TRW dice que los 250 despidos son «necesarios» para salvaguardar la planta de Navarra

El director de la fábrica de ZF-TRW en Landaben, Paul Henry Parnham, ha asegurado que el grupo «no quiere cerrar la planta» de Landaben, pero ha remarcado que los despidos son «necesarios» para «salvaguardar» la fábrica.

«Es una decisión dura, pero no nos queda otra, es una situación grave. La empresa no tiene un plan para desmantelar esta planta en tres años, queremos implantar cambios para que el negocio salga a flote y sea competitiva», ha afirmado.

Así lo ha señalado el ‘plan manager’ de ZF-TRW en una comisión en el Parlamento foral, pedida por todos los grupos parlamentarios, tras la solicitud realizada por el propio Parnham, para informar sobre el conflicto laboral de la fábrica de Landaben ante los 250 despidos planteados por la dirección.

Coincidiendo con la comparecencia del responsable de la planta, la plantilla se ha concentrado a las puertas de la Cámara, tras la pancarta ‘Gobierno: de las palabras a los hechos. ZF-TRW solución’, para mostrar su rechazo al ERE.

En su intervención, Parnham ha reiterado en distintas ocasiones que «no hay un plan de cierre» para la planta de Landaben y que la empresa «no quiere cerrar la planta», algo para lo que, según ha dicho, «necesitamos que nos ayuden los trabajadores, que estén dispuestos a cambiar». «Y eso no es una amenaza», ha subrayado.

De este modo, ha incidido en la idea de que «para salvaguardar la planta se necesitan de estas decisiones en un sector tan competitivo como el de la automoción» y ha advertido de que si la fábrica de Landaben «sigue como está, cerrará». «No es una amenaza, es la realidad», ha remarcado.

«AISLADA DEL RESTO DEL SECTOR»

En este sentido, Parnham ha afirmado que la planta de Pamplona «se ha ido quedando aislada del resto del sector, se ha quedado anticuada» y ha destacado, además, que es la fábrica «con el coste más alto por hora de todo el grupo, de 37,21 euros».

«Tenemos más de 50 días inhábiles al año, el dato más alto del grupo; también tenemos el número de horas de trabajo más bajo del grupo, 1.695, y la tasa de absentismo más alta, del 8 por ciento». «No es algo que diga contento y orgulloso, pero hay que decirlo, son cuestiones que hay que resolver», ha apuntado.

Ha detallado, además, que «en estos últimos tres años se han perdido 43,7 millones de euros» en la planta de Pamplona y en los últimos cinco años las pérdidas han sido de «más de 63 millones de euros». «Es una hemorragia incontenible, tenemos que hacer algo, no podemos seguir en esta situación», ha advertido, para agregar que desde el año 2009 «no hemos conseguido un cliente nuevo importante para la planta de Pamplona».

«No estamos jugando a cosas raras, no es mi estilo en absoluto, soy muy consciente de que estoy aquí porque hay un problema tremendo y nos estamos quedando sin tiempo, el tiempo es fundamental para garantizar que la planta no cierre, algo que no quiero que ocurra», ha expuesto Parnham, para señalar que para lograrlo se debe «implicar a las personas en la empresa, que sean ellos los que hagan los cambios, que ya están en otras empresas del sector». «La planta de Pamplona se tiene que montar en ese tren», ha argumentado.

Según ha continuado, «para eso tenemos que tomar decisiones complejas, duras, desagradables, pero lo estamos haciendo por las razones adecuadas». «Si no hacemos lo que tenemos que hacer ahora, esa cifra (la de los despidos) no será de una centena sino de más de 600», ha alertado.

Ha señalado, además, que «va a ser una etapa difícil, pero fundamental» y ha advertido de que el grupo «no puede seguir trayendo volumen de negocio a esta planta con pérdidas». «Tenemos que reconocer cuáles son las causas raíz y hacer algo al respecto, quiero que cobren un buen sueldo, pero que también trabajen con efectividad, alguna hora más, pero no más que en otras plantas», ha relatado.

En su opinión, «el planteamiento es justo, equitativo y todo ello por problemas reales a los que nos enfrentamos». «No es un plan de cierre de planta, tengo esa reputación sin razón, he cerrado alguna planta pero he ayudado a que salgan a flote muchas más», ha destacado Parnham.

Sobre la posibilidad de que la planta de Landaben asuma la fabricación de las direcciones del nuevo Polo, ha asegurado que «estamos haciendo todo lo posible para que esa carga de trabajo venga a Pamplona» y ha señalado que tiene «expectativas» de que «sea así». Ha recordado, además, que si finalmente se logra «se minimizarían» las extinciones de contratos de forma que «no estaríamos hablando de una pérdida de 250 puestos de trabajo, sino 183».

LOS GRUPOS DESCONFIAN DE TRW

En el turno de los grupos parlamentarios, Carlos García Adanero, de UPN, ha pedido que «haya capacidad de negociación por parte de la empresa» y ha demandado al grupo que «confíe en Navarra, en los trabajadores, para que esta empresa tenga un futuro lejano en esta comunidad». Ha solicitado, además, que «no pongan un parche ahora para que dentro de tres años estemos otra vez igual».

Por parte de Geroa Bai, Koldo Martínez ha señalado que no tiene «razón» para no creer a Paul Parnhman, pero que también cree «lo que nos dicen los trabajadores». «Espero que la situación mejore, la planta siga abierta y el acuerdo sea bueno para todas las partes», ha agregado.

Desde EH Bildu, Adolfo Araiz ha señalado que «no creen» al responsable de ZF-TRW de Landaben, que tiene «puntos negros» en su currículum en cuanto al cierre de plantas, y ha advertido de que «se está planteando un cierre en dos pasos». «Los hechos no avalan la trayectoria de lo que está diciendo», ha reprochado a Parnham.

En representación de Podemos, Carlos Couso ha criticado que desde la llegada de Parnham «ha cometido errores en sus decisiones» y ha tomado «medidas ineficaces», y ha señalado que su presencia en la planta de Pamplona le genera «intranquilidad», dado que «viene de cerrar tres plantas con anterioridad».

El socialista Guzmán Garmendia, por su parte, ha defendido que «los trabajadores no son los culpables» de la situación de la planta de Landaben, sino que son las «víctimas», y se ha mostrado preocupado por el hecho de que «estemos ante un proceso de desmantelamiento a tres años».

Finalmente, Ana Beltran, del PPN, ha esperado que se pueda lograr «el mejor acuerdo para la continuidad de la planta» en la Comunidad foral y para los trabajadores; mientras que José Miguel Nuin, de Izquierda-Ezkerra, ha expresado su «decepción y estupefacción» por las declaraciones de Parnham y que «situé la responsabilidad de la situación de la planta a los trabajadores».

«HE VENIDO AQUI PARA MANTENER LA PLANTA»

Ante las dudas expresadas por algunos portavoces, el director de la fábrica de ZF-TRW ha subrayado en su turno de réplica que la empresa «ha dejado claro que el futuro depende de todos nosotros, que está en nuestras manos» y que la dirección «no tiene en absoluto planes de cerrar esta planta, no quiere cerrarla».

«Estamos preocupados, claro, por diferentes cuestiones que amenazan el futuro de la planta, pero no he venido aquí para cerrar esta planta. No es verdad que haya cerrado tres plantas en TRW, he cerrado una por problemas de cambios tecnológicos. He venido aquí para mantener la planta», ha sentenciado.

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