La filtración de mensajes de WhatsApp entre Pedro Sánchez y José Luis Ábalos ha provocado un auténtico terremoto político que amenaza con agravar la crisis interna del PSOE.
Según fuentes cercanas a La Moncloa, las sospechas sobre el origen de esta filtración apuntan directamente a Koldo García, exasesor de Ábalos y figura central del llamado «caso Koldo», quien habría tenido acceso a estos mensajes a través de discos duros que guardaba en su domicilio.
El escándalo estalló el pasado domingo cuando el diario El Mundo publicó una serie de conversaciones privadas entre el marido de Begoña y quien fuera su mano derecha tanto en el Ejecutivo como en el partido.
Los mensajes, que abarcan diferentes momentos entre 2019 y 2021, revelan estrategias para neutralizar a voces críticas dentro del PSOE y muestran una relación de extrema confianza entre ambos dirigentes.
El origen de la filtración: todos los caminos conducen a Koldo
La publicación de estos mensajes ha generado un intenso debate sobre su procedencia. Aunque inicialmente desde Ferraz se apuntó a la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil como posible origen de la filtración, la teoría que cobra más fuerza en el entorno presidencial señala directamente a Koldo García.
El propio Ábalos, en declaraciones a El Periódico de Cataluña, admitió que guardaba información de su etapa como ministro y secretario de Organización del PSOE «para escribir sus memorias» en unos discos duros que Koldo custodiaba en su casa y que fueron incautados por la UCO durante un registro. El exministro justificó esta circunstancia alegando una «mudanza», aunque aseguró desconocer que los dispositivos estuvieran allí.
Esta versión ha generado escepticismo incluso entre algunos ministros del Gobierno, que cuestionan tanto la explicación de Ábalos como la hipótesis de que la UCO sea responsable de la filtración. «¿Por qué iba a hacerlo?», se preguntan fuentes gubernamentales, que oficialmente transmiten no tener «indicios claros» de que el exministro esté detrás de la publicación.
El contenido explosivo: estrategias contra los críticos
Los mensajes publicados revelan conversaciones en las que Sánchez y Ábalos discuten estrategias para controlar a voces críticas dentro del partido. Uno de los más comentados hace referencia al presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page: «Que Page deje de tocar los cojones», habría escrito el presidente según las filtraciones.
García-Page, conocido por sus posiciones críticas con la dirección nacional, ha reaccionado describiendo la relación entre Sánchez y Ábalos como «uña y carne» y ha expresado su sorpresa por la existencia de estos mensajes, criticando la falta de cautela al comunicarse por escrito sobre asuntos tan sensibles.
Otro de los mensajes que ha generado mayor controversia es el que hace referencia a Susana Díaz, expresidenta de la Junta de Andalucía y rival de Sánchez en las primarias del PSOE. «La otra, Susana, sí que está jodida», habría escrito el presidente en noviembre de 2020, cuando Díaz aún era secretaria general del PSOE andaluz pero ya había perdido el gobierno autonómico.
La reacción de Susana Díaz: «Es muy jodido y muy duro»
La actual senadora socialista no ha ocultado su malestar tras conocer estos mensajes. «Como dice ese mensaje, sí, estoy jodida de leerlo», confesó Díaz en declaraciones a Onda Cero. La expresidenta andaluza añadió que «una cosa es que te cuenten, que te digan, y otra es verlo así por escrito».
En otra entrevista en Antena 3, Díaz profundizó en su reacción: «Esto supera incluso la película ‘El Cónclave’. No son fuentes filtradas, son trascripciones. Hace mucho tiempo que cambié de pantalla, la madurez política me mantiene firme en mis condiciones pero nunca voy a renunciar a decir lo que pienso».
La exlíder socialista andaluza aseguró no guardar rencor: «Por eso soy feliz, pero no quiero mirar más al pasado porque aquello fue jodido y duro», señaló refiriéndose al proceso de primarias en su partido que acabó ganando Sánchez. «Como soy feliz, salí adelante y aquí estoy. Con los años una ha ganado en serenidad y templanza. Esto supera la ciencia ficción».
