En febrero de 2009, Chris Brown propinó una paliza a su entonces novia Rihanna, que tuvo que ser ingresada como consecuencia de la agresión. El cantante fue sentenciado a llevar a cabo servicios a la comunidad y asistir a terapia contra la violencia doméstica. Ahora que ha cumplido la condena, Brown afirma sentirse muy contento consigo mismo y afirma ser «un tipo genial».
El escarmiento dado por el juez a Chris Brown por agredir a Rihanna ha cumplido su cometido, o eso afirma el cantante. El joven tuvo que cumplir 80 horas de labores comunitarias y asistir durante un año a una orientación psicológica contra la violencia doméstiva, además de encontrarse en libertad condicional durante los próximos cinco años.
Tras cumplir los requerimientos del juez, Brown afirma ser una persona nueva y encontrarse feliz consigo mismo, y no ha dudado en comunicarlo a los medios. «Todo va bien. Ahora soy un tipo genial, una persona mucho más positiva», ha declarado, según recoge ‘Showbiz Spy’.
Lo cierto es que el cantante de R&B cayó en desgracia cuando se supo lo sucedido con Rihanna, y desde entonces se ha esforzado mucho por lavar su imagen y convencer al público de que ha cambiado.
Además, ha puesto su empeño en relanzar su carrera musical y no perder el apoyo de sus fans. «Voy a lanzar nueva música muy pronto. Estoy continuamente yendo y viniendo del estudio, simplemente divirtiéndome», afirma. «Voy a seguir haciendo buenos videoclips, y voy a ser yo mismo».
Como prueba de su actual compromiso contra la violencia de género, Brown no dudó en acudir a la fiesta ‘GQ Gentlemen’s Ball’, en la que entabló conversación con Jimmie Briggs, un gran activista en la denuncia de la violencia contra las mujeres.
«Chris es un hombre joven que cometió un error. Algunas personas pueden sentir o no que ha pagado por lo que hizo, pero él está en medio de un viaje. Tenemos que apoyarle», afirmó Briggs al diario ‘New York Post’.
Mientras otros invitados se sorprendían de ver a Brown hablando con Briggs -dado lo ocurrido con su ex novia- el cantante manifestó su deseo de colaborar con alguna asociación que defienda a las mujeres. «Mis palabras para él fueron: mantén la cabeza alta», concluye Briggs.
