La Hora de la Verdad

Miguel Ángel Malavia

Esperanza

Esperanza… ¡qué palabra tan bella! Aunque a veces su significado esté ligado a otros sentimientos igual de apasionados, pero más cercanos al abismo: angustia, sufrimiento, agonía. Así, siempre es la luz en medio de la oscuridad, el faro en la tiniebla, en la bruma que todo acapara. ¿Todo? No, la luz, débil o resplandeciente, siempre vive. Esperanza, el hilo cada vez más fino, pero que nunca se rompe. La espera con fe. Porque sin fe, entonces sí, la oscuridad es total.

¿La esperanza se puede ver, se puede tocar? ¡Por supuesto! Sólo tienes que abrir el alma y percibirla tal cual es allí donde se muestra: la palma de la mano del indigente tendida hacia arriba, el voto en la urna, la mirada perdida en la barra de un bar a punto de cerrar, la nostalgia de un pasado a todo color en un presente de grises, la sonrisa que quiere dejar de ser mueca, el árbol recién plantado, la hostia elevada en el altar, la clínica de desintoxicación, el grito que desgarra el cielo con tal de que alguien lo escuche, el sueño imposible de cumplir, el llanto que clama misericordia, el Te Deum, la medalla de plata, la idea para la novela inmortal, la canción de la melancolía, el ¿te apetece tomar una copa?, la mano que mece la cama del enfermo, el ¿me quieres?, la X en el pleno al 15, el primer paso, la dieta de la sandía, los versos que no son satánicos, el silencio previo a la sentencia, el penalti en el último minuto, la bandera que aún no existe, el quirófano, la segunda cita, la pipa de la paz, el amanecer, el chuletón poco hecho, el anhelo de la justicia, las jeringuillas que no inyectan veneno, la oración, los mariachis bajo la ventana, la pelusa de la perilla adolescente, el examen, el sobre del diagnóstico, el oasis en medio del desierto, el agua de Marte…

Todo esto, amigo mío, todo esto es la esperanza. Objetos, sentimientos, frases, imágenes… esperanza. La espera que no puede terminar, la fe que no se extingue. Lo contrario del fin, de la ausencia de latido, de la izada de la bandera blanca. Esperanza o muerte. Tú decides.

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA

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Autor

Miguel Ángel Malavia

Conquense-madrileño (1982), licenciado en Historia y en Periodismo, ejerce este último en la revista Vida Nueva. Ha escrito 'Retazos de Pasión', ¡Como decíamos ayer. Conversaciones con Unamuno' y 'La fe de Miguel de Unamuno'.

Miguel Ángel Malavia

Conquense-madrileño (1982), licenciado en Historia y en Periodismo, ejerce este último en la revista Vida Nueva. Ha escrito 'Retazos de Pasión', ¡Como decíamos ayer. Conversaciones con Unamuno' y 'La fe de Miguel de Unamuno'.

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