La imagen de una torre de 14 plantas desplomándose en el centro de Gaza tras un ataque israelí ha vuelto a ilustrar la magnitud del conflicto, mientras la ofensiva sobre la ciudad se recrudece y las sirenas por cohetes resuenan en las localidades fronterizas.
El viernes, las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) bombardearon dos altos edificios, incluido el Mushtaha Tower, junto a uno de los mayores campamentos de desplazados palestinos, en una maniobra que marca el arranque visible de una nueva fase militar.
El ejército israelí sostiene que estos inmuebles estaban siendo empleados por Hamas como centros logísticos, posiciones de francotiradores y lanzaderas de misiles, y que bajo sus cimientos se esconden túneles empleados para emboscar a las tropas y facilitar el movimiento clandestino de combatientes.
Sin embargo, la administración del Mushtaha Tower niega cualquier vínculo con actividades armadas y asegura que el edificio solo acogía a civiles desplazados desde hace meses.
🚨| ÚLTIMA HORA: Las Fuerzas de Defensa de Israel, bombardeó la torre Mushtaha, de 14 pisos, uno de los edificios más altos de Gaza, donde se encontraba uno de los últimos bastiones de los terroristas de HAMÁS. 🇮🇱 ¡Israel va con todo por los terroristas! pic.twitter.com/G2YVbS4BN3
— Eduardo Menoni (@eduardomenoni) September 5, 2025
La polémica sobre el uso real de estas infraestructuras añade presión sobre la opinión pública internacional y local.
A día de hoy, 7 de septiembre del 2025, los ataques israelíes han dejado al menos 69 muertos y más de 400 heridos en 24 horas según datos del Ministerio de Salud controlado por Hamas.
Entre las víctimas se cuentan varias personas fallecidas durante la recogida de ayuda humanitaria, lo que agudiza la crisis civil y alimenta el debate sobre el impacto humano del conflicto.
🔴
WATCH:
The precision strike on the Burj Mushtaha tower in Gaza city.I counted 2 guided bombs, 3 milliseconds launch-gap from each other toward the lower part of the building in order to penetrate its foundations and collapse it by shaking its supporting pillars.
This… https://t.co/TYTYSBDBWs pic.twitter.com/B7GkC45PmJ
— Voice From The East (@EasternVoices) September 5, 2025
La nueva campaña militar: “Gideon’s Chariots II”
El gobierno israelí busca una denominación más “atractiva” para esta operación, bautizada provisionalmente como “Gideon’s Chariots II”, en un intento por reforzar el apoyo interno.
El objetivo declarado no es la derrota total de Hamas, sino dañar gravemente su infraestructura militar —especialmente los túneles— sin entrar en una persecución directa contra los combatientes que puedan ocultarse entre la población civil.
Este enfoque responde tanto a consideraciones tácticas como políticas: los altos mandos militares advierten que una ofensiva total podría aumentar drásticamente las bajas israelíes y poner en peligro a los rehenes aún retenidos por Hamas, cuya liberación sigue siendo una prioridad negociadora. La presión para lograr avances visibles sin desencadenar un desastre humanitario o una ocupación prolongada pone al ejecutivo israelí ante dilemas complejos.
Simultáneamente, este viernes se activaron las alarmas antiaéreas en la zona de Netivot tras el lanzamiento de dos cohetes desde Gaza. Uno fue interceptado por el sistema defensivo israelí y otro cayó en un área abierta sin causar daños ni víctimas. Este ataque rompe tres semanas de relativa calma en cuanto a lanzamientos desde Gaza hacia territorio israelí.
La reanudación del fuego por parte del brazo armado de Hamas —tras varios ataques atribuidos previamente a Yihad Islámica— apunta a un mensaje estratégico: demostrar su capacidad para seguir golpeando Israel pese al asedio militar. Fuentes cercanas al grupo aseguran que estas acciones buscan “subrayar que Israel no ha logrado derrotar al movimiento ni a su ala militar”, aunque niegan que respondan directamente a asesinatos recientes de comandantes.
