Una cara que se la pisa.
La política española vive un nuevo episodio de tensión mediática tras conocerse que Félix Bolaños, ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, teorizó sobre lo que él denomina «el ciclo del bulo» apenas siete días antes de que el propio Gobierno a difundiera -con ayuda inestimable de la Brunete Pedrete periodística– una información falsa sobre una supuesta bomba lapa que habría querido colocar el exagente de la UCO Juan Vicente Bonilla en el vehículo del presidente del Gobierno.
La pifia deja de nuevo en evidencia «la máquina del fango», un mecanismo de propaganda e intoxicación, presidido por el marido de Begoña, que busca desprestigiar al adversario mediante la difusión de informaciones no contrastadas o directamente falsas.
La teoría del «ciclo del bulo» según Bolaños
El pasado 23 de mayo, durante su comparecencia en la Comisión de Justicia del Senado, el ministro Bolaños expuso su teoría sobre el funcionamiento de lo que él llama «el ciclo del bulo». Según sus propias palabras: «El ciclo del bulo es bien sencillo en este país: un pseudomedio, al que no le importa nada la realidad, que no contrasta nunca ninguna información, que le da lo mismo el derecho de los ciudadanos a una información veraz, publica una noticia falsa; inmediatamente, un grupo ultra, financiado por un abogado del Partido Popular o por los grupos ultras, presenta una querella; se instrumentaliza la justicia en nuestro país y, acto seguido, ustedes, el Partido Popular y Vox, hacen oposición sobre esas mentiras y esas falsedades».
En aquella intervención, Bolaños llegó incluso a preguntar a la oposición: «¿Van a pedir ustedes perdón a todas las personas honestas y progresistas que están viendo manchado su nombre?» Una pregunta que ahora muchos le devuelven al Gobierno tras el caso de la bomba lapa.
El caso de la bomba lapa: cuando el bulo cambia de bando
La controversia estalló cuando, apenas una semana después de estas declaraciones, desde el entorno gubernamental se difundió información que intentaba desacreditar a Juan Vicente Bonilla, actual gerente de Seguridad del Servicio Madrileño de Salud y exagente de la UCO. Se le acusó de querer adosar una bomba lapa a los bajos del coche del presidente del Gobierno, cuando en realidad, según ha podido esclarecerse posteriormente, lo que Bonilla comentaba en una conversación de WhatsApp era su temor a que «le pusieran una bomba» a él mismo por investigar a personas poderosas.
Este episodio ha sido calificado por diversos medios como «el bulo de la bomba lapa» y ha generado un intenso debate sobre la coherencia del discurso gubernamental en materia de desinformación.
La figura de «Míster X» en la política española actual
En el centro de esta controversia aparece la figura del presidente Pedro Sánchez, a quien algunos analistas y medios de comunicación señalan como el auténtico «Míster X» detrás de lo que denominan «la máquina del fango» y de presuntas tramas de corrupción vinculadas al PSOE.
Esta narrativa se ha intensificado en las últimas semanas, especialmente tras diversos casos judiciales que afectan al entorno del presidente, como la imputación de su esposa, Begoña Gómez, por parte del juez Juan Carlos Peinado, hecho que el propio Bolaños mencionó en su intervención del 10 de abril en el Congreso, cuando habló por primera vez de su teoría del «ciclo del bulo».
Las dos caras de la desinformación en la política española
El caso de la bomba lapa ha puesto de manifiesto la doble vara de medir que a menudo se aplica en la política española cuando se trata de evaluar la veracidad de las informaciones. Lo que para unos es un bulo intolerable, para otros puede ser una «información estratégica» o una «interpretación de los hechos».
Esta dinámica no es nueva en la política española, pero sí resulta especialmente llamativa cuando se produce una contradicción tan evidente entre el discurso y los hechos en un intervalo de tiempo tan corto. Apenas siete días separan la teorización de Bolaños sobre los bulos de la oposición y la difusión por parte del Gobierno de una información no contrastada sobre la bomba lapa.
El impacto en la credibilidad institucional
Este tipo de episodios tiene un impacto directo en la credibilidad de las instituciones y en la confianza de la ciudadanía en sus representantes políticos. Cuando aquellos que denuncian las «fake news» acaban convirtiéndose en propagadores de las mismas, el daño a la calidad democrática puede ser considerable.
La polarización del debate público, alimentada por estas dinámicas, dificulta cada vez más la posibilidad de establecer un terreno común de hechos objetivos sobre los que construir el debate político. En este contexto, la verdad se convierte en la primera víctima de la batalla por el relato.
El papel de los medios en la era de la posverdad
Los medios de comunicación juegan un papel fundamental en este escenario. La responsabilidad de contrastar la información y de separar los hechos de las opiniones resulta más crucial que nunca en un entorno donde la inmediatez prima sobre la verificación.
El caso de la bomba lapa ha sido ampliamente comentado en diversos medios digitales, generando un intenso debate sobre la ética periodística y la responsabilidad de los poderes públicos en la difusión de información veraz. Algunos medios han señalado la contradicción entre el discurso de Bolaños y la actuación posterior del Gobierno, mientras que otros han preferido centrarse en los aspectos más sensacionalistas de la historia.
Reacciones políticas y consecuencias previsibles
La oposición no ha tardado en aprovechar esta contradicción para atacar al Gobierno. La senadora del PP María José Pardo ya cuestionó en su día a Bolaños sobre si «el procesamiento del hermano del señor Sánchez» formaba parte de lo que él llamaba «el ciclo del bulo», anticipando de alguna manera la controversia actual.
Es previsible que este episodio alimente aún más la tensión política en los próximos días, en un contexto ya de por sí complicado por los diversos frentes judiciales abiertos que afectan al entorno gubernamental.
La estrategia comunicativa del Gobierno en entredicho
El caso de la bomba lapa ha puesto en entredicho la estrategia comunicativa del Gobierno, basada en gran medida en la denuncia de los bulos y las fake news como herramientas de la oposición. La credibilidad de este discurso queda seriamente dañada cuando se comprueba que el propio Gobierno puede caer en prácticas similares a las que denuncia.
Este episodio podría marcar un punto de inflexión en la manera en que el Ejecutivo aborda su comunicación política, obligándole a ser más cauteloso en sus acusaciones a la oposición y más riguroso en la verificación de la información que maneja y difunde.
La desinformación en España
La desinformación no es un fenómeno nuevo en España, pero ha adquirido dimensiones preocupantes en los últimos años. Según diversos estudios, más del 60% de los españoles reconoce haber creído en algún momento información falsa difundida a través de redes sociales o medios de comunicación.
El término «máquina del fango», que ahora se utiliza habitualmente en el debate político español, tiene su origen en Italia, donde se acuñó para describir las tácticas de desprestigio utilizadas durante la era Berlusconi. Su adaptación al contexto español muestra cómo las estrategias de comunicación política tienden a globalizarse.
Curiosamente, la expresión «ciclo del bulo» utilizada por Bolaños no aparecía en el debate político español hasta hace relativamente poco tiempo. Su primera mención documentada por parte del ministro se produjo el 10 de abril de 2024, coincidiendo con la imputación de Begoña Gómez, lo que sugiere una estrategia comunicativa reactiva ante acontecimientos judiciales adversos para el entorno gubernamental.
La conversación de WhatsApp que dio origen al malentendido de la bomba lapa se produjo hace más de un año, pero ha salido a la luz pública justo en un momento de máxima tensión política, lo que ha llevado a muchos analistas a cuestionar la oportunidad y la intencionalidad de su difusión.
