España se prepara para un ‘annus horribilis’.
Pedro Sánchez está pisando el acelerador con el inicio de 2024 para avanzar en su destrucción de la Nación. A pesar de que utilizó sus redes sociales para subrayar que su «gran prioridad» en el nuevo año será la de impulsar políticas que garanticen «prosperidad y más derechos para la mayoría social», en realidad solo está dando pasos para complacer a sus socios de Gobierno.
El presidente del Gobierno aprovechó el final de 2023 para rescatar el consorcio tributario que necesitaba para negociar una «independencia fiscal» de Cataluña. Una medida que aumentaría la carga sobre Madrid. Además, los economistas advierten que la agencia mixta del Estado y la Generalitat, contemplada en el Estatut, sería el primer paso hacia un concierto como el vasco.
El líder del PSOE tiene la mirada puesta en las elecciones gallegas, vascas y europeas, previstas para 2024. Sánchez es consciente de que, a pesar de que las tres citas con las urnas están acotadas a un ámbito muy concreto y tienen su propia idiosincrasia, se trata de una prueba de fuego para medir el liderazgo de los líderes nacionales.
Las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo, y las generales del 23 de julio, aunque se percibieron como una suerte de plebiscito contra el secretario general del PSOE, arrojaron análisis dispares, dando lugar a un mapa insólito: hegemonía del PP en la mayoría de autonomías (11) y ayuntamientos (30 de las 52 capitales de provincia), gracias a los pactos con la ultraderecha; y continuidad del líder socialista en la Moncloa, gracias al apoyo de Sumar y los partidos nacionalistas e independentistas.
Todo esto mientras que desde Moncloa elevan la presión sobre todos los españoles con la subida de los impuestos, como es el caso del IVA en el mercado energético. Una situación que hace que el poder adquisitivo de todos los ciudadanos cada vez sea menor.
Con un Sánchez que cada vez se abraza más fuerte a la extrema izquierda, los independentistas y los proetarras, el PSOE intenta distraer la atención de los españoles con una ‘bomba de humo’: Su lloriqueo por la piñata del presidente del Gobierno durante las celebraciones del año nuevo en Ferraz.
Los principales portavoces de Sánchez, como Patxi López y Pilar Alegría, se han precipitado a los medios de comunicación de izquierda y extrema izquierda para mostrar su rechazo al uso de la imagen de Sánchez en las protestas ciudadanas. Una indignación que, sin embargo, el PSOE no mostró cuando las Juventudes Socialistas de la Vega Baja ‘guillotinaron’ a Mariano Rajoy en 2013.
Los socialistas no mostraron tampoco ese malestar cuando un grupo de estudiantes ahorcó a un muñeco que simulaba ser el rey Felipe VI en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) con mensajes contra la Monarquía.
«El Rey tiene una cita en la Plaza del Pueblo, una soga al cuello y que le caiga el peso de la ley», rezaba un cartel junto al muñeco. En aquella ocasión, el Gobierno no emprendió ninguna acción contra los autores.
En numerosas ocasiones, además, se han quemado retratos tanto de Felipe como de Juan Carlos I en manifestaciones de independentistas catalanes y vascos.
Este y otros asuntos de interés nacional serán tratados en La Segunda Dosis de este 02 de diciembre de 2023 con Alfonso Rojo y con la tertulia de María Durán, Gorka Maneiro y Bertrand Ndongo.
