Más información
Valencia se despertó el 10 de junio de 2025 con una noticia digna de thriller político: la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil irrumpió en la vivienda del exministro socialista José Luis Ábalos para ejecutar un registro ordenado por el Tribunal Supremo.
El objetivo: buscar pruebas en el marco del llamado caso Koldo, una investigación que apunta a presuntos amaños y cobro de comisiones ilegales durante la adjudicación de contratos públicos en la etapa del exministro al frente de Transportes.
Lo que nadie esperaba era el giro rocambolesco que tomaría el operativo.
Según relata el oficio remitido al juez Leopoldo Puente, la UCO sorprendió a una joven identificada como Anaís D. G., modelo de 32 años y acompañante de Ábalos esa mañana, intentando abandonar la vivienda con un disco duro oculto en su pantalón.
La escena, digna de guion cinematográfico, ha acaparado titulares y ha elevado aún más la tensión política y mediática sobre el dirigente valenciano y el PSOE, tal y como detalla el diario ‘The Objective‘.

La amiga del ‘disco duro’
El contexto: caso Koldo y sospechas sobre Ábalos
El registro se produce tras meses de investigaciones sobre supuestas irregularidades en contratos públicos, especialmente relacionados con la compra de material sanitario durante los primeros meses de la pandemia. El epicentro: las relaciones entre Ábalos, su exasesor Koldo García y empresarios cercanos que habrían recibido adjudicaciones millonarias a cambio de comisiones ilícitas. Las diligencias judiciales han ido sumando indicios: conversaciones intervenidas, testimonios bajo secreto y ahora dispositivos electrónicos potencialmente cruciales.
Durante casi ocho horas, los agentes revisaron meticulosamente la vivienda situada en plena Avenida de la Constitución de Valencia, clonando teléfonos móviles, incautando memorias informáticas y recopilando documentación susceptible de arrojar luz sobre los movimientos financieros y las comunicaciones del exministro.
Ábalos, visiblemente tenso pero colaborativo según relatan fuentes policiales, trató inicialmente de justificar la presencia de su acompañante alegando que iba a sacar al perro. Sin embargo, la atención se desvió pronto hacia los movimientos sospechosos de Anaís D. G., quien intentó salir discretamente mientras portaba el disco duro supuestamente relevante para la investigación.
¿Qué hay detrás del intento de ocultar pruebas?
El episodio ha levantado toda clase de especulaciones. ¿Qué información contenía ese disco duro? ¿Por qué intentar sacarlo justo durante un registro judicial? ¿Cuántas personas más están implicadas en una presunta trama que amenaza con salpicar a las más altas esferas del PSOE?
- El juez instructor ha puesto el foco no solo en los dispositivos requisados sino también en los intentos deliberados de entorpecer o dificultar la labor policial.
- El propio Ábalos ha denunciado públicamente lo que considera un “juicio paralelo” y una “condena social anticipada”, mientras recalca su inocencia y muestra cierta resignación ante el asedio mediático.
- Desde el PSOE reina un silencio incómodo, consciente del daño reputacional que este tipo de escándalos pueden infligir, especialmente cuando las pesquisas se desarrollan en pleno epicentro valenciano, plaza clave para los socialistas.
Valencia, epicentro del escándalo
No es casualidad que muchos focos apunten a Valencia. La ciudad natal del exministro se convierte estos días en plató involuntario para uno de los mayores terremotos políticos recientes. Entre rumores sobre nuevas detenciones, registros adicionales y filtraciones interesadas, los principales partidos observan con inquietud el devenir judicial.
En este clima crispado:
- La oposición ha exigido explicaciones inmediatas al presidente del Gobierno y máxima transparencia sobre posibles responsabilidades políticas.
- Los analistas advierten que este caso puede convertirse en munición electoral si se confirma algún tipo de encubrimiento u obstrucción a la justicia.
- Los medios valencianos siguen cada movimiento policial con lupa; no es para menos: los detalles pintorescos —como la excusa del perro o las idas y venidas al frigorífico— han dado pie a todo tipo de memes y comentarios sarcásticos.
Curiosidades y datos insólitos
- No es habitual encontrar acompañantes ajenos a una investigación intentando extraer material informático durante un registro judicial. El episodio ya figura entre las anécdotas más extravagantes del año político.
- La modelo implicada había anunciado sus servicios profesionales en internet días antes del registro, lo que ha dado pie a todo tipo de especulaciones acerca de su relación real con el exministro.
- El registro comenzó oficialmente a las 8:50 horas y finalizó poco después del mediodía. La letrada Isabel Benlloch acudió personalmente para supervisar las diligencias judiciales.
- Mientras tanto, Ábalos sigue defendiendo su inocencia ante lo que él denomina “ruido interesado”, aunque reconoce abiertamente: “La condena social ya la tengo”.
El caso sigue abierto y promete nuevos capítulos; por ahora, Valencia suma otro episodio peculiar —y potencialmente decisivo— a su larga historia política reciente.

