Influencia oculta en los movimientos emancipadores

¿Sabías que Bolívar era masón y que la masonería fue clave en la independencia de América de España?

La masonería desempeñó un papel clave en la independencia de América Latina, con redes secretas que marcaron el rumbo político y social de la región

Bolívar era masón
Bolívar era masón. PD

Hoy, 6 de julio de 2025, la fascinación por el peso de la masonería en la independencia de los países latinoamericanos sigue viva.

Basta mirar los nombres de los grandes líderes independentistas, muchos de ellos relacionados con logias masónicas, para entender el alcance de estas redes secretas.

En pleno siglo XXI, el tema sigue generando debate: ¿fue la masonería un simple club de ilustrados o realmente un motor clandestino que impulsó las luchas emancipadoras en América Latina?

Durante el siglo XIX, cuando las colonias americanas buscaban su identidad y autonomía frente a las potencias europeas, las logias masónicas ofrecieron algo inédito: un espacio seguro y discreto donde conspirar, planificar y compartir ideas liberales.

Este modelo asociativo secreto fue crucial para que los criollos pudieran organizarse sin el control férreo de las autoridades coloniales.

El modelo masónico: más que rituales

La masonería no llegó a América Latina como una moda exótica. Su estructura jerárquica, sus rituales de iniciación y su defensa de valores como la libertad, la igualdad y la fraternidad se alinearon con el ideario ilustrado que inspiraba a los revolucionarios. Aunque no se implantó oficialmente hasta mediados del siglo XIX, ya desde décadas antes sus métodos y filosofías impregnaron a los círculos criollos más inquietos.

En este contexto, las logias funcionaron como auténticos laboratorios políticos. Allí se debatían estrategias, se tejían alianzas entre patriotas y se protegía a quienes querían desafiar al poder establecido. Las sociedades secretas permitieron que personas de diferentes clases sociales y credos encontraran un terreno común para impulsar cambios profundos.

Bolívar masón: mito, realidad e impacto

Uno de los nombres más asociados a la masonería es el de Simón Bolívar. Los registros históricos muestran que fue iniciado en una logia escocesa en París hacia 1805. Su filiación masónica está documentada tanto en archivos europeos como venezolanos. Esta pertenencia no fue una mera formalidad: Bolívar absorbió principios filosóficos y políticos que influyeron notablemente en su visión emancipadora.

Entre las ideas que Bolívar adoptó y promovió desde la masonería están:

  • La defensa irrestricta de la libertad individual.
  • La unidad latinoamericana frente a la fragmentación colonial.
  • El rechazo al absolutismo y a cualquier forma autoritaria de gobierno.

Sin embargo, su relación con la masonería no fue lineal. Al final de su vida, tras descubrir complots contra su autoridad dentro de sociedades secretas (incluida la masonería), prohibió todas estas organizaciones en 1828. Este giro revela cómo las mismas redes que ayudaron a forjar revoluciones también podían volverse incontrolables para sus propios creadores.

Diez curiosidades sobre los masones y su influencia

La masonería está rodeada de mitos, símbolos y anécdotas singulares. Aquí tienes diez datos poco conocidos pero reveladores sobre su papel durante las independencias:

  1. Muchos próceres americanos –como San Martín, O’Higgins, Miranda o Morelos– fueron vinculados a logias masónicas, aunque parte del relato se ha mitificado con el tiempo.
  2. Las logias no solo tenían fines filosóficos; algunas fueron fundadas exclusivamente para organizar movimientos independentistas, como las “Logias Lautarinas” lideradas por Miranda.
  3. Los rituales incluían juramentos solemnes donde se comprometía lealtad al grupo por encima incluso de la patria.
  4. La simbología (escuadra, compás, mandil) era utilizada para reconocerse entre miembros incluso bajo vigilancia colonial.
  5. La pertenencia era tan secreta que muchas veces ni los propios familiares sabían si uno era masón o no.
  6. En varias ocasiones, los tribunales eclesiásticos acusaban a los insurgentes simplemente por sospecha de ser masones, porque probarlo era casi imposible dada su clandestinidad.
  7. El primer emperador mexicano, Agustín de Iturbide, fue asesinado presuntamente por una logia rival del rito escocés.
  8. Algunas logias latinoamericanas adaptaron ritos europeos pero les dieron un marcado sentido político local.
  9. Tras lograr la independencia, varios países vivieron luchas internas entre logias rivales por el control político.
  10. La Iglesia Católica condenó oficialmente la masonería desde el siglo XVIII, lo cual aumentó su aura secreta e incluso mítica ante la opinión pública.

Más allá del mito: legado y límites

No todo lo relacionado con la masonería es conspiración o secreto insondable. Lo cierto es que su impacto fue real pero difícilmente cuantificable: proporcionó herramientas organizativas e ideológicas valiosas para las élites criollas dispuestas a romper con el orden colonial.

Algunas voces críticas recuerdan que durante los centenarios independentistas del siglo XX muchas logias se apropiaron retrospectivamente del protagonismo revolucionario atribuyendo membresía masónica casi automática a todos los próceres; parte mito creado para fortalecer la imagen institucional más que una realidad verificable.

A pesar de esta apropiación simbólica posterior, lo innegable es que los ideales masónicos influyeron decisivamente en las nuevas repúblicas latinoamericanas: respeto por los derechos individuales, secularización progresiva del Estado y apertura intelectual frente al dogmatismo.

El caso de Bolívar ilustra cómo estas ideas podían inspirar pero también complicar el liderazgo revolucionario: gracias a la red masónica encontró aliados clave; cuando esas mismas redes pusieron en riesgo su proyecto político tomó distancia drásticamente.

Perspectivas actuales

En pleno 2025 sigue habiendo interés por desentrañar cuánto debe América Latina a estas sociedades secretas. Las investigaciones actuales tienden a desmontar exageraciones pero también reconocen el papel catalizador e innovador que ejerció la masonería sobre las élites criollas más ilustradas.

Hoy muchas logias siguen activas aunque desvinculadas del poder político directo, defendiendo un legado simbólico más que revolucionario.

La historia demuestra que detrás de los grandes relatos independentistas hubo siempre hilos discretos –como el tejido por la masonería– cuya influencia merece ser comprendida sin caer ni en el mito ni en el olvido.

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