Aunque se empeñen en negarlo, los indicios son cada vez más innegables: Pedro Sánchez ha transformado al PSOE en una auténtica mafia que ha delinquido desde el primer momento en que llegó al poder.
Los chanchullos que han aflorado reflejan que la cosa no era solo de “esos señores que pasaban por ahí” llamados José Luis Ábalos, Santos Cerdán y Koldo García.
El relato de Moncloa y Ferraz se derrumba con cada noticia y cada informe de la UCO que sale a la luz. Ni Víctor de Aldama se lanzó una “menuda inventada” ni Leire Díez era una “pequeña Nicolás”.
Las manos de María Jesús Montero están achicharradas y otro hombre de su confianza —del que también dirá que apenas conocía— ha caído: nada más y nada menos que el expresidente de la SEPI, Vicente Fernández, detenido junto a la fontanera del PSOE y el empresario vasco Joseba Antxon Alonso como parte del llamado caso Leire.
Para quien no lo tenga claro, la SEPI es un órgano dependiente de Hacienda y es el “brazo inversor” del Estado. Maneja ingentes cantidades de dinero. Entre las operaciones recientes realizadas por el organismo destaca el “asalto” a Telefónica.
La caída de Fernández implica de lleno a la vicepresidenta Montero, y no solo por su cercanía personal, sino porque los trinques los inició en la SEPI.
Y, encima de todos los escándalos de corrupción —y sexuales— que salpican al Gobierno y al PSOE, está el “guapo”, Pedro Sánchez.
La corrupción cada vez salpica más al marido de Begoña. Y no solo por los chanchullos de su mujer y su hermano.
Tras el registro de la UCO en Correos, en el Ministerio de Hacienda y en el Ministerio de Transición Ecológica, solo falta que registren el Palacio de la Moncloa.
No hay caso Leire ni caso Koldo; hay caso Pedro Sánchez, porque la corrupción es transversal en el Gobierno, y ha florecido con el beneplácito del líder socialista.
Este y otros asuntos de actualidad son abordados en el “24×7” de este viernes, 12 de diciembre, junto al empresario Mariano Calabuig.