Contento no puede estar Pedro Sánchez y basta fijarse en el careto con el que este 25 de julio de 2019 abandonó el Congreso de los Diputados, tras fracasar estrepitosamente en su intento de ser investido presidente, pero a él y a su señora les encantan las vacaciones y no van a cancelarlas por algo tan ‘trivial’ como que España esté sin Gobierno.
El presidente en funciones hará las maletas la semana que viene para marcharse de vacaciones 21 días seguidos junto a su esposa, Begoña Gómez, y sus dos hijas.
El socialista Pedro Sánchez repetirá el mismo destino que el año pasado, cuando se marchó a las pocas semanas de ser elegido.
La familia Sánchez al completo, con perro incluido, se marchará de vacaciones del 2 al 23 de agosto. Se instalará junto a su familia en el Palacio de las Marismillas, en Doñana (Huelva), edificio propiedad de Patrimonio Nacional.
Es posible que Sánchez se desplace también algún día a Mojácar, donde tiene un apartamento y ha veraneado toda su vida. También está previsto que acuda a Palma al tradicional despacho de verano con el Rey Felipe VI.
Pedro Sánchez con Begoña.
Con estos 21 días de vacaciones, el jefe del Ejecutivo ya habrá gozado de un total de 27 días de libranza, ya que en enero también estuvo de vacaciones en Lanzarote entre el 1 y el 6.
En aquella ocasión Pedro Sánchez se marchó dos semanas de vacaciones en Navidades, por lo que si en esta ocasión hace lo mismo habrá superado el tiempo legal que le corresponde.
En los últimos meses, en las Marismillas se han realizado distintas obras como la reforma de los baños de la planta baja, para actualizar el edificio que sirve de residencia vacacional de los presidentes del Gobierno.
La reforma de los baños ha tenido un coste de más de 17.000 euros, a los que hay que sumar los 200.000 que se han gastado para poner a punto las instalaciones para la llegada del matrimonio Sánchez-Gómez.
Pedro Sánchez ha elegido una vez más este palacete en Huelva, con dieciocho habitaciones, en pleno parque de Doñana, un espacio de alto valor medioambiental, para desconectar con su familia de los vaivenes políticos de los últimos meses.
Según fuentes de La Moncloa, el líder socialista, además de pasar allí la mayor parte de sus vacaciones, prevé utilizarlo como base de operaciones, a fin de mantener una agenda de trabajo de cara a septiembre.