El contexto interno también influye: protestas puntuales contra Hamas dentro del campo de refugiados de Jabalia han coincidido con estos lanzamientos, aunque portavoces del grupo rechazan cualquier conexión entre la presión popular y sus decisiones militares.
Tabla: Situación actual tras los bombardeos y ataques con cohetes
| Elemento | Detalle relevante |
|---|---|
| Torres destruidas | Mushtaha Tower (14 plantas) y otros edificios altos |
| Muertos palestinos | Al menos 69 en 24 horas |
| Heridos | Más de 400 |
| Cohetes lanzados | Dos hacia Netivot; uno interceptado, otro cayó sin daños |
| Objetivo IDF | Infraestructura (túneles), no persecución directa |
| Nombre operación | Gideon’s Chariots II |
| Protestas internas | Jabalia: críticas a Hamas y exigencia fin del conflicto |
| Rehenes israelíes | 48 retenidos (20 vivos según estimaciones) |
Antecedentes: De ofensiva limitada a escalada total
La destrucción sistemática de torres residenciales recuerda episodios previos del conflicto pero ahora se inscribe en una estrategia más amplia para preparar una eventual reocupación militar del centro urbano gazatí. Las advertencias lanzadas por expertos israelíes sobre los riesgos —tanto para los rehenes como para la población civil— no han frenado la decisión política.
Desde octubre pasado, cuando Hamas lanzó su ataque masivo sobre territorio israelí, la respuesta ha sido progresivamente más dura. El bloqueo casi total ha provocado desplazamientos masivos y una crisis humanitaria sin precedentes. Las cifras acumuladas superan ya los 64.000 muertos palestinos desde el inicio del asedio, en su mayoría mujeres y niños según fuentes locales.
Las próximas jornadas serán clave. Israel anuncia más bombardeos selectivos sobre infraestructuras consideradas militares, mientras mantiene el aviso para evacuaciones masivas. El riesgo es doble: por un lado, un aumento drástico en víctimas civiles si las operaciones se intensifican; por otro, la posibilidad de que Hamas replique con nuevos ataques misilísticos o emboscadas desde túneles.
La búsqueda interna israelí por un nombre más “vendible” para la operación evidencia también el peso político del relato en tiempos donde las imágenes llegan instantáneamente al público global. El futuro inmediato dependerá tanto del margen táctico que logren las fuerzas israelíes como del desgaste social dentro Gaza y la presión internacional para frenar la escalada.
En medio del ruido mediático y diplomático, miles de familias siguen durmiendo bajo lonas cerca de lo que fue su hogar. El sonido intermitente de las sirenas entre Netivot y Ashkelon revela que, pese a todo intento por controlar los tiempos o los titulares, la guerra sigue marcando cada jornada.
LA CAZA DE LOS JEFES TERRORISTAS
Abu Obaida, icónico portavoz de Hamas, es el más reciente jefe terrorista eliminado por Israel.
Obaida, figura emblemática y voz del brazo armado de los fanáticos islamistas, llevaba como figura descollarte la friolera de si dos décadas.
Considerado el líder más visible de Hamas en Gaza, solo por detrás de Yahia Sinwar y Mohamed Deif, el escurridizo Obaida encabezaba la lista de objetivos prioritarios de Israel tras el devastador ataque del 7 de octubre de 2023.
La ofensiva israelí en el enclave palestino ha diezmado esta lista, aunque aún persisten nombres clave escondidos en túneles de Gaza o en lujosos hoteles de Doha y Estambul.
El ataque, ejecutado la semana pasada por la Fuerza Aérea israelí en el barrio de Rimal en Gaza, se basó en información de inteligencia que ubicaba a Obaida en una vivienda. El bombardeo dejó siete víctimas mortales. Aunque Hamas no ha confirmado oficialmente su muerte, fuentes palestinas citadas por Al Arabiya la han reconocido. Este golpe no solo debilita al brazo armado, donde Obaida era una figura influyente, sino que sacude la poderosa maquinaria mediática de Hamas, que se dirigía tanto a la población palestina, con un discurso de resistencia, como a la sociedad israelí, con tácticas de guerra psicológica centradas en los rehenes. Su impacto se extendía también a los países árabes, donde gozaba de gran notoriedad, y a la comunidad internacional, buscando intensificar la presión sobre Israel.
