Más información
No está claro que el Cielo sea un lugar muy divertido, en el sentido que se le da al término desde la Tierra, pero no puede -por definición- ser un sitio donde se pase mal.
Todo lo contrario. Hay felicidad por todos lados y en todos los ámbitos, como sostenía ese cura gracioso, según el cual los ángeles se ríen mucho, ‘por la gracia de Dios’:
EL PARROCO DEL PUEBLO
- En un pueblo marinero van a botar la barca nueva, en la que los vecinos han deposito muchas esperanzas.
El patrón de la Cofradía de Pescadores avisa al párroco y le pide que baje al puerto, para bendecirla y bautizarla antes de echarla al agua.
El sacerdote llega puntual, con el isopo y el agua bendita y pregunta:
-¿Qué nombre le vais a poner, hijo?.
-Pues habíamos pensado, señor cura, en «Que Pesque Dios».
-No, hijo mío, no me parece un buen nombre. Es casi blasfemo. Piensa en otro.
-Pues entonces «Remedios», señor cura.
-Eso está mejor. ¿Es quizá el nombre de alguna pariente tuya?
-No, es que hemos pensado que, ya que no pesca, al menos reme.