Los padres de María Teresa «no tiran la toalla» tras once años de búsqueda

Los padres de María Teresa "no tiran la toalla" tras once años de búsqueda
. EFE/Archivo

Hoy se cumplen 11 años de la desaparición de María Teresa Fernández, la joven de Motril (Granada) de la que nada se sabe desde el verano de 2000, y sus padres, Antonio y Teresa, aseguran no estar dispuestos «a tirar la toalla» y dicen que seguirán buscando a su hija «hasta que el cuerpo aguante».

María Teresa desapareció el 18 de agosto de 2000 después de que su padre la dejara en pleno centro de Motril, cerca de la parada del autobús, que la joven iba a coger para encontrarse con su novio en la playa, desde de donde tenían pensado desplazarse hasta el recinto ferial.

«No descansaremos hasta que sepamos dónde está. Estamos dispuestos a gastarnos todo lo que tenemos con tal de saber algo», han señalado a Efe al tiempo que admiten que hoy por hoy están ya «preparados» para cualquier desenlace sobre esta historia.

Más de una década después de su desaparición la familia Fernández Martín continúa destrozada y «apagando velas», según han manifestado, ante la incertidumbre que viven todos los días por no saber «absolutamente nada» del paradero de su hija.

Como es ya costumbre en estas fechas tan significativas, estos días se han marchado a su cortijo, fuera del pueblo, para buscar «un poco de tranquilidad y recuperar fuerzas», de forma que puedan continuar con la búsqueda hasta que las fuerzas les acompañen.

Los progenitores de María Teresa explican que cada día hacen «un recorrido mental» sobre lo sucedido, para ver si consiguen acordarse de algo que se haya quedado fuera y que pudiera servir para esclarecer la historia de su hija.

Por todo ello, continúan haciendo un llamamiento a toda la sociedad para que contribuya en su búsqueda al estar convencidos de que «alguien tiene que saber algo de lo ocurrido».

Tanto Teresa como Antonio, que cada semana se pasan por la Comisaría para saber si hay alguna novedad en este caso, agradecen a la Policía que, después del tiempo transcurrido, continúe con la investigación.

De hecho, la Policía Nacional mantiene de forma permanente un equipo encargado de esclarecer el suceso e investigar cualquier pista que se dé, aunque once años después nada se sabe de la desaparición de la joven.

Las líneas de investigación seguidas hasta el momento no han permitido aclarar el paradero de la chica, que entonces tenía 18 años, y ni siquiera han podido arrojar luz más allá de lo que se sabía en un primer momento.

Fuentes de la investigación ha informado a Efe de que las personas encargadas del caso no decaen ni se desaniman en su labor y que cualquier pista que llega a la Comisaría es investigada «hasta el final».

La ilusión de sus progenitores sigue centrada en la localización de una persona que, de forma anónima, ha enviado dos cartas, con un año de separación entre ellas y en la que con recortes de periódicos facilitaba algunos datos sobre cómo pudo ocurrir todo.

Todo ello hizo que se volviera a llamar a distintas personas relacionadas con el caso para prestar nuevamente declaración en la comisaría motrileña.

Misivas que, según han apuntado las fuentes, contienen algunos datos «inconcretos» y que hacen pensar que podría estar relacionada con alguna venganza personal del informante hacia otras personas a las que se quiere inculpar.

En la actualidad el caso continúa en el Juzgado de Instrucción número 5 de Motril que lo mantiene con secreto sumarial para que no se filtren datos sobre los pasos que se están llevando en la investigación.

Por Pedro Feixas.

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