Nueva escalada en la frontera entre Israel y Líbano

Israel elimina a un líder clave de los terroristas de Hezbolá en ataque en el Líbano

Un ataque aéreo israelí en el sur del Líbano mata a un comandante de Hezbolá clave y desata promesas de represalia del grupo chií

Israel
Israel. PD

A primera hora de la mañana, la noticia corría como la pólvora en Beirut y Tel Aviv: Israel ha matado a un alto comandante de Hezbolá en el sur del Líbano tras un ataque aéreo preciso.

La operación, dirigida contra uno de los principales responsables de las operaciones transfronterizas de la milicia chií, supone un golpe directo en la escalada de tensión que vive la frontera desde hace meses.

El grupo respaldado por Irán, considerado por Israel como su principal amenaza en el norte, no ha tardado en prometer venganza y aumentar el riesgo de una nueva espiral de violencia en Oriente Medio.

A día de hoy, 6 de septiembre de 2025, la región vive una de sus fases más inestables desde la guerra de 2006.

El ataque israelí, que se enmarca en la campaña de bombardeos y operaciones selectivas iniciada hace casi un año, ha elevado la presión sobre el Gobierno libanés y la comunidad internacional, preocupada por una posible guerra total que desestabilice aún más la zona.

Un ataque quirúrgico en el sur de Líbano

El objetivo del bombardeo israelí era un edificio identificado como centro de operaciones de Hezbolá.

El comandante fallecido, cuya identidad no ha sido confirmada oficialmente, era responsable de coordinar ataques y movimientos de armas hacia la frontera israelí. Fuentes militares apuntan a que la operación ha sido resultado de una intensa labor de inteligencia, reforzada por la cooperación con aliados occidentales.

El impacto del ataque no se limita a la pérdida de un líder; supone un mensaje claro de Israel sobre su determinación de frenar la capacidad ofensiva de Hezbolá. El grupo, que controla de facto el sur del Líbano, ha respondido con el lanzamiento de cohetes hacia el norte de Israel y la promesa de represalias selectivas.

Según analistas, la situación se encuentra en un punto de inflexión, con ambos bandos midiendo sus pasos para evitar un enfrentamiento directo a gran escala, pero sin descartar una escalada mayor si el ciclo de ataques y respuestas continúa.

Antecedentes: un año de fuego cruzado

El conflicto entre Israel y Hezbolá se ha intensificado desde octubre de 2023, coincidiendo con el inicio de la guerra en Gaza. Desde entonces, la frontera norte de Israel y el sur del Líbano han sido escenario de intercambios casi diarios de fuego, con miles de ataques aéreos israelíes y lanzamientos de cohetes por parte de la milicia libanesa.

  • Más de 1.500 ataques aéreos israelíes han golpeado posiciones de Hezbolá en Líbano desde septiembre de 2024.
  • El número de víctimas en Líbano supera las 4.000 personas, con decenas de miles de desplazados.
  • Israel ha justificado sus acciones como respuesta a los ataques con cohetes y drones lanzados desde territorio libanés, y como medida preventiva para evitar un ataque similar al de Hamás el 7 de octubre de 2023.

La ofensiva israelí ha incluido ataques en zonas urbanas y rurales, dañando infraestructuras civiles y forzando la evacuación de poblaciones enteras en el sur del Líbano. Las autoridades israelíes han advertido repetidamente a los civiles libaneses sobre la necesidad de abandonar las áreas donde Hezbolá almacena armas, mientras acusan a la milicia de usar a la población como escudos humanos.

El papel del Gobierno libanés y la propuesta de desarme

En paralelo a la escalada militar, el Gobierno del Líbano ha dado un paso relevante al respaldar una propuesta internacional para desarmar a Hezbolá y consolidar la autoridad estatal sobre todo el territorio nacional. El gabinete libanés ha aprobado los objetivos de un plan impulsado por Estados Unidos que prevé el despliegue del ejército nacional en las zonas fronterizas y el fin de la presencia armada de grupos no estatales, incluido Hezbolá.

  • El primer ministro libanés ha encargado a las Fuerzas Armadas preparar una hoja de ruta para asumir el control de las armas antes de que finalice el año.
  • El gobierno busca restaurar la estabilidad y facilitar la reconstrucción, aunque el calendario para el desarme de Hezbolá sigue siendo incierto y genera escepticismo tanto dentro como fuera del país.

Hezbolá ha calificado el desarme como «un pecado grave», reafirmando su rechazo a abandonar las armas mientras Israel mantenga presencia militar en territorio libanés y persistan las amenazas externas. Esta tensión interna complica cualquier avance real en el proceso de desarme y refuerza la percepción de que el grupo sigue siendo un actor central en la política y la seguridad del país.

Impacto regional y posibles escenarios

La eliminación de un comandante de Hezbolá por parte de Israel se produce en un contexto de máxima presión internacional. Los principales aliados de Israel, liderados por Estados Unidos, han instado a la contención para evitar un conflicto regional que afecte a Siria, Irán y el resto del Mediterráneo oriental. Sin embargo, la dinámica de represalias y ataques selectivos complica el escenario.

  • La frontera entre Israel y Líbano permanece altamente militarizada y es escenario de desplazamientos masivos de población.
  • El riesgo de una guerra abierta sigue latente, aunque ninguna de las partes parece buscarlo de forma activa.
  • El proceso de desarme de Hezbolá, aunque respaldado por el gobierno libanés, enfrenta enormes obstáculos prácticos y políticos.

La presión sobre el ejército libanés para asumir el control del sur del país y sustituir a Hezbolá como garante de la seguridad es vista por muchos como una apuesta de alto riesgo, especialmente mientras Israel mantenga posiciones militares en la frontera y continúe la amenaza de nuevos ataques.

Un mapa de la tensión: zonas clave del conflicto

ZonaControl principalNivel de actividad militarPoblación desplazada
Sur de LíbanoHezboláMuy alto93.000+
Frontera Norte de IsraelIDFMuy alto60.000+
BeirutEstado libanés / HezboláMedio-AltoFocalizado

Opinión: ¿hacia dónde evoluciona el conflicto?

El asesinato de un líder militar de Hezbolá por Israel reabre el debate sobre la estrategia de seguridad en la región. La presión internacional por el desarme de grupos armados y el refuerzo del Estado libanés se enfrenta a la realidad de un equilibrio frágil, donde la fuerza militar sigue imponiéndose sobre la diplomacia.

Mientras la población civil paga el precio más alto con desplazamientos y daños materiales, la región se prepara para nuevas rondas de violencia o, en el mejor de los casos, para una tensa calma vigilada. El futuro inmediato dependerá de la capacidad de contención de ambos bandos y de la determinación del gobierno libanés para avanzar en el control estatal, aunque el calendario de ese proceso sigue siendo una incógnita.

En el sur del Líbano, donde la línea azul se ha vuelto difusa por la guerra, la muerte de un comandante puede ser solo el preludio de una nueva fase de confrontación o el inicio de un delicado proceso de negociación. El pulso entre Israel y Hezbolá se mantiene, mientras el mundo observa de cerca el desenlace de una crisis que, a día de hoy, no tiene fecha de cierre.

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