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No existe “lo gracioso”.
Tampoco existe “lo bello”, “lo feo”, “lo artístico”, “lo vulgar”, “lo dulce” o “lo salado”.
Pero no porque sobre gustos no haya nada escrito o porque “lo bello” y “lo feo” sean construcciones sociales que responden a los intereses de los grupos dominantes (ambas afirmaciones son mentira).
“Lo gracioso” no existe porque lo que nosotros percibimos como “divertido” no es más que una rutina de nuestro cerebro mediante la que este depura errores, proporcionándonos placer a cambio.
AMIGOS
- Dos amigos que se encuentran por la calle:
– Hola Pepe, ¿qué tal?
– Pues mal, vengo del funeral de Antonio.
– ¡No puede ser! Si lo vi a semana pasada y estaba perfectamente.
– Murió ayer, se cayó en un depósito de 500 litros de cerveza.
– Vaya, que muerte más cruel.
– No creas, antes de morir salió tres veces a mear.