Viajar por carretera conlleva responsabilidades, y uno de los mayores retos es cumplir con las normativas de seguridad vial.
La Dirección General de Tráfico (DGT) ha lanzado una advertencia inesperada que ha puesto en alerta a conductores en toda España: ciertos alimentos de consumo habitual podrían ocasionar falsos positivos en los controles de alcoholemia, incluso si no se ha ingerido ni una gota de alcohol.
Esta situación plantea dudas sobre cómo la dieta puede afectar temporalmente al metabolismo y complicar el día a día de los conductores.
¿Por qué algunos alimentos generan falsos positivos?
El fenómeno radica en la composición química y los procesos naturales o industriales que atraviesan ciertos alimentos. Por ejemplo, frutas como el plátano o las uvas, cuando están muy maduras, pueden iniciar un proceso de fermentación natural que genera pequeñas cantidades de alcohol. Aunque estas trazas son insignificantes para la salud, pueden ser detectadas por los dispositivos utilizados en los controles si se consumen justo antes del test.
Asimismo, productos como el pan recién horneado o el pan de semillas contienen levaduras que producen alcohol durante su fermentación. Otros ejemplos incluyen caramelos con licor, bombones y ciertos encurtidos, cuya conservación implica la presencia de alcohol. Incluso alimentos saludables como el vinagre o jugos fermentados pueden ser problemáticos bajo ciertas circunstancias.
El caso del pan de semillas es particularmente relevante: las semillas de amapola pueden contener trazas naturales de morfina, lo que no solo podría influir en pruebas de alcoholemia sino también en controles antidroga.
Los dispositivos utilizados por la DGT están diseñados para detectar concentraciones significativas de alcohol en sangre o aire espirado. Sin embargo, son sensibles a la presencia momentánea de vapores alcohólicos en la boca o garganta. Este tipo de falsos positivos se producen principalmente si se realiza la prueba poco después del consumo del alimento problemático.
Medicamentos como jarabes para la tos, aerosoles para el asma y colutorios bucales con alta concentración alcohólica también han sido señalados como causantes potenciales de resultados alterados.
Consecuencias legales y económicas
Conducir bajo los efectos del alcohol está duramente penalizado en España. Dependiendo del nivel detectado, las multas oscilan entre 500 y 1.000 euros, acompañadas de la retirada de puntos del carnet e incluso penas de prisión si se supera una tasa elevada (más de 0,60 mg/l en aire espirado). Aunque estos falsos positivos suelen ser temporales y mínimos, pueden ocasionar molestias significativas al conductor hasta que se aclare la situación.
Además, España ha endurecido sus límites legales. Actualmente, la tasa máxima permitida es de 0,5 g/l en sangre (0,25 mg/l en aire espirado), reduciéndose a 0,3 g/l (0,15 mg/l) para conductores noveles y profesionales. Para finales de 2025 se espera la implementación de un límite aún más estricto: 0,2 g/l en sangre.
Recomendaciones para evitar falsos positivos
Para minimizar riesgos innecesarios, los expertos recomiendan:
- Esperar unos minutos antes de conducir tras consumir alimentos susceptibles a generar vapores alcohólicos.
- Optar por productos dentales sin alcohol, especialmente colutorios.
- Hidratarse adecuadamente antes del control para eliminar rastros residuales.
- Consultar etiquetas y evitar productos con ingredientes fermentados antes de ponerse al volante.
Además, es crucial mantener una dieta equilibrada y estar atentos al uso reciente de medicamentos con contenido alcohólico.
Reflexión final
La advertencia reciente subraya la importancia no solo del consumo responsable sino también del conocimiento sobre cómo nuestra dieta diaria puede influir momentáneamente en situaciones tan críticas como un control vial. La seguridad en carretera no solo depende de evitar el alcohol; pequeños detalles como el momento y tipo de alimentos consumidos también cuentan. Si bien estos falsos positivos son anecdóticos frente al problema real del alcohol al volante, es imprescindible estar informados para evitar sanciones innecesarias e incómodos malentendidos con las autoridades.