LA FRONTERA NORTE SE CONVIERTE EN NUEVA RUTA DE ESCAPE PARA INDOCUMENTADOS

El éxodo silencioso: migrantes hispanos huyen de EE.UU. hacia Canadá mientras Latinoamérica se queda sin dólares

Miles de indocumentados buscan refugio en territorio canadiense mientras Trump promete deportaciones y aprueba un polémico impuesto a las remesas

Migrantes hispanos en la frontera entre EEUU y Canadá
Migrantes hispanos en la frontera entre EEUU y Canadá. PD

Es una éxodo silencioso, pero constante.

Y cargado de dolor y angustia.

La frontera entre Estados Unidos y Canadá está experimentando un fenómeno migratorio que recuerda, a gran escala, algo ocurrido durante el primer mandato de Donald Trump.

Cientos de migrantes hispanos indocumentados cruzan diariamente hacia territorio canadiense, huyendo de las amenazas de deportación masiva y de las nuevas políticas migratorias implementadas por la administración Trump.

La situación se ha intensificado tras la reciente aprobación en la Cámara de Representantes de una ley fiscal que incluye un impuesto del 3.5% a las remesas enviadas al extranjero, medida que afecta directamente a millones de migrantes latinoamericanos que envían dinero a sus familias en sus países de origen.

La nueva ruta del norte

Las cámaras de seguridad de Chris Oliver, propietario de una granja en Fort Covington, Nueva York, en el límite con Canadá, han captado cómo su propiedad se ha convertido en un punto de tránsito para migrantes que buscan cruzar hacia territorio canadiense.

«Nunca había vivido algo así y la situación me tiene nervioso», afirma el granjero.

Este fenómeno no es nuevo. En 2017, durante el primer mandato de Trump, los canadienses comenzaron a oír hablar de un anónimo punto de cruce fronterizo cerca de Hemmingford, Quebec, conocido como Roxham Road, que se convirtió en escenario de un número inusualmente alto de ingresos de personas indocumentadas que llegaban a pie a Canadá.

En aquel entonces, un gran número de haitianos, incluyendo familias enteras arrastrando pesadas maletas, volaban desde sus hogares en Florida y Nueva York hasta el norte del estado de Plattsburgh, y luego tomaban un taxi hasta la pequeña comunidad agrícola de Mooers, para cruzar por Roxham Road.

La historia parece repetirse, pero ahora con mayor intensidad. La actividad de contrabando de personas desde Canadá ha aumentado considerablemente en los últimos años, sobre todo a lo largo de la frontera entre el este de Ontario, Quebec, Nueva York y Vermont.

El impacto de las políticas de Trump

La promesa de Trump de deportar a millones de inmigrantes si gana un segundo mandato está teniendo consecuencias inmediatas en la frontera con Canadá. Los solicitantes de asilo se precipitan al paso fronterizo ante el temor de ser deportados.

Thomas Homan, designado como «zar de la frontera» por Trump, ha adelantado que tiene la intención de desplegar más agentes de inmigración en la frontera norte y animará al presidente a negociar con el primer ministro canadiense para aumentar la aplicación de la ley en el lado canadiense.

Homan, originario de una pequeña ciudad cerca de la frontera canadiense con Nueva York, tiene un interés personal en la región. «Es mi hogar, no voy a ignorar mi hogar», aseguró en una entrevista reciente. Además, advirtió que «Canadá debe entender que no puede ser una puerta de entrada de terroristas en Estados Unidos».

La respuesta canadiense

Ante esta situación, Ottawa ha prometido 1.300 millones de dólares canadienses para aumentar la seguridad en la frontera durante los próximos seis años. La Real Policía Montada de Canadá ha intensificado la vigilancia, presentando incluso un nuevo helicóptero Black Hawk a los medios de comunicación.

«Tenemos varios drones, varios vehículos para patrullaje, vehículos normales pero también quads, motos de nieve y vehículos anfibios. También tenemos toda una serie de equipos en la frontera: cámaras, sensores y otras infraestructuras de detección», explicó un portavoz de la policía canadiense.

