Esta evolución sería compatible con la prolongación de la fase expansiva de la economía española, que implicaría un cierre progresivo de la brecha de producción y reducción del desempleo durante 2017, y con un modesto avance de los costes laborales unitarios, bajo la hipótesis de que los efectos indirectos y de segunda vuelta son moderados, en consonancia con los patrones históricos», apunta el Banco de España.

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