Se debió pensar que no tener un atisbo de educación es un acto de valentía y coraje. Esa fue la ‘satisfacción’ que se ha dado en la mañana de este 24 de febrero de 2014 un tal Àlex Fenoll, que se supone que para estar en el Mobile World Congress debe de ser empresario tecnológico aunque lo cierto que lo único que se le conoce es haber fundado una web dedicada a la venta de ropa.
No te doy la mano porque no nos dejas hacer la consulta. Te la daré cuando nos dejes votar
Con estas palabras le negó el tal Fenoll al príncipe Felipe el saludo. El incidente ha sucedido mientras el ‘empresario’ participaba en la comitiva inauguradora del congreso y a la que Felipe de Borbón iba saludando uno a uno, acompañado de un sonriente Artur Mas. Cuando llegó a su altura, el heredero de la Corona le ha tendido la mano pero su interlocutor la ha evitado.
Posteriormente, según se observa en el vídeo que ha grabado ‘Nació Digital’, don Felipe ha vuelto sobre sus pasos a pesar del feo, y ha ofrecido de nuevo su mano a la vez que le decía al independentista que «por educación» debería de dársela. O sea, que encima de desagraviado, con buena voluntad para que la otra parte rectifique a tiempo. Fue en vano:
No somos amigos. Insisto, te daré la mano cuando nos dejes votar
Álex Fenoll es conocido en los círculos independentistas por su paso por SI (Solidaritat per la Independencia), el ‘chiringuito’ que fundó Alfons López Tena, nacido en Sagunto, para seguir viviendo de la política y al que pronto se sumó Joan Laporta, que vivía sus días de vino -en su caso, champán,- y rosas tras su exitoso paso por la presidencia del Fútbol Club Barcelona. A Fenoll, que se denominaba como un «idealista», no le dejaron asomar mucho la cabeza en aquella formación, tal y como recoge el documental ‘141 días’–La cara oculta del independentismo catalán: un documental recoge cómo Joan Laporta montó su ‘chiringuito político’ en tan solo ‘141 días’–.
Con la marcha de Laporta de la formación, y el descalabro electoral de la misma en las últimas elecciones a la Generalitat, una gran cantidad de militantes desertaron de sus filas.