François Legault, primer ministro quebequés, declaró el pasado noviembre: «No nos podemos permitir un camino Roxham 2.0». Legault informó que la Policía Provincial de Quebec está también efectuando labores de vigilancia en la frontera, en colaboración con la Real Policía Montada de Canadá.

El impuesto a las remesas: un golpe a la economía latinoamericana

La reciente aprobación en la Cámara de Representantes de Estados Unidos de una ley fiscal que incluye un impuesto del 3.5% a las remesas enviadas al extranjero ha añadido presión a la ya difícil situación de los migrantes indocumentados.

Según la sección 112105 de la propuesta, el impuesto deberá ser pagado por la persona remitente en el momento de la transferencia. La carga recaerá principalmente en los trabajadores migrantes, quienes transfieren parte de sus ingresos a familiares que dependen de esos fondos para sobrevivir.

La medida establece exenciones para ciudadanos estadounidenses que utilicen servicios de proveedores registrados y verificados, pero excluye a millones de migrantes indocumentados, entre ellos cientos de miles de latinoamericanos.

Este impuesto representa un duro golpe para las economías de países como Nicaragua, donde las remesas superaron los 5.200 millones de dólares en 2024, según cifras del Banco Central. Una buena parte de estos envíos proviene de Estados Unidos, y el nuevo impuesto podría reducir significativamente ese monto, según alertan economistas.

Los peligros del cruce fronterizo

Jason, quien lleva más de una década trabajando en la frontera entre Estados Unidos y Canadá, ha visto cómo organizaciones mafiosas han desarrollado operaciones de inmigración ilegal. «Este es un típico punto de cruce ilegal. El fin de semana tres personas cruzaron la frontera por aquí. La gente llega en carro, se baja, cruza y a veces hay otro carro esperándolos de este lado. Pasa muy rápido», explica.

Las temperaturas en la zona fronteriza pueden descender a menos 30 grados por la noche. A veces, familias enteras intentan cruzar los campos para llegar a Estados Unidos o entrar a Canadá, y muchos mueren congelados antes de llegar a su destino tras ser abandonados por los contrabandistas.

Un sistema migratorio sobrecargado

Uno de los principales obstáculos para el plan de deportación masiva de Trump es el atraso del sistema migratorio estadounidense, que podría dificultar las deportaciones.

Mientras tanto, los cruces irregulares siguen en sus niveles más bajos, según informan las autoridades. Gracias a una combinación de controles de inmigración más estrictos y un nuevo sistema de solicitud de asilo, las interceptaciones de cruces ilegales procedentes de Canadá han disminuido desde octubre de 2024, según la agencia de fronteras de Estados Unidos.

Sin embargo, la amenaza de deportación masiva y el nuevo impuesto a las remesas están provocando que muchos migrantes indocumentados opten por buscar refugio en Canadá antes de ser deportados a sus países de origen.

Ottawa y Washington tienen desde hace dos décadas un acuerdo llamado «tercer país seguro», un tratado bajo el cual se obliga a los solicitantes de asilo a presentar su solicitud en el primer país al que lleguen, ya sea Canadá o Estados Unidos. Por lo que cuando los solicitantes de asilo viajan de un país a otro, pueden ser devueltos, con pocas excepciones.

En marzo del año pasado, Canadá y Estados Unidos acordaron el primer cambio importante en el marco del Acuerdo de Tercer País Seguro en 20 años, ampliando sus términos para cubrir toda la frontera terrestre en lugar de solo los puntos de cruce fronterizo oficiales, lo que efectivamente puso fin a la utilidad de Roxham Road para los inmigrantes indocumentados.

A pesar de estos acuerdos, la desesperación está llevando a muchos migrantes a intentar el cruce por puntos no habilitados, arriesgando sus vidas en el proceso.

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha propuesto una reunión con países de América Latina para hablar sobre el tema migratorio. «Planteamos la idea de que en enero se pudieran reunir los cancilleres de diferentes países para hablar del tema de migración y de cómo cooperamos entre los países de América Latina y el Caribe para atender la migración», declaró recientemente.

Mientras tanto, miles de migrantes hispanos indocumentados siguen cruzando la frontera norte de Estados Unidos, buscando en Canadá el refugio que temen perder en el país que hasta ahora consideraban su hogar.

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