UN CURSO DE LAS JUVENTUDES SOCIALISTAS

Javier Ruiz y Sarah Santaolalla ya no se tapan: el ‘caviar’ mediático que el PSOE sirve en su curso contra los bulos

La pareja mediática imparte formación sobre fake news en plena crisis del PSOE y bajo la atenta mirada de la industria televisiva española

El verano político español suele tener sorpresas en la nevera, pero pocas tan jugosas como el reciente curso sobre desinformación que ha reunido en Valencia a más de 200 jóvenes militantes socialistas bajo el amparo del PSOE y el Parlamento Europeo.

El principal reclamo: Javier Ruiz, presentador de ‘Mañaneros 360‘ en TVE y uno de los rostros más reconocibles del periodismo económico, junto a Sarah Santaolalla, colaboradora habitual en Cuatro y rostro emergente del debate televisivo. Ambos no solo comparten plató, sino también una relación personal que ya no disimulan ni delante de las cámaras ni, por lo que parece, en los eventos de partido.

La escena es digna de un crossover mediático: él, curtido en mil tertulias y con una hoja de servicios que incluye desde la Cadena SER hasta La 1; ella, joven activista salmantina con paso por las listas municipales del PSOE y presencia estable en programas como ‘En boca de todos‘ o ‘Malas Lenguas‘ (Cuatro).

El escenario: la Escuela de Verano de las Juventudes Socialistas, celebrada en un camping valenciano, donde ambos han ejercido como profesores estrella en un taller titulado ‘Europa a la ofensiva’. ¿El menú? Técnicas para desenmascarar bulos, estrategias para sobrevivir a la polarización informativa y, cómo no, alguna que otra receta para gestionar las crisis mediáticas que surgen cuando lo privado y lo público se entremezclan.

El contexto: un PSOE necesitado de relato frente al desgaste

No es casualidad que el Gobierno de Sánchez y su partido hayan apostado por blindar a su cantera frente al fenómeno de las noticias falsas. La proliferación de bulos —especialmente en redes sociales— ha sido uno de los caballos de batalla del Ejecutivo socialista desde el estallido de la pandemia. Sin embargo, el timing no podría ser más delicado: el PSOE afronta una crisis interna tras varios reveses electorales y una opinión pública cada vez más desconfiada hacia los medios públicos. Que la formación recurra a figuras como Ruiz —en nómina de TVE— y Santaolalla —voz frecuente en Cuatro— para impartir doctrina sobre desinformación ha sido visto por algunos como un movimiento arriesgado, cuando no directamente irónico.

Los detractores ponen el acento en dos cuestiones:

  • La presunta “selectividad” con la que algunos tertulianos identifican lo que es bulo y lo que no, dependiendo del color político afectado.
  • Las dudas sobre la neutralidad de ciertos analistas vinculados al entorno socialista o con trayectoria reciente en campañas políticas.

De hecho, voces críticas han recordado episodios recientes donde Javier Ruiz minimizó o desvió determinados escándalos gubernamentales alegando desinformación —como ocurrió con el apagón energético o los incidentes ferroviarios bajo gestión del ministro Óscar Puente— mientras era menos indulgente con errores ajenos. Por su parte, Sarah Santaolalla ha sido cuestionada por su doble perfil como activista política y tertuliana “multiusos” entre cadenas públicas y privadas.

Un curso entre rumores sentimentales y guerra mediática

Que ambos ponentes mantengan una relación personal fuera del plató ha servido de gasolina para alimentar comentarios irónicos tanto dentro como fuera del PSOE. En televisión se les ha visto compartir mesa política en “Mañaneros 360”, pero también protagonizar algún rifirrafe subido de tono en Cuatro —con Santaolalla defendiendo posturas próximas al discurso socialista frente a compañeros como Antonio Naranjo—.

Las redes sociales han hecho el resto:

  • Se han viralizado vídeos comentando su cercanía durante escapadas profesionales (como la estancia conjunta en un céntrico hotel valenciano) y navidades compartidas en Salamanca.
  • Algunos usuarios critican supuestas puertas giratorias entre política y medios públicos.
  • Otros celebran el fichaje como ejemplo de renovación generacional e hibridación entre activismo y periodismo.

A pesar del revuelo, ni Ruiz ni Santaolalla han hecho declaraciones públicas sobre los detalles privados de su relación. Ambos insisten en mantener una línea profesional —aunque no faltan guiños humorísticos sobre estar “casados con el periodismo”— mientras aceptan que la atención mediática forma parte del peaje por ocupar espacios tan expuestos.

TVE, Cuatro y la batalla por la credibilidad

El caso Ruiz-Santaolalla refleja cómo las fronteras entre televisión pública, privada y militancia partidista son hoy más difusas que nunca. Mientras TVE busca reposicionarse tras años marcados por acusaciones cruzadas de manipulación —y con Mañaneros 360 tratando de captar audiencia matinal—, Cuatro apuesta por formatos híbridos donde tertulia política y entretenimiento se mezclan sin complejos. La irrupción constante de perfiles jóvenes como Santaolalla responde tanto a necesidades de diversidad generacional como a una estrategia deliberada para conectar con audiencias cada vez más fragmentadas.

La pregunta es si este tipo de iniciativas ayudan realmente a blindar a los jóvenes frente a los bulos o si solo sirven para reforzar trincheras ideológicas ya existentes.

Curiosidades y datos para el anecdotario

  • El hotel elegido por la pareja durante su estancia valenciana fue el Exe Rey Don Jaime; habitaciones desde 77 euros la noche —detalle logístico muy apreciado por quienes ven las escuelas políticas como foros algo más cómodos que los campamentos scout.
  • Sarah Santaolalla no solo ha estado vinculada al PSOE local salmantino sino que llegó a presentarse dos veces en listas municipales (sin llegar a obtener concejalía).
  • Javier Ruiz lleva décadas esquivando preguntas sobre su vida privada; su respuesta habitual es que “el periodismo le absorbe todo el tiempo”, aunque últimamente parece haber hecho hueco para escapadas románticas formativas.
  • El taller impartido incluía ejercicios prácticos sobre verificación digital… aunque algunos asistentes bromearon con que “el mayor bulo era afirmar que aquí todo es neutralidad”.

La política española sigue demostrando que realidad y ficción pueden convivir perfectamente… siempre que haya un buen guion televisivo detrás.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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