Daniel Pérez Berlanga, de 37 años, se ha convertido en el residente más famoso de Bronchales (Teruel).
Este municipio de apenas 460 habitantes, situado en plena sierra de Albarracín, a 1.500 metros sobre el nivel del mar, tiene el dudoso honor de tener entre sus vecinos al tipo que este viernes, 19 de diciembre de 2014, se metió con un coche lleno explosivos ‘hasta la cocina’ de la sede del Partido Popular de Madrid.
El vehículo un Citroën Xantia con matrícula de Guadalajara, ha entrado a gran velocidad en el edificio de la calle de Génova y ha llegado hasta las escaleras del interior, donde ha estado a punto de llevarse por delanta a una empleada de la limpieza.
Daniel llevaba consigo dos bombonas de gas y dos sacos de abono industrial.
Pérez Berlanga, que tiene un antecedente por hurto y está en tratamiento por esquizofrenia y consumo de drogas, llevaba varios días planeando el atentado y al ser detenido, ha declarado:
«Mi intención era atentar contra los políticos porque todos son iguales».
El artefacto colocado en el coche que un hombre empotró en la mañana de este viernes 19 de diciembre de 2014 contra la sede nacional del PP se activaba en el momento, encendido las cabezas de cerillas colocadas como iniciador, o a través de un temporizador, según ha explicado en rueda de prensa el jefe superior de la Policía de Madrid, Alfonso José Fernández Díez.
Los agentes expertos en explosivos que examinaron el turismo albergan dudas de su efectividad, ya que el número de cabezas de fósforos podía no ser suficiente para provocar la explosión del artefacto.
POSIBILIDADES REALES DE QUE EXPLOTARA
No obstante, ha insistido en que había posibilidades reales de que explosionara, una deflagración que hubiera afectado, según el jefe policial, gravemente a la estructura de la planta baja y de manera colateral a otras plantas de la sede del PP y a edificios aledaños, aunque no hubiera provocado el derrumbamiento del edificio.
Todo parece indicar que el conductor del coche, Daniel P.B., quien fue detenido minutos después, no tenía la intención de inmolarse en el lugar, ya que avisó a los agentes que custodiaban la sede del PP de que el artefacto podía explotar «en una hora y media» a través de un temporizador. «Salir de allí, salir de allí», dijo a los policías cuando se apeó del coche.
La Policía conocerá más detalladamente el ‘modus operandi’ y la preparación previa del artefacto una vez le tome declaración al apresado para confeccionar el atestado, ya que de momento le están trasladando a Los Bronchales (Teruel), su municipio de origen, donde harán un reconocimiento de su casa para conseguir pruebas y otros indicios.
EL MÓVIL
De momento, el único ‘móvil’ que ha alegado el detenido es que «quería atentar contra toda la clase política, no de un partido en concreto, porque los políticos le habían causado la ruina», ha relatado el jefe superior de la Policía de Madrid. «Estaba harto de la situación y por eso quería una acción reivindicativa», ha señalado.
Una «llamada de atención» que, según Fernández Díez, podía haber conseguido utilizando menos cantidad de explosivo. Y es que, según ha detallado, el artefacto estaba integrado por 5,8 kilos de nitrato amónico, mezclado con combustible, y al que estaban adosadas dos bombas de butano, un temporizador e iniciador consistente en cerillas. Una cantidad elevada con la que «podían haber provocado un grave daño en el edificio».
El jefe de la Policía ha definido el artefacto como «casero» y sencillo de confeccionar. «Si consultan páginas de Internet cualquiera pueda hacerlo», ha apuntado. Los materiales del artefacto son de fácil adquisición en el mercado. Concretamente, el nitrato es muy utilizado como fertilizante en agricultura y el detenido tiene tierras de labranza.
«El loco del pueblo»
De las primera palabras de Daniel también se desprende que mantenía una conducta «bastante alterada». Además, ha revelado que se encontraba desde hacía más de seis meses en paro y que en su pueblo de residencia algunos le conocían con el sobrenombre ‘El loco del pueblo’.
Sin embargo, Fernández Díez ha asegurado que no le consta oficialmente que padeciera ninguna enfermedad de tipo psiquiátrico y como antecedente policial sólo tiene uno de hace un década por hurto de uso de motor.
El detenido, una vez instruidas las primeras actuaciones urgentes y el atestado, será puesto a disposición de la autoridad judicial. Será entonces, durante la instrucción, donde el juez posiblemente pide que se le someta a un análisis psiquiátrico.