En La Retaguardia de este miercoles 4 de Junio, Eurico Campano con Eduardo García Serrano y Coto Matamoros, pone la lupa a todas las incongruencias del PSOE y de Leire Díez para intentar blanquear a las cloacas de Ferraz.
La fontanera socialista se ha convertido en protagonista absoluta tras la filtración de unos audios donde, presuntamente, maniobraba para obtener información comprometedora sobre mandos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. La estrategia no era precisamente sutil: ofrecía acuerdos judiciales a cambio de datos sensibles, todo ello envuelto en un ambiente más propio de novela negra que de manual socialista.
Si alguien pensaba que la política era aburrida, la historia de Leire Díez —apodada “la fontanera” del PSOE por su capacidad para moverse entre las tuberías menos visibles del aparato— demuestra lo contrario. Su papel, según se desprende de los audios y las declaraciones públicas, iba mucho más allá de una mera gestión partidista: actuaba como intermediaria, buscaba favores judiciales y ofrecía pactos a investigados para obtener material con el que presionar a uno de los cuerpos policiales más sensibles del país.
De Ferraz a la tormenta mediática
La reacción en Ferraz no se ha hecho esperar. Apenas unas horas después de que los audios vieran la luz, el partido abrió expediente informativo a Díez. Pero lejos de atrincherarse, la exmilitante tomó la iniciativa: acudió este martes a la sede nacional del partido y, tras reunirse durante dos horas con los servicios jurídicos socialistas, solicitó su baja voluntaria. Un movimiento que suspende cualquier medida orgánica o disciplinaria contra ella, al menos hasta nuevo aviso.
La expectación mediática era máxima. Este miércoles, Leire Díez cha convocado rueda de prensa para comparecer en un hotel madrileño y tratar de explicar lo inexplicable. Mientras tanto, desde el PSOE se insiste en que llegarán «hasta el final» si se confirma alguna conducta irregular. Pero lo cierto es que el partido parece ir a remolque de los acontecimientos. Incluso voces internas como Susana Díaz han criticado públicamente la lentitud y tibieza con la que Ferraz ha gestionado este escándalo: “El PSOE va tarde y esto ya no tiene ni un pase más dentro o fuera del partido”.
Ramificaciones políticas y judiciales
El terremoto provocado por Leire Díez va mucho más allá del culebrón interno socialista. El caso ha servido para unir temporalmente a PP, Podemos y ERC, que exigen explicaciones públicas al presidente Pedro Sánchez en el Congreso sobre las supuestas maniobras contra la UCO. La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, ha asegurado que hay votos suficientes para forzar esa comparecencia.
Desde Génova no han tardado en calificar el asunto como digno de “mafia”, poniendo en duda incluso la limpieza del voto por correo en las últimas elecciones generales debido al papel de Díez como responsable institucional en Correos durante aquella campaña. Una acusación grave que añade aún más pólvora a un clima político ya inflamable.
El mapa resultante es una madeja complicada:
- Investigación interna abierta en Ferraz (ahora suspendida tras su baja).
- Posibles consecuencias judiciales si se demuestra delito o cohecho.
- Crisis reputacional para el PSOE.
- Petición parlamentaria para que Sánchez dé explicaciones.
- Sospechas sobre procesos electorales pasados.
Todo ello aderezado por las declaraciones cruzadas entre partidos y por una opinión pública cada vez más atónita ante las maniobras subterráneas de sus representantes.
¿Quién es Leire Díez? De Correos a las cloacas
Hasta hace poco prácticamente desconocida fuera del círculo socialista cántabro, Leire Díez tiene un currículum tan variopinto como inquietante: periodista autoproclamada investigadora, exdirectora de filatelia y productos estratégicos en Correos (donde gestionó aspectos clave del voto por correo), fontanera política con acceso directo a empresarios investigados y mano derecha —según algunos medios— del secretario de Organización socialista, Santos Cerdán.
Su nombre aparece vinculado no solo al caso UCO sino también a tramas empresariales relacionadas con hidrocarburos y otros sectores bajo investigación. Según sus propias palabras, llevaba años “investigando las cloacas del Estado”, aunque lo cierto es que los audios revelan un modus operandi orientado al control judicial e informativo antes que al periodismo clásico.
