CRISIS INTERNA EN EL PSOE

Los sondeos hunden a la candidata de Sánchez en Aragón: lo que se le viene encima a Pilar Alegría es de órdago

La socialista incendia el PSOE regional con un «cierre orgánico» en la elaboración de las listas: Tres diputados actuales, entre ellos el alcalde de Cariñena, quedan fuera de la candidatura de cara a las elecciones del próximo 8 de febrero

Pilar Alegría
Pilar Alegría PD

Se va a pegar un batacazo histórico.

Y a ella, que tiene menos luces que un barco pirata, todo lo que se le ocurre es hacer posados chistosos felicitando la Navidad e intentando poner buena cara en redes sociales.

Pilar Alegría, exministra de Educación y actual secretaria general del PSOE en Aragón, se halla en una situación complicada a tan solo cuatro semanas de las elecciones autonómicas que se celebrarán el 8 de febrero.

Los sondeos la colocan en una clara desventaja frente a Jorge Azcón, presidente del Gobierno regional del PP, quien ya obtuvo 28 diputados en 2023, superando los 23 conseguidos por el PSOE.

En este contexto, la candidata sanchista enfrenta una fractura interna que pone en jaque su liderazgo: hasta cinco miembros del partido han decidido no incluirse en sus listas al sentirse relegados a posiciones irrelevantes. Distintos medios han abordado el asunto, incidiendo en la pésima situación de los socialistas

Joan Guirado, de ABC, desvela que la decisión de Alegría de establecer un «cierre orgánico» en la confección de candidaturas ha provocado un auténtico ‘incendio’ en las relaciones dentro del PSOE aragonés.

Ismael Poveda, de El Mundo, señala que fuentes internas critican cómo ha priorizado a su círculo más cercano, recompensando a sus aliados sanchistas y marginando a críticos del sector lambanista –en referencia al fallecido expresidente Javier Lambán.

Entre los afectados están Leticia Soria, portavoz adjunta en las Cortes, quien considera «humillante» su oferta para el puesto 13; Sergio Ortiz, alcalde de Cariñena; y Pilimar Zamora, actuales diputados por Zaragoza que han quedado fuera de puestos relevantes. El único gesto hacia el otro sector ha sido incluir a Darío Villagrasa, su rival en primarias, como número dos, aunque esto no ha logrado calmar las tensiones.

Este enfrentamiento interno se produce en un momento crítico. Según estimaciones, Aragón podría conseguir alrededor de 10 diputados para el PSOE, lo que hace que los puestos bajos sean letales. Alegría, que dejó su cargo en el Gobierno de Pedro Sánchez el martes para «volver a casa» y centrarse en la campaña, presentó su candidatura el sábado pasado en su localidad natal de La Zaida (Zaragoza).

Allí posó con su familia en un sofá, una imagen que algunos consideran ridícula ante la inminencia electoral. En su discurso prometió «recuperar el Aragón del diálogo y la convivencia», acusando a Azcón de priorizar intereses partidistas sobre las necesidades de los aragoneses.

Tensiones en las listas y guiños estratégicos

La líder socialista ha colocado a Teresa Ladrero, secretaria general en Zaragoza, como número tres en la lista provincial. Esta maniobra parece estar diseñada para cargarla con la responsabilidad de un posible mal resultado en un territorio clave y complicado, dejándola fuera del camino hacia una futura sucesión. Zaragoza es crucial: aunque el PSOE logró buenos resultados allí en 2023, perdió el Gobierno. Sin embargo, el rechazo de tres diputados actuales –Ortiz, Zamora y Soria– pone de manifiesto el descontento.

  • Leticia Soria: Rechaza un puesto 13 que considera «humillante» para una portavoz adjunta.
  • Sergio Ortiz: Alcalde de Cariñena sin opciones relevantes.
  • Pilimar Zamora: Aunque prefiere guardar silencio, también queda relegada.

Villagrasa, pese a haber sido secretario de Organización bajo Lambán, se sumó al equipo de Alegría tras retirarse de las primarias en enero de 2025. Este proceso acelerado, respaldado por Ferraz, evitó conflictos mayores entonces; sin embargo, las listas han vuelto a abrir viejas heridas. El partido dio luz verde a las candidaturas justo cuando Felipe VI aparecía públicamente durante Nochebuena. Además, Alegría publicó un mensaje navideño en X que críticos interpretan como una desconexión con la realidad.

Azcón, por su parte, opta por evitar confrontaciones directas y confía en desgastar al PSOE. Su partido gobernó entre 1995 y 1999 pero no logró mantener el poder durante dos legislaturas consecutivas; ahora busca romper esa racha aprovechando escándalos relacionados con corrupción y acoso que Alegría mencionó durante su mitin al reivindicar la «rectificación» del partido. Los sondeos le otorgan ventaja al PP, que podría necesitar apoyo adicional de Vox; sin embargo, Azcón rechazó sus presupuestos como excusa para adelantar elecciones.

Escándalos personales y distanciamiento de Moncloa

Otro frente caliente para Alegría es su vínculo con «el guarrete» Salazar, quien enfrenta acusaciones de acoso. El Gobierno de Sánchez intenta desvincularse del asunto: «Es cuestión privada», afirman fuentes oficiales. Este episodio sumado al conflicto por las listas complica su imagen como «presidenta de todos los aragoneses».

Durante su acto en La Zaida ante unas 400 personas y ambientada con Revolución de Amaral sonando de fondo, apeló a la igualdad desde sus humildes orígenes –diplomada en Magisterio y proveniente de una familia modesta– pero los sondeos son claros: el PSOE va perdiendo terreno.

A solo cuatro semanas del inicio oficial de campaña, su estrategia se centra en movilizar al electorado progresista contra lo que ella denomina «ultraderecha» que podría atar las manos a Azcón. Sin embargo, como reporta Paula Benito de OkDiario, su discurso fue un derroche de sinsentido, al criticar la gestión del popular por «dialogar» al tiempo que le acusaba de fomentar la confrontación.

Sin embargo, el discurso del miedo ya no cuela. Además, la lucha interna en el PSOE junto con encuestas desfavorables crean un panorama complicado para la sanchista.

La trayectoria política de Alegría es notable sobre el papel: fue diputada joven en el Congreso (2008-2015), consejera con Lambán (2015-2019), candidata a alcaldesa de Zaragoza (2019), delegada del Gobierno (2020-2021), ministra de Educación (2021-2025) y portavoz (2023-2025). Rompió con Lambán por cuestiones relacionadas con listas municipales hace cuatro años pero contó con el apoyo directo de Sánchez. Ahora, con 48 años cumplidos, enfrenta uno de sus mayores retos regionales.

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