El Ejecutivo vuelve a hacer malabares para justificar que desde la Casa Blanca no tomen en serio al líder del PSOE

Un cobarde Pedro Sánchez rehúye del desafío lanzado por la embajada rusa tras el plantón de Joe Biden

Moncloa dedica más tiempo a tratar de justificar la exclusión del líder socialista del ‘war room’ de Estados Unidos que en responder a una provocación directa en su territorio

Un cobarde Pedro Sánchez rehúye del desafío lanzado por la embajada rusa tras el plantón de Joe Biden
Joe Biden y Pedro Sánchez PD

El Gobierno de Pedro Sánchez vuelve a demostrar su incapacidad para gestionar crisis internacionales.

A pesar de que el líder socialista se apresuró a ofrecer su apoyo militar a Estados Unidos ante la posible invasión rusa a Ucrania, Joe Biden no ha dudado en dejarle fuera de las videoconferencias que el presidente norteamericano tuvo con otros siete líderes europeos.

Durante las últimas horas, Moncloa ha utilizado todos sus esfuerzos en un intento de justificar la ausencia de Sánchez del ‘war room’, mientras que ha rehuido cobardemente del desafío lanzado por la propia embajada de Rusia en España.

Si bien es conocido que Joe Biden no ha tenido ningún interés en acercarse a Sánchez (como quedó demostrado en la bochornosa ‘cumbre de los 30 segundos’ en el G-20 o en el vacío que le hizo tras la crisis de Afganistán), desde el Ejecutivo hacen malabares para negar la realidad.

En este sentido, hacen énfasis en que el formato estaba preestablecido de antemano y que se ha contado con el G7 y el Cuarteto de Normandía para defender la presencia de Francia, Alemania, Reino Unido e Italia. En el caso de Polonia, cuyo presidente también participó, el Ejecutivo español lo justifican porque Varsovia ostenta durante 2022 la presidencia de turno de la OSCE (la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa).

España, añaden fuentes gubernamentales, estaba representaba por partida doble ya que en la llamada estaban la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, y del Consejo de Europea, Charles Michel. Incluso añaden las buenas relaciones de España con el G7, en el que nuestro país suele acudir como invitado, para justificar otro emisario representando a Sánchez.

Incluso, la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, añadía en la rueda de prensa del Consejo de Ministros que se «sentían partícipes y coautores de las decisiones del consenso de la Unión y de los aliados».

La ministra de Política Territorial elogiaba las relaciones diplomáticas entre ambos países: «Creo que hacía tiempo que no se producía una relación tan extraordinaria como la que mantenemos ambos Gobiernos en estos momentos» antes de recordar el encuentro entre Albares y Blinken de la semana pasada.

Mientras Sánchez ruega por un poco de atención de Joe Biden, los rusos no han dudado en subirse a la chepa del presidente del Gobierno.

Así lo demuestra el tuit de la embajada rusa en España que, mencionando al Gobierno, le acusaba de contribuir en la presencia militar en la zona.

“Hemos propuesto la desescalada y a cambio recibimos aumento de la presencia militar de la OTAN en las fronteras de Rusia, y, como señalan los expertos, España se distingue especialmente por su deseo de contribuir”.

 

Sin embargo, Moncloa ha preferido dar un paso atrás. Quizá al sentirse insegura tras el plantón de Biden. Sin embargo, en una actitud que tildaron de “prudente y cautelosa”, pero que para otros resulta de cobardía, han rehusando entrar al trapo de la embajada.

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Autor

José Antonio Puglisi

Periodista italovenezolano especializado en economía y periodismo de investigación.

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