La tercera temporada cierra una era en Netflix

Terminado el ‘Juego del Calamar’, los coreanos vuelven a la cruda realidad que lo inspira

Los surcoreanos reflexionan sobre las duras verdades que inspiraron la serie este 1 de julio de 2025

El Juego del Calamar
El Juego del Calamar. PD

El Juego del Calamar se despide, pero su tinta lo impregna todo.

Mientras los fans lloran el final, Corea del Sur se mira al espejo y el mundo se pregunta: ¿quién ganaría en un juego así? “Yo no paso del luz roja, luz verde”, bromeo yo.

¡Fin del juego, pero no del debate!

El 1 de julio de 2025, Corea del Sur despide El Juego del Calamar , la serie que conquistó al mundo, con su tercera y última temporada en Netflix.

Este fenómeno global, que mezcla juegos infantiles con una crítica feroz al capitalismo, ha dejado a los fans boquiabiertos y a los surcoreanos mirando de reojo su propia realidad. Desde su estreno el 27 de junio, la temporada final ha dominado las listas de Netflix en 93 países, pero también ha removido heridas sociales en Corea del Sur.

¿De qué va El Juego del Calamar  y quién lo ve?

Squid Game (El juego del calamar en español) es un drama distópico que sigue a 456 concursantes desesperados por dinero que compiten en juegos infantiles mortales por un premio de 45.600 millones de wones (unos 32 millones de euros). La tercera temporada retoma la historia de Seong Gi-hun (Lee Jung-jae), el ganador de la primera temporada, quien intenta destruir el juego tras el fracaso de su rebelión en la segunda.

  • Público objetivo: Adultos de 18 a 45 años, fans de thrillers psicológicos, dramas sociales y series con crítica política. Su violencia gráfica y temas maduros la hacen poco apta para menores.
  • Dónde verla: Disponible en Netflix desde el 27 de junio de 2025, con subtítulos en español y doblaje en múltiples idiomas.
  • Protagonistas: Lee Jung-jae (Gi-hun), Lee Byung-hun (el Front Man), Wi Ha-joon (Jun-ho), Jo Yu-ri (Jun-hee) y Park Gyu-young (No-eul). Incluye un cameo sorpresa de Cate Blanchett como reclutadora de un nuevo juego.

Un final que divide a los fans

La temporada final, con seis episodios, arranca tras el cliffhanger de la segunda temporada. Gi-hun, destrozado por la muerte de su amigo Jung-bae, enfrenta nuevos juegos: un salto de cuerda en un puente, un escondite mortal y un duelo final de juego del calamar a gran altura. “Queríamos cerrar con un mensaje sobre la desesperanza y la humanidad”, dijo el creador Hwang Dong-hyuk.

El desenlace, sin destripártelo, ha generado polémica. Gi-hun toma una decisión que refleja su lucha contra un sistema que explota a los pobres. “Es un final coherente, pero no el que esperaba”, comentó un fan en X. Algunos alaban su crítica al capitalismo; otros, como un usuario en Nate Pann, critican el “excesivo altruismo” de los personajes. Una escena de parto con Jun-hee (Jo Yu-ri) desató críticas por ser “propaganda misógina” en redes, al tratar el tema de la baja natalidad en Corea del Sur.

La realidad que inspiró El Juego del Calamar 

Squid Game no es solo ficción. Sus historias están basadas en problemas reales de Corea del Sur. Hwang Dong-hyuk se inspiró en la huelga de 2009 en la fábrica SsangYong Motor, donde trabajadores despedidos chocaron con la policía. “El drama parece más real que la realidad misma”, escribió el crítico Jeong Cheol Sang. La serie refleja:

  • Desigualdad económica: Corea del Sur tiene una de las mayores brechas de riqueza en Asia. El 1% más rico posee el 25% de la riqueza, según datos de 2024.
  • Deuda personal: Los hogares surcoreanos acumulan deudas equivalentes al 100% del PIB, lo que lleva a muchos a préstamos de alto riesgo.
  • Desempleo y precariedad: Personajes como el estafador de criptomonedas o el obrero migrante son reflejos de la inestabilidad laboral.

En Seúl, la serie ha tocado fibras sensibles. “Nos vemos en esos personajes desesperados”, dijo un fan en una reseña local. La reciente crisis política en Corea del Sur, con la breve declaración de ley marcial en diciembre de 2024, refuerza el mensaje de la serie sobre sistemas opresivos.

El impacto global y la fiebre en Seúl

Squid Game ha sido un terremoto cultural. La primera temporada, estrenada en 2021, acumuló 1.650 millones de horas vistas en un mes, un récord para Netflix. La tercera temporada lideró las listas en países como España, Estados Unidos y Reino Unido, según FlixPatrol. En Seúl, el estreno se celebró con un desfile masivo el 29 de junio, con muñecas Young-hee de siete metros, guardias en monos rosas y fans disfrazados. “Nunca vi tanta pasión por una serie”, tuiteó un asistente.

El evento, organizado por Netflix y el gobierno de Seúl, proyectó símbolos de la serie en la Biblioteca Metropolitana. Hwang Dong-hyuk, Lee Jung-jae y Lee Byung-hun compartieron anécdotas en un debate en directo, transmitido por YouTube de Netflix Korea. “Me duele despedirme, pero es un alivio soltar esta carga”, confesó Hwang.

¿Y ahora qué?

Aunque Hwang asegura que la historia en Corea del Sur ha terminado, el cameo de Cate Blanchett en un epílogo ambientado en Los Ángeles insinúa un posible spin-off, Squid Game: America, dirigido por David Fincher. “Sería interesante verlo, soy fan de Fincher, dijo Hwang, aunque Netflix no lo ha confirmado. Este giro ha generado debate: ¿es una crítica a la globalización del capitalismo o un anzuelo comercial? “Squid Game no necesita una secuela americana”*, opinó un usuario en X.

El legado de la serie es innegable. Ha impulsado el interés global por el K-drama, con un aumento del 20% en las horas vistas de contenido surcoreano en Netflix desde 2023. Pero también deja a Corea del Sur enfrentándose a sus demonios: desigualdad, deuda y una sociedad bajo presión. “Si el juego del calamar fuera real, habría cola para apuntarse”, bromeó un tuitero surcoreano.

El fenómeno de El Juego del Calamar  está lleno de detalles jugosos:

  • Inspiración real: Hwang Dong-hyuk escribió la serie tras quedarse en bancarrota en 2009, inspirándose en su propia lucha económica.
  • *El cameo de Blanchett: La actriz australiana aparece como reclutadora en Los Ángeles, un guiño que disparó rumores sobre un spin-off.
  • Juegos descartados: Hwang quiso incluir el juego de la peonza y el “busca flores”, pero no encajaban en la trama.
  • Récord imbatible: La primera temporada sigue siendo la serie más vista de Netflix, con 265,2 millones de visualizaciones.
  • Efecto en la moda: Los chándales verdes de los jugadores se convirtieron en un disfraz viral, prohibido en escuelas de Nueva York por su violencia.
  • El trauma del caramelo: El desafío del dalgona inspiró recetas caseras, pero causó quemaduras en Australia por el azúcar fundido.
  • Un mensaje universal: Lee Jung-jae dijo en Seúl: “Squid Game habla de humanidad, no solo de Corea”*.

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Autor

Fernando Veloz

Economista, comunicador, experto en televisión y creador de formatos y contenidos.

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