Fría, larga y consciente la venganza. Pero a veces, llega.
Carvel Bennett, de 74 años, fue condenado este 3 de agosto de 2021 a 11 años de prisión por un tribunal de la ciudad de Birmingham (Inglaterra), que lo halló culpable de violar a una adolescente hace más de 40 años.
La sentencia se hizo posible gracias a los esfuerzos de la hija de la víctima, quien nació como resultado de la agresión sucedida en 1975, reporta Sky News.
La denunciante, identificada solo como Daisy para proteger su identidad completa y la de su madre biológica, hizo toda una campaña para conseguir justicia y pasó nueve años intentando enjuiciar al depredador sexual, tras descubrir los pormenores de su nacimiento.
Según su relato, permaneció ella bajo tutela oficial durante los primeros siete meses de su vida, antes de ser adoptada por una familia.
Cuando tenía 18 años contactó con su madre por primera vez, y solo dos años más tarde se encontró con ella.
Luego tardó tanto tiempo en llegar a procesar al autor del crimen porque la violada no quiso demandarlo, ni aun años después del crimen. A
demás, los órganos competentes insistían en que la víctima era la madre de Daisy y no su hija.
«Soy una escena del crimen ambulante. Quería justicia para mi madre y quería justicia para mí. Las ramificaciones de lo que Bennett decidió hacer han marcado toda mi vida. Es por ese crimen que estoy viva. Soy la prueba viviente de una violación infantil», dijo Daisy a The Guardian al comentar la sentencia.
Durante el proceso, Bennet sostuvo que la víctima le había asegurado tener 16 años y reiteró que fue sexo consentido.
También negó su paternidad, pero una prueba de ADN demostró lo contrario.
