LA MODA GLOBAL QUE PONE EN JAQUE A LOS JAPONESES

La fiebre del matcha: el te verde que seduce al mundo… y se agota en Japón

El auge internacional del matcha dispara la demanda y provoca una crisis de abastecimiento en Japón, poniendo en riesgo la tradición y la calidad de este icónico té verde

El te y la Matcha mania
El te y la Matcha mania. PD

¿Quién iba a decir que una fina capa de polvo verde, con ese aspecto entre el wasabi y la hierba recién cortada, se convertiría en el objeto de deseo de baristas, chefs y foodies de medio planeta?

El matcha, tradicionalmente reservado para ceremonias japonesas y rituales zen, ha saltado del tatami al escaparate de cafeterías y pastelerías de Nueva York, Madrid o Sídney, conquistando paladares y TikToks por igual.

El resultado: el mundo entero pide matcha… y Japón empieza a quedarse sin él.

En 2024, las exportaciones de té verde japonés —donde el matcha es la joya de la corona— aumentaron un 25%, alcanzando cifras récord de ventas y situando al matcha como el protagonista absoluto de la nueva ola saludable.

Las imágenes de matcha lattes espumosos y postres de color esmeralda han inundado las redes, generando lo que la prensa internacional llama ya la “matcha mania” o “fiebre del matcha”.

¿Por qué escasea el matcha? Un cóctel de moda, turismo y redes sociales

El boom de este té verde pulverizado no es casual. A sus reconocidos beneficios —rico en antioxidantes, vitaminas y un toque de cafeína que promete energía sin nerviosismo— se suman tres factores clave:

  • Redes sociales: Instagram y TikTok han convertido al matcha en la bebida más fotogénica y viral del momento.
  • Turismo postpandémico: Solo en 2024, Japón recibió un 46% más de turistas, muchos atraídos por la experiencia de probar matcha auténtico en origen.
  • Tendencia saludable: Las propiedades detox y antioxidantes del matcha han conquistado a consumidores preocupados por su bienestar, desplazando incluso al café en algunos mercados occidentales.

El problema es que la producción tradicional japonesa —lenta y artesanal— no puede seguir el ritmo de una demanda global que se dispara cada mes. El proceso de elaboración, que requiere sombrear las plantas semanas antes de la cosecha, seleccionar a mano las hojas más tiernas y molerlas en piedra hasta obtener ese polvo ultrafino, apenas deja margen para la industrialización.

En datos: en 2023 Japón produjo unas 4.176 toneladas de matcha, casi el triple que en 2010, pero sigue sin ser suficiente para abastecer a todos los nuevos conversos a la religión del polvo verde.

Tipos de matcha y el dilema de la calidad

No todos los matcha son iguales. Los expertos distinguen principalmente dos tipos, según el momento de la cosecha:

  • Matcha de recolección temprana: Más dulce, brillante y suave. Es el preferido para preparar bebidas delicadas o consumir solo, y el que suele lucirse en las ceremonias tradicionales.
  • Matcha de recolección tardía: Más oscuro y amargo, ideal para usos culinarios en repostería, helados o salsas.

El problema es que la escasez está empujando a muchos negocios a recurrir a mezclas más baratas, donde el matcha puro se diluye con azúcar u otros tés, perdiendo así parte de su esencia y propiedades. “No es matcha tal cual, viene mezclado con azúcar”, lamenta Borja García, propietario de una pastelería especializada en Madrid.

Mientras tanto, pequeños productores japoneses se ven obligados a limitar las ventas, priorizando a clientes locales o a importadores de confianza, y subiendo los precios. Algunos, directamente, han cerrado temporalmente sus tiendas online por falta de stock.

La respuesta japonesa: límites, sostenibilidad y nuevos actores

Japón, celoso guardián de la tradición matcha, ha reaccionado con medidas de emergencia:

  • Restricciones en la compra para evitar el desabastecimiento local.
  • Búsqueda de proveedores alternativos en China y otros países, aunque la calidad y el método de producción distan del estándar japonés.
  • Aumento de precios y selección más estricta de los compradores internacionales.

A este panorama se suma la aparición de grandes plantaciones en China, que buscan satisfacer la demanda global con matcha de menor calidad y precio, pero sin el mismo control artesanal ni la tradición cultural japonesa.

El futuro: ¿matcha para todos o joya exclusiva?

El matcha ha dejado de ser un capricho de gourmets o un producto ceremonial para convertirse en el ingrediente estrella de la repostería internacional, rivalizando ya con el café en muchas ciudades. Sin embargo, su futuro parece dividirse entre dos caminos: o se convierte en un lujo exclusivo y escaso, o evoluciona hacia fórmulas más comerciales y menos puristas.

Entre tanto, los consumidores más informados buscan distinguir el matcha auténtico —más caro, más brillante y de sabor umami— de las versiones “light” que proliferan en el mercado. Y los productores japoneses debaten entre abrirse a la globalización o proteger su legado a cualquier precio.

Curiosidades y anécdotas: el lado insólito del matcha

  • El matcha nació como bebida medicinal en monasterios zen, donde los monjes lo consumían para mantenerse despiertos durante largas meditaciones.
  • Preparar un cuenco de matcha ceremonial puede llevar más de 10 minutos, incluyendo el batido con chasen (batidor de bambú) hasta lograr la espuma perfecta.
  • En Japón, el matcha de más alta calidad se reserva para la ceremonia del té (chanoyu), un ritual que puede durar varias horas y donde cada gesto tiene un significado.
  • El hojicha, otro té japonés, se elabora tostando las hojas, lo que le da un sabor a nuez y color marrón, totalmente distinto al matcha fresco y dulce.
  • En algunas cafeterías de Tokio ya hay listas de espera para conseguir un latte de matcha “auténtico”, mientras que en Estados Unidos han surgido clubes de suscripción para recibir matcha fresco cada mes.
  • ¿Sabías que el matcha fue ingrediente secreto en la dieta de los samuráis antes de las batallas? Su mezcla de cafeína y L-teanina les proporcionaba energía y concentración sin nerviosismo.

La fiebre del matcha no muestra signos de remitir. Eso sí, si ves que tu tarta de cumpleaños viene este año con glaseado verde y sabor a matcha… ¡dale las gracias (o la culpa) al mundo y su sed insaciable de polvo verde japonés!

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