RED DE COMISIONES ILEGALES EN LA OBRA PÚBLICA ESPAÑOLA

Así, bajo la sombra de Sánchez, se repartían Ábalos, Koldo y Cerdán las ‘mordidas’ millonarias

La investigación policial desvela el modus operandi del trío socialista en el cobro y reparto de comisiones ilegales en adjudicaciones públicas

La banda del Peugeot, Sánchez, Koldo, Cerdán y Ábalos
La banda del Peugeot, Sánchez, Koldo, Cerdán y Ábalos. PP

En la cúpula, el amo del PSOE.

Y a la sombra del marido de Begoña, los otros.

No es un guion de ficción, aunque lo parezca: tres pesos pesados del socialismo nacional, José Luis Ábalos, su exasesor Koldo García y el ya dimitido secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, están en el centro de una tormenta política y judicial. El informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha puesto negro sobre blanco cómo este trío presuntamente se repartía las mordidas millonarias, orquestando un entramado de cobros ilegales por adjudicaciones públicas que amenaza con dinamitar la estabilidad interna del PSOE y salpicar a buena parte de la estructura institucional.

La investigación, que abarca contratos entre 2019 y 2022, ha destapado conversaciones privadas y documentos que detallan una operativa tan descarnada como eficiente: desde repartos en efectivo hasta pagos periódicos disfrazados bajo nóminas ficticias.

Todo ello, mientras el país asistía, entre perplejo y resignado, a una nueva entrega del serial político-judicial que amenaza con dejar pequeño cualquier escándalo previo.

El reparto: cuentas claras… entre ellos

El informe policial detalla con precisión suiza cómo Ábalos, Koldo y Cerdán habrían participado en el reparto de al menos 1,7 millones de euros en comisiones ilegales procedentes de adjudicaciones públicas. De esa cantidad, cerca de 620.000 euros ya habrían sido efectivamente cobrados por los implicados, mientras que otros 450.000 euros seguían pendientes de cobro vinculados a nuevas obras públicas.

  • Dos contratos en Murcia generaron un botín de 550.000 euros.
  • Se detectó la compra de un bajo sin actividad comercial atribuido a Koldo García por valor de 70.000 euros.
  • El resto de las mordidas provenía de adjudicaciones en La Rioja, Sevilla y Sant Feliú de Llobregat.
  • La UCO sospecha que hay ramificaciones en Asturias, Lugo, Navarra y Teruel.

Las grabaciones intervenidas son especialmente elocuentes: los tres protagonistas hablan con naturalidad sobre las cantidades a percibir e incluso bromean sobre “lo que uno ha conseguido gastar”, retratando un clima interno donde la corrupción se gestionaba como si fuera una empresa familiar.

“No quiero que hables de esto”: el silencio como norma

Entre las pruebas más llamativas figuran conversaciones telefónicas donde Cerdán interrumpe bruscamente a Koldo para evitar hablar abiertamente del dinero: “¡Koldo! Que no quiero que hables de esto, que no se habla”. El propio secretario de Organización habría gestionado los pagos y canalizado fondos derivados de las adjudicaciones públicas. Además, intentó colocar a personas afines en empresas beneficiarias como Acciona tras cambios ministeriales estratégicos.

La vía del «bar Franky»: facturas falsas para blanquear comisiones

Uno de los hallazgos más jugosos del informe es la utilización del “bar Franky”, un local pamplonés donde Koldo recogía grandes sumas procedentes de Acciona. La operativa era digna del mejor cine negro: el bar emitía facturas falsas por servicios inexistentes a la constructora; Acciona transfería el dinero; Koldo acudía al bar y recogía los fajos en efectivo. Parte del dinero acababa repartido entre los tres protagonistas o servía para “compensar” favores políticos.

Este sistema convivió con otros métodos igualmente creativos: tras la salida de Ábalos del Gobierno, Koldo recibió nóminas ficticias (2.600 euros mensuales) pagadas por Levantina Ingeniería y Construcciones (LIC), empresa valenciana también beneficiada por contratos públicos. De esa nómina, 1.100 euros iban directos a Ábalos bajo el concepto nada sutil de “pensión”.

Las «estrecheces» económicas del exministro más gastador

El caso suma un capítulo casi tragicómico con las declaraciones privadas de Ábalos, quien habría llegado a confesar: “No tengo un puto duro… Me he fundido mucho”, tras gastarse 470.000 euros en apenas dos años. El exministro justificaba sus dificultades financieras ante sus interlocutores mientras seguía recibiendo pagos encubiertos y participando presuntamente en el reparto irregular.

Resulta paradójico que quien tuvo acceso a fondos millonarios acabara lamentando su falta de liquidez personal —un dato que no deja indiferente ni al más escéptico—.

Financiación irregular: ¿la punta del iceberg?

Más allá del enriquecimiento personal, lo que realmente inquieta a los investigadores es el posible uso de estas mordidas para financiar irregularmente al partido. El informe de la UCO abre la puerta a indagar si parte del dinero sirvió para nutrir las arcas socialistas o sufragar campañas internas clave como las primarias que encumbraron a Pedro Sánchez. El asunto ya ha costado su puesto a Santos Cerdán —quien dimitió tras ser citado judicialmente— y amenaza con provocar una ola expansiva dentro del PSOE.

El desenlace judicial está aún por escribir, pero lo cierto es que este caso ha dejado claro cómo la corrupción puede camuflarse bajo las formas más cotidianas —desde una ronda en un bar hasta una nómina fantasma— y cómo la realidad política española sigue superando cualquier guion imaginado.

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