Los Sanahuja ceden el control de Metrovacesa a Santander y Royal Bank

(PD).- Los Sanahuja ya no mandan en Metrovacesa, primera inmobiliaria del país por capitalización bursátil. La familia catalana, protagonista del otrora boom inmobiliario junto a Portillo, Santamaría, Martín, Nozaleda y otros señores del ladrillo, casi todos caídos hoy en desgracia, se ha visto obligada a ceder la gestión de la compañía a los bancos acreedores.

¿El motivo? Explica N. Cardero en ElConfidencial que los Sanahuja les deben, de forma directa e indirecta, cerca de 11.500 millones de euros, casi dos billones de las antiguas pesetas.

«El beneficio que van a obtener este 2008 no da ni para pagar los intereses de estos préstamos», señalan fuentes próximas a la compañía.

“Había cierto desbarajuste entre la familia y los intereses de los verdaderos dueños de la empresa, que son los bancos, pero este problema ya está cerrado.

Los Sanahuja han cedido la gestión de la compañía a las entidades financieras, de forma que no se puede hacer sin el consentimiento del sindicato de bancos”, señalan estas fuentes.

Los que controlan actualmente la inmobiliaria son sus principales acreedores: Santander/Banesto, a los que se les debe 600 millones de euros, y Royal Bank of Scotland, con otros 600 millones.

Santander y RBS, socios y aliados históricos, trabajan como si fueran una sola voz. En concreto, la gestión tutelada de Metrovacesa corre a cargo de Javier Peralta, director general de Santander y director de la división de Riesgos del banco, y de Iñaki Basterreche, responsable del departamento de créditos estructurados del Royal Bank.

“Recientemente, la familia fue a comprar un centro comercial y los bancos le vetaron la operación. No se hace nada sin su permiso”, señalan las fuentes.

Algo similar sucedió con la fusión entre Sacresa y Metrovacesa, operación acordada en la junta de accionistas de la inmobiliaria del pasado 30 de junio y que fue rechazada por los bancos.

“A finales de julio hubo reuniones con las entidades acreedoras para tratar el tema y éstas decidieron que no era el momento adecuado. La fusión consistía en la aportación de activos por parte de Sacresa y los bancos querían un desembolso económico, así que la operación quedó paralizada”, reconoce un portavoz oficial de Sacresa, sociedad de la familia Sanahuja.

A pesar del veto ejercido por la banca en determinadas operaciones, portavoces de Metrovacesa niegan que se haya producido este trasvase de poderes en la inmobiliaria: “Que sepamos, el que está sentado todo el día en su despacho trabajando es Jesús García de Ponga, consejero delegado de la compañía, y no los bancos”, señalan con rotundidad en la empresa.

Las entidades acreedoras, que han chocado de frente con Román Sanahuja, presidente de la inmobiliaria, le han dado un voto de confianza al consejero delegado de la misma, Jesús García de Ponga. “Le han dado su apoyo porque tiene perfil de banca.

De Ponga fue el responsable del área inmobiliaria del BBVA antes de llegar a Metrovacesa”, indican las fuentes. “Con eso les vale. Los acreedores no van a ejecutar acciones ni hacer movimientos raros porque no quieren dar una mala señal al mercado para castigar aún más la acción. Ya dirigen y tienen todo el tema supertutelado. Así les vale”.

La deuda desglosada de la familia Sanahuja

Metrovacesa, propiedad en un 80,62% de los Sanahuja, debe 8.000 millones de euros (de los que 6.400 se corresponderían con su participación), y Grupo Sacresa y Cresa Patrimonial, sociedades de la familia catalana, otros 5.000 millones. En total, 11.400 millones. El balón de oxígeno para los Sanahuja es el GAV de Metrovacesa o valoración de sus activos inmobiliarios que, según aparece reflejado en los resultados del primer semestre, asciende a 12.885 millones, cifra que habrá menguado desde entonces por culpa de la crisis.

De los 8.000 millones que debe la inmobiliaria, 3.280 corresponden a un crédito sindicado suscrito con un ‘pool’ de 38 bancos que está liderado por el Royal Bank of Scotland.

Ayer, la agencia Reuters aseguraba que Metrovacesa estaba obligada a emitir bonos por importe de 1.250 millones de euros antes de finales de 2008 para cumplir los compromisos de pago con este sindicato o, en su caso, pedir un ‘waiver’ (dispensa temporal). Sin embargo, el mayor problema no es éste sino los vencimientos más cercanos, que tienen que ver con el pago de 240 millones de libras por el proyecto Walbrook antes del 31 de octubre, y de 1.100 millones de euros por la torre del HSBC antes del 27 de noviembre. “Lo que les está matando son las compras en Reino Unido”, asegura un consultor inmobiliario.

Por su parte, Cresa, según datos recogidos por Bloomberg, se endeudó en 2.600 millones de euros en agosto de 2006 y en otros 1.650 millones dos meses después con BBVA y Santander. Sacresa, a su vez, se endeudó en 500 millones de euros. Además, HSBC proporcionó en marzo un aval por 850 millones para financiar la compra de acciones de Metrovacesa.

Los Sanahuja “están renovando los créditos cuando vencen con cierta normalidad… dentro de la atípica situación que se está viviendo actualmente”, señalan en Sacresa. “Al mismo tiempo”, añaden, “se está negociando con los bancos para la refinanciación de la deuda”. Su principal acreedor es Santander/Banesto.

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