La Hora de la Verdad

Miguel Ángel Malavia

¿Puedo criticar el 9-N sin ser un nacionalista español?

Hoy, lo más sensato para no parecer un rancio carcamal entregado al más ciego nacionalismo español es saludar con una sonrisa la pseudo consulta independentista de Cataluña que tuvo lugar ayer y decir sin más: “Si votar es democracia, criticarlo es ser antidemócrata”. Sin embargo, una vez más, y aunque ya me cansa, voy a volver a repetir algo que creo esencial: lo más hondo de la democracia es el respeto de la ley que todos nos hemos dado, pues ese es el contrato social que garantiza la convivencia plural y la validez de los derechos de todos. ¿Quiere eso decir que la ley vigente es un ente inmutable? No, si la mayoría ciudadana desea de verdad un cambio en la Constitución, habrá cambio. Pero, ojo, en un proceso sosegado y participativo, contando con la opinión de todos, empezando por los ciudadanos. Por los de toda España.

En cuanto al 9-N en sí, quiero centrar mi atención en un dato que considero importante: ayer, según los datos que ha ofrecido la Generalitat, 2.305.290 ciudadanos de Cataluña fueron los que votaron, mostrándose inequívocamente independentistas 1.861.753 de estos. Sería de imbéciles negar que son datos a tener muy en cuenta y frente a los que todos los españoles no podemos quedar impasibles, debiendo nuestro Gobierno hacer política con mayúsculas y no solo apelar a la ley. Pero, a la vez, creo que hay otro dato a tener aún más en cuenta, en este caso por los partidarios de la independencia: como mínimo, cuatro millones de catalanes no salieron ayer a votar. Y digo “como mínimo” porque nadie, absolutamente nadie, puede demostrar que no hubiera ciudadanos que votaron en varios colegios… Por no hablar de que votaron los residentes extranjeros y los menores de 16 y 17 años, que no lo harían en un referéndum legal.

Centrémonos en el dato de los 1.861.753 independentistas. Lo nieguen o no, son el máximo posible que hay hoy en Cataluña, pues todos los convencidos de la ruptura con España salieron ayer con toda la pasión del mundo a votar. Y parece que, por mucho que se empeñen en hacernos creer, no son muchos más: suman unos 70.000 más de los que, en las anteriores autonómicas de 2012, votaron a CiU, ERC y CUP, las fuerzas explícitamente independentistas (y eso incluyendo a la Unió de Durán, lo que ya es ser muy generosos). Insisto, hay que analizar este fenómeno y no despreciar a dos millones de catalanes. Pero, ¿no habrá que poner esa misma atención en los otros cuatro millones de catalanes que no quisieron formar parte, legitimizándolo, de un proceso que, como estaba concebido en un principio, fue rechazado por el Tribunal Constitucional? ¿Y no deberían mirar también por esta mayoría social los propios políticos catalanes que tantas veces se arrogan la voz del “pueblo catalán”?

Finalmente, y tras criticar lo que veo criticable en el 9-N, voy a repetir que lo hago sin ser un nacionalista español. Si fuera tal, pediría la abolición de las autonomías, la vuelta de todas las competencias al Estado, la supresión en la enseñanza pública de los idiomas propios en las tierras de España que cuentan con el suyo propio o que simplemente se enseñe en las aulas de todo el país la historia nacional, negando así todo espacio a la autónoma. Además, de propina, seguramente tendría un discurso belicista con la inmigración y pediría, en todo caso, favorecer la entrada de los migrantes provenientes de la América hispana, que comparten más nuestra cultura que los llegados de África o Asia.

Lo siento, pero no, no soy un nacionalista español. Soy un (pesimista) patriota que aún confía en que España sea un país moderno e integrador, donde todos los ciudadanos valgamos lo mismo a ojos del Estado.

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA
Autor

Miguel Ángel Malavia

Conquense-madrileño (1982), licenciado en Historia y en Periodismo, ejerce este último en la revista Vida Nueva. Ha escrito 'Retazos de Pasión', ¡Como decíamos ayer. Conversaciones con Unamuno' y 'La fe de Miguel de Unamuno'.

Miguel Ángel Malavia

Conquense-madrileño (1982), licenciado en Historia y en Periodismo, ejerce este último en la revista Vida Nueva. Ha escrito 'Retazos de Pasión', ¡Como decíamos ayer. Conversaciones con Unamuno' y 'La fe de Miguel de Unamuno'.

Lo más leído