“La eliminación de Abu Obaida es un duro revés para Hamas”, afirmó una fuente de seguridad israelí, destacando que el líder había esquivado al menos dos intentos previos de asesinato. “Seguiremos desmantelando la infraestructura terrorista de Hamas”, añadió, refiriéndose a las operaciones en Ciudad de Gaza, donde Israel controla el 40% del territorio. En los últimos días, el ejército destruyó dos edificios de gran altura, tras advertir a los civiles que evacuaran, alegando que eran utilizados como bases terroristas. Israel urge a la población a desplazarse al sur antes de una inminente incursión terrestre.
En Ciudad de Gaza permanecen Izz al Din al Haddad (55 años) y Raed Saad (53 años), dos de los pocos líderes de Hamas que han sobrevivido a la ofensiva post-7 de octubre y a escaladas previas desde que el grupo asumió el control del enclave en 2007. Tras las muertes de Yahia Sinwar, Mohamed Sinwar, Mohamed Deif y Marwan Issa, Al Haddad ha emergido como líder de facto del brazo armado y de Hamas en Gaza, el tercero en asumir este rol en menos de siete meses. Su influencia es clave en la gestión de los 48 rehenes y en lo que parece ser la última batalla en Ciudad de Gaza.
Al Haddad, conocido como el “fantasma de Al Qassam”, ha sido objetivo de múltiples operaciones del ejército y el Shabak, con una recompensa de 750.000 dólares por su captura. Miembro del brazo armado desde finales de los 80, también integró la unidad secreta Al Majd, dedicada a perseguir a supuestos colaboradores con Israel o a quienes violaban las normas islamistas. Participó directamente en la planificación del ataque al sur de Israel en 2023. Por su parte, Saad ha destacado en la logística de proyectiles, misiles antitanque y combates en túneles. Ambos han resistido no solo la actual ofensiva, sino también los enfrentamientos previos en Gaza desde 2007. Aunque Hamas ha reclutado a miles de nuevos combatientes, muchos de ellos adolescentes de 16 y 17 años, la renovación de su cúpula es un desafío mayor. “Al Haddad tiene una habilidad especial para reclutar combatientes”, aseguran fuentes palestinas.
En un mensaje grabado con su característica kefia roja, Abu Obaida había declarado tras la muerte de Deif: “Por cada mártir, mil se alzarán. La muerte de nuestros comandantes no quebrará nuestra resistencia”. Sin embargo, el jefe del Estado Mayor israelí, Eyal Zamir, aseguró: “Hemos eliminado a la mayoría de la cúpula de Hamas. Ahora vamos por los líderes en el extranjero”.
Líderes en el exilio y nuevas amenazas
Qatar y Turquía, aliados de los Hermanos Musulmanes, acogen a los principales líderes de Hamas en el exterior. La semana pasada, el grupo desmintió rumores sobre el asesinato de su negociador Khalil al Hayya. Tras el 7 de octubre, Israel intensificó su promesa de perseguir a los responsables de Hamas, reforzando las medidas de seguridad de la cúpula en el extranjero. Sin embargo, estas no salvaron a Ismail Haniyah, asesinado el 31 de julio de 2024 en una operación del Mosad en Teherán, ni a Saleh al Arouri, eliminado en Beirut el 2 de enero de 2024. La incógnita ahora es si Israel se atreverá a actuar en Qatar o Turquía, asumiendo las graves consecuencias diplomáticas.
Entre los líderes en el exilio figuran Khalil al Hayya, Zaher Jabarin, Razi Hamad, Nizar Awdallah y Jaled Mashal. Este último sobrevivió en 1997 a un intento de asesinato del Mosad en Amán, cuando le inyectaron veneno en la oreja. Tras el fallido operativo, Israel tuvo que proporcionar el antídoto y liberar al fundador de Hamas, Ahmed Yassin, para calmar la furia del rey Hussein de Jordania.
La cacería de Israel continúa, mientras Hamas lucha por mantener su estructura y su narrativa de resistencia en un conflicto que no da tregua.
