La superpoblación y la falta de recursos, claves en el colapso de los mayas

La superpoblación y la falta de recursos, claves en el colapso de los mayas
. Agencia EFE

Las causas del colapso del imperio maya se mantienen como un enigma, aunque para el antropólogo estadounidense Donald W. Forsyth la superpoblación y la escasez de recursos pueden haber sido las principales causas de la desaparición de esta civilización mesoamericana.

En una conferencia ofrecida en el Museo Arqueológico Benahorita de La Palma sobre las tres grandes civilizaciones de la América precolombina, aztecas, mayas e incas, Forsyth, director de la Fundación Arqueológica Nuevo Mundo, aseguró que la desaparición de los mayas, una civilización que tuvo su auge entre el 800 y el 950, en un misterio.

«Muchos investigadores se inclinan por pensar que fueron las guerras entre ellos mismos las que ocasionaron el declive maya. En cambio otros apuntan por la existencia de enfermedades que se extendieron a lo largo de todo el imperio y que provocaron la aniquilación de su población», explicó Forsyth.

No obstante, para este investigador el colapso de la civilización maya pudo estar motivado por la superpoblación, la falta de recursos naturales básicos como agua y suelo apto para el cultivo.

«Es tremendamente difícil explicar qué fue lo que sucedió, ya que no quedaron pruebas testimoniales que acrediten a los investigadores las causas», señaló.

Sobre los aztecas, el investigador, doctor en Antropología y profesor de la Universidad de Brigham Young en Estados Unidos, indicó que fueron grandes artífices en la expansión de su imperio porque a partir de un pequeño núcleo poblacional en el centro del Valle de México, construyeron el imperio más importante de la región.

Los aztecas, al igual que los incas, fueron sometidos por los españoles después de la conquista, lo que motivó su desaparición en el siglo XVI, aunque se conservan importantes vestigios etnográficos que hablan de su vida, creencias y organización social.

Ambas culturas utilizaban la escritura para mantener el estatus social de los gobernantes y eso «les permitía controlar al resto de clases», señaló.

«Además eso les permitía mantener también cierta equidad social entre los gobernantes, ya que existen muchos documentos en los que se recogen las líneas de ascenso de una clase noble a otra superior».

Las tres civilizaciones tenían la idea de que la realidad era cíclica y creían que el fin de un ciclo podría significar el final de la vida y por eso durante los días posteriores al fin de un periodo, que era de 360 días, «no hacían nada», indicó.

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