El retrato de Carlos III tiene una gran significación histórica y también política
La recepción del nuevo rey, Felipe VI, al presidente del Gobierno Mariano Rajoy en La Zarzuela, marcaba el inicio del trabajo en posesión de su nuevo cargo, un día después de completar los actos de proclamación.
Los programas en los medios de comunicación, volcados en estas fechas históricas con los hitos monárquicos, continuaban el 20 de junio de 2014 con el análisis exhaustivo de todo lo que tiene que ver con el nuevo Rey.
En el espacio de mediodía en 13TV ‘Más claro agua’, con Isabel Durán al frente, contaron con una entrevista mediante vía telefónica que resultó ser enriquecedora por la revelación de conocimiento. El abogado y letrado de las Cortes Generales, Alfredo Pérez de Armiñán, era entrevistado por la propia Isabel Durán y el resto de contertulios invitados.
Ha sido un acto lleno de resonancia histórica, que responde a toda nuestra tradición parlamentaria. No es la primera vez que se hace una proclamación en el Palacio de las Cortes ante las dos cámaras, ya en 1886 se hizo la jura de la reina regente María Cristina, en 1912 la jura de la Constitución de Alfonso XIII, proclamación de Juan Carlos I en 1975 y la jura de la Constitución del Príncipe de Asturias en 1986 al cumplir los 18 años.
Así arrancaba su exposición Pérez de Armiñán, que aportaría los datos más jugosos al ser preguntado por otra cuestión. Uno de los primeros detalles que ha cambiado en su despacho en apenas 24 horas de reinado el nuevo monarca Felipe VI, tiene una fuerte carga simbólica. A su espalda, aparece de forma novedosa un retrato de Carlos III, con una poderosa carga simbólica. Alfredo Pérez de Armiñán procedió en su explicación:
Efectivamente el retrato de Carlos III tiene una gran significación histórica y también política. Carlos III es el gran monarca de la casa Borbón, es el Rey de la ilustración, el gran renovador de las instituciones españolas en el siglo XVIII y el que culmina un proceso de modernización y nacionalización del Estado que inició Felipe V.
Además de su significación como gran monarca lleno de espíritu y de renovación como país, Carlos III tiene una particular significación para la integración de los territorios de la monarquía y en particular para Cataluña. Carlos III, no hay que olvidarlo, fue muy amado en Cataluña como Rey, porque entre otras cosas fue el que integró definitivamente la vida económica catalana en el conjunto de la monarquía española, y permitió la apertura de los puertos catalanes al comercio americano. Ese fue el momento de gran consolidación de la prosperidad económica de Cataluña que se había iniciado en reinados anteriores. Fue un Rey muy apreciado y amado por los catalanes.