La vivienda se dispara en España: precios récord y demanda imparable
El mercado inmobiliario ha cerrado el año 2024 con cifras que desafían las expectativas y preocupan a expertos y ciudadanos por igual.
Según los últimos datos publicados por Eurostat, el precio de la vivienda en España ha subido un 11,2% durante el pasado año, más del doble que la media de la Unión Europea y seis veces por encima del incremento registrado en la eurozona.
Este aumento vertiginoso sitúa a la España del socialista Sánchez a la cabeza de la revalorización inmobiliaria en Europa, con un crecimiento acumulado del 31% desde el segundo semestre de 2018.
La presión sobre el mercado de la vivienda se ha intensificado especialmente en las grandes ciudades y zonas costeras, donde la escasez de oferta y la fuerte demanda han creado un cóctel explosivo para los precios.
Madrid y Barcelona lideran el ranking de las ciudades más caras para comprar una vivienda, con precios medios que superan los 4.000 euros por metro cuadrado.
Les siguen de cerca San Sebastián, Palma de Mallorca y Bilbao, todas ellas con valores por encima de los 3.500 euros/m².
Esta tendencia alcista no se limita a las grandes urbes; ciudades medianas como Valencia, Málaga o Sevilla también han experimentado incrementos significativos, con subidas que oscilan entre el 8% y el 12% anual.
El último informe de precios de la vivienda usada elaborado por idealista revela que el metro cuadrado en España alcanzó los 2.019 euros de media al cierre de 2024.
«Estamos ante un escenario sin precedentes en la última década», afirma Fernando Encinar, jefe de estudios de idealista.
«La combinación de una oferta limitada y una demanda sostenida está presionando al alza los precios en prácticamente todas las regiones del país».
La evolución del mercado hipotecario ha jugado un papel crucial en este escenario. A pesar de las subidas de tipos de interés implementadas por el Banco Central Europeo a lo largo de 2023 y principios de 2024, la demanda de hipotecas se ha mantenido robusta.
El euríbor, principal índice de referencia para las hipotecas variables en España, cerró diciembre en el 3,8%, un nivel que, aunque elevado respecto a años anteriores, no ha sido suficiente para frenar el apetito comprador.
Javier Rodríguez, analista financiero de CaixaBank Research, explica: «Las expectativas de que los tipos de interés alcancen su techo en 2025 han animado a muchos compradores a adelantar sus decisiones de compra, temiendo que los precios sigan escalando».
Esta anticipación ha contribuido a mantener la demanda en niveles elevados, a pesar del encarecimiento del crédito.
El perfil del comprador también ha experimentado cambios significativos.
Según un estudio reciente del Colegio de Registradores, el porcentaje de viviendas adquiridas por extranjeros alcanzó el 14,5% del total en 2024, con británicos, alemanes y franceses a la cabeza.
«La inversión extranjera sigue viendo el mercado inmobiliario español como un valor seguro», señala María Andreu, portavoz del Colegio de Registradores.
Las zonas costeras y las islas han sido las grandes beneficiarias de este flujo de capital extranjero.
Baleares y la Costa del Sol han registrado los mayores incrementos de precios, con alzas superiores al 15% anual en algunas localidades. Este fenómeno ha avivado el debate sobre la gentrificación y el acceso a la vivienda para la población local.
El Gobierno ha anunciado medidas para intentar moderar el mercado, incluyendo incentivos fiscales para la promoción de vivienda asequible y límites a los alquileres turísticos en zonas tensionadas.
Sin embargo, expertos como José García Montalvo, catedrático de Economía de la Universidad Pompeu Fabra, advierten: «Las políticas de contención de precios pueden tener efectos contraproducentes si no se abordan los problemas estructurales de oferta».
De cara a 2025, las previsiones apuntan a una moderación en el ritmo de crecimiento de los precios, aunque se mantendrían en terreno positivo.
Bankinter estima un incremento del 5% para el próximo año, mientras que BBVA Research lo sitúa en torno al 4,7%.
No obstante, estas proyecciones están sujetas a la evolución de factores como la política monetaria del BCE, el comportamiento de la economía global y las medidas que pueda adoptar el paralizado Gobierno Frankenstein en materia de vivienda.
El debate sobre la sostenibilidad de estos incrementos y su impacto en la accesibilidad a la vivienda para amplios sectores de la población sigue abierto.