Las reacciones del Gobierno: «Una violación de la privacidad»
Desde el Ejecutivo, la reacción ha sido de cerrar filas en torno al presidente. El ministro para la Transformación Digital y secretario general del PSOE de Madrid, Óscar López, ha calificado la filtración como «muy grave» y «una violación de la privacidad del presidente del Gobierno». López ha ido más allá, asegurando que «todo esto forma parte de una campaña orquestada por la derecha y la ultraderecha para intentar desgastar al Gobierno y condicionar la agenda política».
En la misma línea, la ministra de Igualdad, Ana Redondo, ha calificado la filtración como «un hecho grave que debe ser investigado», mientras que el ministro de Agricultura, Luis Planas, ha señalado que la revelación de conversaciones privadas constituye un delito.
La portavoz del PSOE, Esther Peña, se refirió con dureza a la filtración en la rueda de prensa posterior a la Ejecutiva Federal del partido. Aunque no nombró directamente a la UCO, dejó claro que en Ferraz consideran que todo forma parte «de aquella consigna del que pueda hacer, que haga», en alusión a las declaraciones de José María Aznar, quien meses atrás instó a «actuar» para poner fin al mandato de Sánchez.
La ofensiva del PP: «Sánchez sabía y encubrió»
El Partido Popular ha aprovechado la filtración para lanzar una dura ofensiva contra el presidente del Gobierno. La secretaria general del PP, Cuca Gamarra, ha sido rotunda: «Los mensajes demuestran que Pedro Sánchez sabía lo que estaba ocurriendo y decidió proteger a los suyos». Según Gamarra, el contenido de los chats pone de manifiesto que «la salida de Ábalos del Gobierno en 2021 no fue una renovación ministerial rutinaria, sino un intento de ocultar una trama de corrupción».
Alfonso Serrano, secretario general del PP de Madrid, ha afirmado que los mensajes denotan «la estrecha relación que tenía el Presidente del Gobierno con uno de los capos de la mayor trama de corrupción de los últimos años en nuestro país». Por su parte, Elías Bendodo, vicesecretario de Coordinación Autonómica del PP, ha acusado a Sánchez de «conocer la corrupción, taparla y proteger a su brazo ejecutor del PSOE».
Un caso que sigue creciendo
La publicación de estos mensajes ha añadido un nuevo capítulo al llamado «caso Koldo», una investigación sobre presuntas irregularidades en la compra de mascarillas durante la pandemia que salpica al entorno de Ábalos. La trama, que investiga la Audiencia Nacional, ha provocado ya la imputación de varios cargos públicos y empresarios, incluido el propio Koldo García.
Lo más llamativo del caso es que los mensajes filtrados no contienen referencias explícitas a irregularidades o actividades ilícitas, pero sí revelan la estrecha relación entre Sánchez y Ábalos, así como estrategias internas para controlar el partido que han generado malestar entre algunos dirigentes territoriales.
Mientras tanto, la investigación judicial sigue su curso y el escándalo político no deja de crecer. La filtración ha conseguido reactivar un caso que parecía haberse estancado mediáticamente y ha puesto de nuevo el foco en la relación entre el presidente del Gobierno y quien fuera su hombre de máxima confianza hasta julio de 2021.
Datos curiosos sobre la filtración
La filtración de estos mensajes coincide con un momento especialmente delicado para el Gobierno, inmerso en negociaciones para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado y con varios frentes abiertos en política exterior. Algunos analistas señalan que la publicación podría formar parte de una estrategia más amplia para desestabilizar al Ejecutivo.
Un detalle que ha llamado la atención es que Ábalos guardara información sensible «para escribir sus memorias», algo que fuentes del Gobierno han calificado como «bastante impropio de un responsable de Organización» del partido. Esta justificación ha generado escepticismo incluso entre algunos ministros.
Por otro lado, resulta significativo que en los mensajes filtrados no aparezcan referencias directas al «caso Koldo» o a posibles irregularidades en la contratación pública, lo que ha llevado a algunos a cuestionar si podría haber más mensajes aún no publicados con contenido potencialmente más comprometedor.
