Un total de 189.654 ecuatorianos residentes en España están habilitados para votar en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Ecuador.
Los centros de votación están abiertos de 09:00 a 19:00 horas en ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia, Alicante, Murcia, Sevilla, Málaga y Palma de Mallorca, entre otras.
No hay datos precisos y verificables sobre a quién apoyan mayoritariamente los ecuatorianos en España en esta jornada electoral.
Sin embargo, en la primera vuelta del 9 de febrero, los candidatos de Acción Democrática Nacional y de Revolución Ciudadana empataron con aproximadamente un 44% cada uno a nivel general, lo que indica una polarización significativa.
Este domingo, 13 de abril de 2025, Ecuador vive una jornada crucial. Más de 13 millones de ciudadanos están llamados a las urnas para elegir al próximo presidente de la República.
En un clima de alta tensión, el actual mandatario, Daniel Noboa, busca la reelección, mientras que Luisa González, representante del correísmo, aspira a convertirse en la primera mujer en liderar el país.
La contienda no solo es histórica por su simbolismo, sino también por la profunda división política y social que enfrenta Ecuador.
Dos visiones para un país en crisis
La campaña electoral ha reflejado un país dividido en dos modelos antagónicos.
Por un lado, Noboa, el presidente más joven en la historia ecuatoriana, se presenta como un gestor pragmático enfocado en atraer inversión extranjera, combatir el narcotráfico y digitalizar el Estado.
En su corto mandato iniciado en 2023 tras elecciones extraordinarias, ha impuesto una política de «mano dura» frente al crimen organizado y ha buscado fortalecer relaciones con países como Estados Unidos.
Sin embargo, su gestión ha enfrentado críticas por apagones recurrentes y fallos estructurales en seguridad y energía.
Por otro lado, González, abanderada del movimiento Revolución Ciudadana, propone un retorno al modelo correísta basado en justicia social y redistribución económica.
Su campaña se ha centrado en fortalecer los servicios públicos, depurar las fuerzas de seguridad y reactivar programas sociales emblemáticos del gobierno de Rafael Correa. No obstante, enfrenta el desafío de desmarcarse de los escándalos del pasado correísta y demostrar independencia frente a Correa.
Las encuestas previas mostraban un empate técnico, con una ligera ventaja para Noboa o González dependiendo de la firma consultada. Esto sitúa a Ecuador ante una elección que podría marcar un giro radical o consolidar el camino iniciado hace dos años.
Inseguridad: el tema central
La violencia ligada al narcotráfico domina las preocupaciones ciudadanas. Ecuador pasó de ser un país relativamente seguro a liderar los índices de homicidios en Latinoamérica. Durante los últimos años, las bandas criminales han desatado una ola de asesinatos, extorsiones y atentados que han socavado la confianza en las instituciones estatales.
Ambos candidatos han prometido priorizar la seguridad pública desde enfoques diferentes. Noboa ha apostado por alianzas internacionales y tecnología militar, incluyendo drones y sistemas de vigilancia fronteriza. Además, ha planteado restaurar bases militares estratégicas como la de Manta para reforzar la lucha contra el narcotráfico.
Por su parte, González propone reformar las fuerzas policiales mediante mejoras salariales y capacitación técnica. También planea reinstaurar ministerios clave para coordinar estrategias de seguridad e inteligencia. Su discurso enfatiza la necesidad de atacar las causas estructurales del crimen con políticas sociales inclusivas.
¿Un modelo Bukele para Ecuador?
En medio del debate sobre cómo enfrentar la criminalidad, ha surgido la comparación con el modelo implementado por Nayib Bukele en El Salvador. Este enfoque incluye medidas drásticas como estados de excepción prolongados y encarcelamientos masivos. Noboa no ha descartado adoptar elementos similares si resulta necesario para estabilizar al país. En contraste, González ha criticado estas políticas por considerarlas una amenaza a los derechos humanos.
Mientras tanto, Ecuador sigue bajo un estado de excepción decretado por Noboa días antes de las elecciones para garantizar la seguridad durante el proceso electoral. Más de 50.000 efectivos policiales y militares custodian los centros de votación.
El impacto político y social del resultado
El desenlace tendrá implicaciones profundas tanto dentro como fuera del país. Una victoria de González significaría un regreso al correísmo tras ocho años en la oposición y podría realinear a Ecuador con gobiernos progresistas regionales como los de Gustavo Petro o Lula da Silva. En cambio, si Noboa se consolida como presidente reelegido, se espera una continuidad en su política económica liberal y una postura internacional alineada con Estados Unidos.
Más allá del ganador, el próximo gobierno enfrentará desafíos titánicos: frenar la ola de violencia criminal, estabilizar una economía frágil y reconstruir la confianza ciudadana en las instituciones democráticas. La fragmentación política augura dificultades adicionales para implementar reformas estructurales.
Hoy será decisivo no solo para elegir al próximo líder ecuatoriano sino también para definir el rumbo que tomará un país que busca desesperadamente superar sus crisis más profundas.
Las urnas cerrarán a las 17:00 hora local y los primeros resultados oficiales se esperan pasadas las 18:00.